Desde hace pocos años se ha puesto muy de moda el uso de semillas en la alimentación. Productos que hasta hace muy poco tiempo, no teníamos en cuenta o ni siquiera conocíamos. Los estudios científicos aseguran, que las semillas tienen unas propiedades nutricionales excepcionales.
Es importante conocer este tipo de súper alimento, ya que puede aportarnos importantes beneficios de una forma muy sencilla. Pero no es lo mismo hablar de alimentación en una persona adulta, que en un niño. Especialmente si los niños tienen poca edad, debemos ser muy precavidos, a la hora de incluir ciertos alimentos en su dieta.
¿Qué tipos de semillas encontramos en nuestra alimentación?
Cuando nos viene a la mente el término ‘semillas’ aparece el concepto de esas pequeñas semillas olvidadas en nuestra alimentación. Hay una gran variedad y se trata de las pipas de girasol, de calabaza, trigo, lino, sésamo, mijo, etc.
Las semillas
Todas estas semillas no deben de faltar en la alimentación de toda persona, incluida en la dieta de los más pequeños. Aunque parezca un alimento muy poco significativo contiene numerosos nutrientes importantes dentro de nuestro grupo de alimentos. Aporta ácidos grasos el equivalente a los pescados, incluso aporta calcio, mucho más fácil de absorber que el de origen animal y mucho hierro y proteínas.
Vamos a conocer los distintos tipos de semillas, así sabremos si están indicados o no, en la alimentación de nuestros hijos. De esta forma estaremos evitando correr riesgos innecesarios, sobre todo si hablamos de niños.
Entre las semillas más populares se encuentran:
- Semillas de chía
- Linaza o semillas de lino
- Semillas de amapola
- Sésamo
- Pipas de girasol
- Pipas de calabaza
- Semillas de hinojo
Entre las propiedades que se encuentran entre los valores nutricionales de las semillas, tenemos los antioxidantes, grandes cantidades de fibra, calcio y proteínas vegetales. Las semillas contienen una fuente importante de aceites grasos Omega3. Importantísimos para la alimentación.
Entre todas las semillas que hemos enumerado, las mas beneficiosas para la alimentación de los niños serían las semillas de sésamo. Por su fuente de calcio y zinc, son especialmente recomendadas para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, niños en periodo de crecimiento y personas que padezcan de osteoporosis.
Por lo tanto, podemos decir que no solo es recomendable utilizar semillas en la alimentación de los niños, sino que además resulta altamente beneficioso para su desarrollo.
En el mercado podemos encontrar todas las clases de semillas. Por lo que resulta sencillo tener en casa, las que mejor se adapten a las necesidades de cada familia.
Además, las semillas se pueden consumir de forma muy variada, de forma que puedes ofrecérselas a los niños sin que apenas noten que las están comiendo.
Puedes incluirlas en el desayuno, en los yogures o incluso utilizarlas para hacer pan y postres caseros. También son un acompañamiento perfecto para todo tipo de ensaladas y purés.
Legumbres y frutos secos
Dentro del grupo de semillas no debemos dejar de lado el grupo de las legumbres o frutos secos. Aunque no lo parezca son también semillas y es importantísimo también incluirlo en la dieta de un niño, por su increíble serie de nutrientes.
- Los frutos secos: ofrecen una gran diversidad de nutrientes, entre ellos, vitaminas, magnesio, minerales como el potasio para los músculos y el corazón; el calcio, para la formación de huesos y dientes y para equilibrar el sistema nervioso.
- Las legumbres: también son imprescindibles en la dieta, aportan proteínas, hierro, vitaminas del grupo B y calcio.
Cuando introducir las semillas en la dieta de los niños
Los niños han de introducir este tipo de alimentos a partir de los 6 meses, aunque vamos a especificar paso a paso.
Las semillas
La toma de semillas pequeñas puede tomarse sin problema, La mejor opción es que sean ecológicas y naturales.Se pueden introducir a la perfección en su alimentación de forma triturada, ya que complementarán mucho su dieta. Por ejemplo, las semillas de calabaza son muy ricas en hierro y magnesio. Cualquier semillase puede introducir triturada en mantequilla, cremas, purés o papillas.
Ideas de cómo preparar las semillas: En unas magdalenas se puede añadir una pizca de semillas de lino, unas cucharadas de almendra o nuez en polvo. Proporcionará un agradable sabor, al igual que si lo mezclamos en la masa para hacer galletas caseras.
También puede introducir semillas tipo cereales variados en los yogures, junto a unos trocitos de fruta. Las semillas de lino son ideales, debido a su alto valor nutricional y su agradable sabor.
Las legumbres
Las legumbres se pueden introducir a partir de esa edad. Se debe de administrar una pequeña cantidad de legumbres en los purés acompañados de verduras y hortalizas. Es bueno hacerlo así para ir acostumbrando al organismo a nuevos alimentos que son más difíciles de ingerir.
Los frutos secos
Los frutos secos tienen también su por qué en la introducción en la dieta de los bebés. Es recomendable ofrecerlos a partir de los 12 meses, pero hay que tener mucho cuidado en cómo los tomas. Los atragantamientos en niños suelen ser más propensos debido a la ingesta de los frutos secos.
Para que puedan tomarlos con total garantía se pueden dar triturados en cualquier plato que sea a base de purés, o cuando se va a realizar algún tipo de repostería, como galletas o bizcochos y dónde vayan triturados y camuflados. No es conveniente ofrecerlos cuando contienen sal o azúcar.
Además, es un alimento que suele dar muchas alergias, pero el hecho de que se tome a partir de año reduce todas las posibilidades de desarrollar una alergia a largo plazo. Una alergia no es más que una confusión del sistema defensivo, por lo cual se activa al creer que existe una infección. Si el niño ya toma regularmente frutos secos, no es recomendable que los tome cuando tiene fiebre, diarrea, vómitos o hay que vacunarle. De esta forma no confundiremos mucho más al sistema defensivo.
Así que no dudes en utilizar este súper alimento, es altamente recomendable especialmente en la dieta de los adultos. Pero no dudes en usarla con los niños, siempre que sea de forma responsable. Y que no se utilice como suplemento a otros alimentos, necesarios para el correcto crecimiento de los niños.