Exterogestación: unos meses en brazos, y muchos beneficios

Exterogestación

Los bebés humanos no se deberían separar de sus madres, ni durante la primera hora, ni en los 9 meses que siguen al parto; hoy en día se conocen los múltiples beneficios que para mamás y recién nacidos provienen de permanecer en contacto permanente. Esta etapa es decisiva para el desarrollo de su cerebro, y tiene muchísima relación con un desarrollo físico, emocional y psicológico del bebé.

Os estoy hablando de lo que conocemos como exterogestación, y si bien en muchas culturas, los bebés son porteados de forma natural, la sociedad occidental lleva varias décadas inventando “artilugios” que permitan ‘descansar’ del bebé, como si fuera un carga. No deberíamos necesitar carritos, cunas, hamacas, moisés,… pero los utilizamos; deberíamos proporcionar contacto físico y permanente, pero en lugar de eso nos incorporamos a las 16 semanas tras el parto, aunque con mucha suerte, podemos ampliar el período con vacaciones y permiso de lactancia.

La exterogestación implica que tras el nacimiento, el bebé necesitaría unos 9 meses de ser llevado en brazos de mamá. Y no os preocupéis los papás, porque si bien, el lugar idóneo para permanecer es el cuerpo de la madre (durante ese período), hay muchas oportunidades para que os vinculéis con la pequeña criatura, y a la vez prestéis todo el apoyo necesario a las mamis. Además la figura del padre será un buen referente pasados los años.

¿Por qué nueve meses?

Los bebés humanos no pueden valerse por sí mismos tras su nacimiento, ni a los 2, 4, 6 meses… necesitan ser protegidos, alimentados, porteados

La Naturaleza lo ha previsto así, por eso en torno a los 9 meses, muchos bebés desean gatear, a otros incluso les gustaría caminar sin caerse, aunque es un poco pronto para eso. El desarrollo humano durante el primer año de vida es fascinante, y muy intenso; pero la exterogestación permite completarlo después del parto; además el nacimiento no es más que un tránsito entre esos “9 meses dentro / 9 meses fuera”. Probablemente te topes con más de una voz malintencionada que te diga eso de “si lo llevas en brazos se acostumbrará, no lo cojas / déjalo que llore, verás como te duele la espalda”. Tales ‘opiniones’ revelan mucho desconocimiento de las necesidades de los bebés; pero en cualquier caso no acabo de entender qué problema hay en que un ser tan indefenso se acostumbre a lo mejor para él, y respecto a las otras afirmaciones… mejor me callo.

Como sabrás, y si no lo sabes te lo cuento yo, es mentira eso de que lo tendrás que llevar siempre en brazos, y que dependerá de ti sin posibilidad de madurar y tener autonomía. Tengo un hijo adolescente y una hija ‘a las puertas’ de esa etapa, y te puedo asegurar que llevar en brazos no convierte a los niños en dependientes cuando crecen; pero no me creas solo a mí, sigue tus instintos, habla con otras madres, y sobre todo busca información que te acompañe en esa forma de acompañar a tu bebé mientras crece los primeros meses de su existencia. Vale la pena, te lo aseguro.

Sigo con mi propósito: la curiosidad que siento hacia estos temas, me ha ayudado a descubrir que la duración del embarazo se ha reducido en los humanos, hasta tal punto que cuando venimos al mundo tenemos solo un 25 por ciento de desarrollo cerebral. Algunos estudiosos en la materia consideran que la gestación debería durar más tiempo, pero la evolución ha provocado que tengamos la cabeza más grande, así que si el embarazo fuera más largo, no podría pasar por el canal vaginal. Por otra parte, desde que los homínidos nos pusimos de pie, la pelvis de las mujeres también se ha vuelto más estrecha. Todo ello justifica la duración del embarazo (37 a 42 semanas), y también la necesidad de respetar el período de exterogestación.

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Un tiempo a brazos, y muchos beneficios

¿Sabes? cuando coges a tu bebé en brazos, estás segregando oxitocina, y esa es precisamente la hormona del amor, que está vinculada también con la lactancia; además de eso durante los primeros años de vida se produce la mayor parte del desarrollo cerebral, ¡qué mejor que proporcionar un entorno libre de estrés (por separación de la figura de apego) dando a los bebés lo que necesitan! Al llevarlos encima, facilitamos su adaptación al mundo exterior, y esto favorece la regulación de los sistemas inmaduros del recién nacido.

Además les es más fácil regular el ritmo de sueño y la función cardiovascular. Desde el punto de vista de desarrollo del cerebro, la importancia reside en que el reconocimiento se centra en el cuerpo de la madre, y no en objetos ajenos que no cubren necesidades.

Para la madre es muy satisfactorio y placentero, incluso cuando combina el porteo con una actividad laboral

Un consejo, si te apetece llevar en brazos a tu bebé recién nacido tanto como te sea posible pero temes que te acaben doliendo los brazos o la espalda, busca un sistema de porteo que te vaya bien. Los hay de varios tipos, y seguro que encuentras alguno que se ajuste a tus necesidades, y pueda evolucionar con vosotros. Yo he usado bandolera, mochila ergo y fular; pero mi experiencia no es igual a la tuya, y hoy en día hay muchos establecimientos especializados (tanto presenciales como online) que te asesorarán y te facilitarán el producto más adecuado.

Imagen — (segunda) Suzanne Shahar



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