Adivinar cada movimiento que hace tu recién nacido es normal para los nuevos padres o aquellos que tienen otro bebé años después de que el primer niño llega al mundo. Los estornudos generalmente no son motivo de preocupación, pero si se acompaña de otros síntomas, puede ser necesario contactar al pediatra.
Índice
Estornudos normales
Los estornudos frecuentes en un recién nacido asustan a muchos padres inexpertos porque les preocupa que el bebé tenga alergias o contraiga una infección. El estornudo es frecuente en los bebés y no indica un problema a menos que esté acompañado de otros síntomas, como fiebre o congestión anormal.
El estornudo es un reflejo normal para ayudar a limpiar los conductos nasales de gérmenes y otras partículas en el aire. La pelusa de la ropa, las mantas e incluso la leche también pueden causar estornudos.
Congestión normal
Las fosas nasales del recién nacido son bastante pequeñas; por lo tanto, es normal que respiren de manera ruidosa o como si estuvieran congestionados. Esto se debe a pequeñas cantidades de líquido nasal. Se aclara rápidamente si el padre o la madre usa gotas nasales de solución salina y una jeringa de bulbo para ayudar a eliminar la mucosa. El reflejo estornudo innato también ayuda a limpiar las fosas nasales.
Síntomas que requieren la atención de un médico
Tu recién nacido puede estornudar varias veces seguidas, varias veces al día. Si el estornudo aumenta más de lo normal para tu bebé o se acompaña de tos o congestión que le dificulta la respiración, llama al pediatra. Las indicaciones de que el bebé tiene problemas para respirar son si respira a un ritmo más rápido de lo normal o si sus movimientos en el pecho parecen fuertes. Otras señales de que indican que es necesario ir al médico son si el bebé parece menos enérgico de lo normal y no come tanto como lo haría habitualmente.
Otro comportamiento común en los recién nacidos
Los recién nacidos tienden a tener hipo con frecuencia, y esto a menudo molesta más a los padres que al bebé. El hipo generalmente se detiene solo después de unos minutos, cuando los bebés se duermen o durante la próxima alimentación. También puedes darle una pequeña cantidad de agua tibia para ayudarles a desaparecer. Si te preocupa demasiado ve al pediatra.
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