El término ‘padres helicóptero’ lo utilizó por primera el Dr. Haim Ginott en un libro en 1969 cuando unos adolescentes le dijeron que sus padres estaban sobre ellos como un helicóptero. El término se hizo popular años más tarde ya que existen términos similares como ‘hiperpadres’, ‘sobreprotección paterna y materna’, etc.
La crianza helicóptero se refiere a un estilo de crianza donde los padres solo se centran en sus hijos. Los padres helicóptero por lo general toman demasiada responsabilidad en las experiencias de sus hijos, tanto en sus éxitos como en sus fracasos. Los padres y madres que siguen este estilo de crianza se involucran en la vida de los niños de forma que tienen un control excesivo, sobre-protegen y quieren estar por encima de una crianza responsable.
¿Quién es un padre o madre helicóptero?
Aunque el término se aplica más frecuentemente a los padres y madres de chicos y chicas adolescentes, también se pueden ver casos en padres y madres de personas adultas. Por ejemplo, un estudiante de universidad que puede llamar a un profesor para hablar de las malas notas y es el padre o madre quien llama o un/a joven que tiene que hacer una entrevista de trabajo y va el padre o la madre para valorar si realmente merece la pena o no. La realidad es que la crianza helicóptero no solo es para adolescentes, sino que se puede aplicar para cualquier edad.
En los niños pequeños un padre o madre helicóptero podría ser la sombra constante del niño, siempre dirigiendo su conducta y poniendo límites que le coartan todo tipo de libertad.
Por qué ocurre la crianza helicóptero
La crianza helicóptero puede desarrollar una serie de razones, pero hay cuatro desencadenantes comunes que hay que tener muy en cuenta para poder valorar si realmente puede ser algo que tenga que ver contigo, o no.
Miedo a unas malas consecuencias
Los padres pueden tener miedo a que su paternidad/maternidad sea mala y que eso acabe en malas consecuencias tanto para el hijo como para los padres. Muchas de las consecuencias que los padres quieren prevenir suelen ser: la lucha, la infelicidad, el trabajo duro… piensan que sus hijos no tienen que pasar por ninguna experiencia negativa si ellos lo pueden evitar, pero lo que se olvidan es que con este comportamiento no permiten que sus hijos maduren y aprendan de sus errores.
El trabajo duro, la lucha, la infelicidad temporal… son los grandes maestros para los niños, adolescentes y adultos… no son amenazas de vida, pero hacen valorar las cosas y luchar por conseguirlas. Si no permites que tus hijos aprendan de sus errores y salgan de su zona de confort, se crearán chicos y chicas inseguros y dependientes.
Sentimientos de ansiedad
Las preocupaciones sobre dinero, trabajo y el mundo en general pueden hacer que quieran sobreproteger a sus hijos y que no sufran por nada que les pueda causar malestar. Esto puede hacer que quieran ejercer más control sobre las vidas de sus hijos. Piensan que de este modo sus hijos no tendrán ansiedad ni se sentirán nunca decepcionados por el mundo.
Sobrecompensación
Los adultos que no se sienten queridos, que fueron descuidados en su infancia e incluso que se sintieron ignorados por sus padres, pueden intentar compensar esos sentimientos negativos con sus hijos. La atención y la vigilancia excesiva son intentos para remediar una deficiencia que sintieron en su infancia por sus padres.
La presión de grupo de otros padres
Cuando los padres ven a otros padres demasiado involucrados, puede desencadenar una respuesta similar. A veces cuando observamos otros padres helicópteros pensamos que hacer lo mismo es lo correcto y que no hacerlo es de ser malos padres. El sentimiento de culpa puede hacerte pensar que no lo estás haciendo bien si no sobreproteges a tus hijos.
¿Cuáles son las consecuencias de la crianza helicóptero?
Muchos padres helicóptero empiezan con buenas intenciones. Es una línea difícil de encontrar,quieres amoldarte a la vida de tus hijos pero te enredas tanto que pierdes la perspectiva de lo que tus hijos realmente necesitan. Una crianza comprometida tiene muchos beneficios para los niños, además que recibirán mucho amor, se sentirán aceptados y construirán la confianza en sí mismos. Sabrán que sus padres son sus orientadores y tendrán muchas oportunidades para crecer.
El problema está cuando los padres se guían a través del miedo y las decisiones que toman están basadas en lo que les podría suceder y los niños comienzan a sentir miedo de tomar sus propias decisiones si sus padres no están a su lado para guiarles en todo momento. No tienen ni sienten libertad, piensan que sus decisiones no son ni serán importantes, no tienen por qué pensar ni preocuparse… otros lo harán por ellos.
El fracaso y los desafíos enseñan a los niños nuevas habilidades y les enseñan a que pueden manejar los problemas y los conflictos. Si los niños viven una crianza helicóptero por parte de sus padres, se disminuirá drásticamente su confianza y la autoestima. El principal problema de esta crianza es que contraproducente ya que el mensaje que se les envía a los niños es que no son capaces de hacer nada por sí mismos y lo que es peor, piensan que sus padres no confían en ellos para hacer las cosas por su cuenta.
Esto hará también que aumente la ansiedad en los niños e incluso, que se lleguen a niveles de depresión infantil. Los niños no desarrollarán habilidades para la vida y los padres siempre serán los que les solucionen las papeletas… algo que les harán sentir inútiles y sin habilidades para afrontar la vida.
Evita ser un padre helicóptero
¿Cómo puedes mostrar tu amor a tus hijos sin inhibir su capacidad para aprender las habilidades importantes para la vida? Como padre o madre tendrás un trabajo difícil ya que tendrás que vigilar a tus hijos, saber cuáles son los factores de estrés, las emociones fuertes… y además, educarles. Lograrlo implica que sufras y que ellos también lo hagan.
Los niños deben pasar dificultades, deben sentirse decepcionados… tú deberás ser su apoyo y su guía, pero NUNCA quién haga las cosas por él. Ayúdale a mejorar sin cortarle las alas. Deja que tus hijos hagan las cosas que son capaces de hacer tanto física como mentalmente. Por ejemplo, hacer la cama a tu hijo de 3 años está bien, hacerla a tu hijo de 13, ya es un gran error.