Septiembre está a la vuelta de la esquina y algunos niños tienen que enfrentarse dentro de muy poco a los exámenes de recuperación.
En verano es complicado centrarse en el estudio pero vamos a darte algunos consejos para que puedas ayudar a tu hijo a optimizar su tiempo y los recursos durante estos últimos días.
Lo ideal es hacer un plan de estudio al principio de las vacaciones y, seguir el calendario y los horarios establecidos durante todo el verano. Si no ha sido así no desesperes, aún hay tiempo para un “spring” final.
Claves para preparar un examen de recuperación
Planificación
Lo más importante es que ayudes a tu hijo a planificar adecuadamente el tiempo que le queda antes del examen. Lo ideal es hacerlo conjuntamente, por escrito y colgarlo en un lugar que sea visible. Los niños más mayores lo pueden firmar a modo de contrato. Eso refuerza el grado de compromiso que adquieren a la hora de cumplirlo.
Buscad un espacio tranquilo, fresco y sin distracciones. Las mejores horas para el estudio son las de la mañana, después del desayuno. No lo plantees como un castigo sino como una tarea que tiene que cumplir para obtener su meta final que es aprobar.
El plan de estudio tiene que ser realista. Para los niños de primaria lo más aconsejable son sesiones de aproximadamente 45 minutos. Los alumnos de secundaria necesitarán repartir su tiempo entre la realización de los deberes (30 -45 minutos) y el tiempo dedicado al estudio (45-60 minutos). El tiempo variará en función de las asignaturas que el niño tiene que recuperar.
La rutina de estudio tiene que incluir pequeños descansos que se establecerán en función de la edad y de la capacidad de atención y concentración. Lo ideal es empezar por las actividades de dificultad media. Después pasar a lo más difícil y dejar para el final lo más fácil, que es cuando el niño ya está más cansado y disperso.
Apoyo y refuerzo positivo
Para tu hijo es importante tu apoyo y confianza, sentir que valoras su esfuerzo. Procura proporcionarle la ayuda que necesita y ayúdalo a confiar en sus propias posibilidades. Destaca lo que hace bien y no le repitas constantemente lo que hace mal.
La motivación
Es un otro factor clave a la hora de preparar los exámenes de recuperación. Procura que tu hijo encuentre sentido a lo que está estudiando. Relaciona los contenidos con ejemplos prácticos siempre que sea posible. De nada sirve memorizar algo que no se entiende. Una pequeña reflexión sobre las ventajas de aprobar puede potenciar su motivación. Evita las promesas y los regalos, no suelen ser efectivos.
Estrategias de estudio
Cada niño es diferente, los hay más visuales, otros más discursivos, etc. Busca las técnicas de estudio que mejor se adapten a las características de tu hijo; esquemas, subrayado, resúmenes, mapas mentales…A estas alturas hay que aprender lo más importante y dejar de lado lo secundario. No olvidéis ir repasando cada día lo que ya se ha estudiado.
El día anterior los exámenes de recuperación
- Recuerda a tu hijo que deje preparado todo el material que necesitará para presentarse y hacer el examen: deberes, regla, calculadora, estuche, etc.
- Es importante que tu hijo esté lo más descansado y tranquilo posible. El día antes de la recuperación es un buen momento para realizar alguna actividad que le guste y le distraiga. Podéis hacer un repaso general pero ya es tarde para asimilar lo que no se ha aprendido aún.
- Puedes ayudarle a practicar algún ejercicio de relajación y control de la respiración. Sin duda controlar los nervios que genera una prueba puede ser de gran ayuda, especialmente para los niños inseguros y/o muy ansiosos.
- Ayúdale a visualizar, con los ojos cerrados, el momento de hacer el examen. Cómo se siente, qué tiene que hacer primero, cómo controlará el tiempo, etc. Esto le ayudará a enfrentarse de una forma mucho más positiva y segura al momento de la prueba real.
¡Mucha suerte!