La lepra sigue siendo esa enfermedad que todavía ahonda en algunos países. Es una afección que afecta sobre todo a zonas pobres y en países que todavía están en vías d desarrollo. Su transmisión ha disminuido notablemente en muchos lugares del mundo, pero se sigue contagiando de forma directa entre personas, a través de la leche materna o por la picadura de mosquitos.
La enfermedad se la lepra es mucho más susceptible de ser contagiada en niños. No es habitual ver una gran incidencia de niños infectados, y menos en nuestro país, pero los casos están ahí y su transmisión es fácil ya que si estos niños tienen una persona enferma en su entorno.
¿Qué es la lepra?
La lepra es también llamada enfermedad de Hansen, una enfermedad infecciosa crónica producida por la bacteria Mycobacterium Leprae (bacilo ácido-alcohol resistente). Cuando se adquiere ataca a los tejidos superficiales y afecta al sistema nervioso periférico, la mucosa de las vías respiratorias superiores, la piel y los ojos, a parte de una gran debilidad muscular.
Su contagio se transmite de persona a persona, por contacto directo a través de gotículas nasales u orales. Con los primeros síntomas se puede aplicar un diagnóstico sencillo, pero sino se detecta las causas pueden ser graves.
¿Cómo afecta a los niños?
Son pocos los casos que tenemos hoy en día en comparación a décadas atrás. Hemos de decir que aunque son menos los niños contagiados, todavía son los más susceptibles a adquirir esta enfermedad.
Se ha llegado a demostrar que el riesgo de que un niño sea contagiado por lepra es 4 veces mayor cuando están en contacto con personas contagiadas o 9 veces más con personas contagiadas dentro de un mismo domicilio.
Alrededor del 17 % de los casos de lepra en la India son de niños menores de 15 años, pero aún así los niños de edad inferior de 5 años son los más susceptibles a esta enfermedad. Actualmente también hay jóvenes de entre 20 y 30 años de edad que suelen contagiarse y hay que tener importantes revisiones en embarazadas que pueden transmitir al feto dicha infección.
¿Cómo se diagnostica la lepra en los niños?
La lepra ha descendido de manera considerada en las últimas décadas. Ha pasado de haber unos 12 millones de infectados a 720.000 en el año 2000 y en todo el mundo. Esto se debe que hay diagnóstico mucho más preciso de dicha enfermedad lo cuál conlleva a tener una curación más rápida si se hace con precisión.
Además los programas de vacunación están al día y los tratamientos farmacológicos son más efectivos. Para hacer un diagnóstico preciso se hará una biopsia de la piel o raspado de la piel, para extraer una muestra y hacer un examen microscópico. El resultado se conoce en 15 minutos.
Otra de las pruebas es la lepromina cutánea. El médico inyectará una muestra no infecciosa debajo de la piel que tendrá que examinar a los 3 y a los 28 días. Dependiendo de su reacción habrá que evaluar en que estado se encuentra la lepra.
Foto extraída de Wikipedia
Tratamiento para curar la lepra
La OMS ya ofreció el primer avance el los años 40 con dapsona. Ya en los años 60 se empezaron a implantar la rifampicina y la clofazimina conjuntamente como tratamiento mutimedicamentoso (TMM). Este tipo de tratamiento es ofrecido gratuitamente por la OMS a todos los enfermos de lepra.
La TMM es administrado en varias dosis y diferentes combinaciones con una duración de al menos 1 año, prolongándose si es necesario. Todo se llevará conjuntamente con una revisión y exploración general de la persona cada año, junto con un estudio bacteriológico.
La lepra si no se trata de forma adecuada puede causar daños irreversibles en los nervios de dedos, manos y pies. Dentro de estos daños pueden ser debilidad muscular, insensibilidad en la zona y desfiguramiento. En algunos casos se ha llegado a realizar una amputación de alguna de las partes. Es primordial saber que al primer síntoma acudir a un profesional de manera inmediata.