Filosofía infantil. ¿Por qué es importante enseñar a los niños a filosofar?

Enseñar a los niños a filosofar

Tradicionalmente, la filosofía, ha sido asumida como una disciplina difícil y abstracta, propia de mentes privilegiadas y no apta para niños pequeños. Pero, nada más lejos de la realidad. La filosofía enseña a pensar, a cuestionar, a sacar conclusiones, a aplicar respuestas críticas a problemas cotidianos.  

Y si lo pensamos con detenimiento, ¿no es eso lo que hacen los niños desde muy pequeños?. Los niños, nacen con una curiosidad innata por conocer el mundo que les rodea y se pasan los primeros años de sus vidas preguntándose el porqué de las cosas. Una actitud, no tan alejada de la de los grandes filósofos, cuyos pensamientos se basan en la búsqueda de respuestas a determinadas preguntas. Por lo tanto, los niños son filósofos en potencia, capaces de cuestionarse prácticamente todo y de encontrar respuestas sorprendentes a las cuestiones que se plantean.

¿Por qué es importante enseñar a los niños a filosofar?

enseñar a los niños a filosofar

La filosofía en las aulas, es considerada como una asignatura memorística. Los alumnos tienen que aprender periodos filosóficos, nombres, biografías y pensamientos de grandes pensadores. Sin embargo, la enseñanza de la filosofía no debería limitarse a repetir frases y pensamientos ajenos. Es necesario enseñar a los alumnos a pensar, a plantearse preguntas y a ser críticos. Es decir, a filosofar.

El proyecto filosofía para niños de Matthew Lipman

De esto ya se dió cuenta, allá por los años 80, el filósofo y educador Matthew Lipman, creador del proyecto «Filosofía para niños». Lipman, profesor universitario, observó que sus alumnos eran capaces de recitar de memoria toda la historia de la filosofía, pero eran incapaces de filosofar. Esto le llevó a pensar, que era en las escuelas, donde debía comenzar a enseñarse a pensar, a formularse preguntas y a obtener respuestas razonables. 

En base a este convencimiento, Lipman creó una serie de cuentos filosóficos destinados a niños entre 11 y 12 años, cuyo objetivo era enseñarles a ser críticos, estimularles a hacerse preguntas y a tratar de responderlas. Los libros llegaron a varias escuelas públicas y el filósofo estudió durante un año e efecto de aquellas lecturas en los niños.

¿Cuáles fueron los resultados?

Lipman observó que los beneficios de filosofar se veían reflejados en todas las áreas del conocimiento. La razón, según sus propias palabras, era que  «la Filosofía la disciplina que plantea las preguntas genéricas que pueden servirnos de introducción a otras disciplinas».

El profesor Lipman, logró probar la importancia de filosofar desde la infancia y su proyecto está hoy en día presente en 40 países.

Actualmente, otros autores como Jordi Nomen profesor de Filosofía y autor del libro “El niño filósofo», siguen trabajando en esta línea. Nomen afirma que “Para contribuir al bien común, tenemos que poder pensar de manera lúcida y creativa, filosófica. Y eso es algo que se aprende en edad escolar o no se aprende”. 

Los beneficios de enseñar a los niños a filosofar

enseñar a los niños a filosofar

  • La filosofía enseña a los niños a ser críticos y reflexivos. A pensar por ellos mismos desde bien pequeños, reforzando su autonomía y proporcionándoles herramientas para que nadie piense por ellos.
  • Hay una serie de aspectos de la filosofía que son la base para otras materias. La filosofía enseña a hacerse preguntas, a investigar, a formular hipótesis y sacar conclusiones.
  • Desarrolla la capacidad de cuestionar la veracidad de los hechos y afirmaciones. Además genera mecanismos de argumentación.
  • En filosofía el error no está penalizado sino que es fuente de aprendizaje. Al equivocarse los niños reflexionan sobre el por qué algo no es válido y buscan soluciones para enmendarlo. Esto tienen un valor educativo importantísimo y permite aumentar la seguridad en si mismo de los niños.
  • Filosofar mejora el vocabulario, la redacción y la expresión de ideas.
  • Permite indagar sobre quienes somos y fortalece la inteligencia emocional al conocerse mejor a uno mismo.

Cómo filosofar en familia

enseñar a los niños a filosofar

Enseñar a tus hijos a filosofar no es tan complicado como parece. Simplemente tienes que dejar que fluya la curiosidad natural de tus hijos y aprovecharla para transformarla en una herramienta de pensamiento.

Es importante que aprendamos a hablar poco y a escuchar mucho. Deja que tus hijos te hagan preguntas, pero no dés una respuesta cerrada. En lugar de eso, pregúntale, ¿ tú qué crees ? ¿ O a ti qué te parece?.

Otra herramienta es plantearles a tus hijos preguntas que inviten a la reflexión. Hay una gran diferencia entre formular una pregunta cerrada como «¿Qué has comido hoy en el colegio?» a formular una abierta como «¿Puede un perro reirse?».

Las preguntas abiertas, ya sean formuladas por los padres o por los propios niños, son una manera de iniciarse en la filosofía, aprendiendo a pensar y a reflexionar.

Los niños han de aprender también que no todas las preguntas tienen una respuesta. Lo normal es que cuando preguntan busquen la seguridad de la respuesta adulta, pero es necesario enseñarles que a veces esas preguntas no tienen respuesta o que deben encontrarla por ellos mismos.

Utiliza herramientas como el arte, los juegos o los cuentos.

A través del arte se puede invitar a los niños a que describan lo que ven y qué les transmite una obra. O también se les puede animar a ser ellos mismos los que creen su propia obra en base a su imaginación, ideas y pensamientos.

Los cuentos son una poderosa herramienta para filosofar. ¿Por qué crees que la protagonista ha actuado así? ¿Crees que podría haberlo hecho de otro modo?¿Cómo habrías actuado tú?. Podemos incluso darle la vuelta a los cuentos como es el caso del famoso cuento de Caperucita al que Jordi Nomen da la vuelta y transforma en el cuento de Caperucita contado por el lobo. En este cuento, el lobo se presenta como víctima en lugar de como agresor, lo que puede servirnos para reflexionar con nuestros hijos sobre si siempre debemos quedarnos con las versiones que nos cuentan o debemos ser críticos y pensar en otras respuestas alternativas.

Los juegos son un recurso imprescindible para aprender a hacer filosofía. Jugando nos divertimos, aprendemos y desarrollamos distintas habilidades y capacidades. Para que tus hijos aprendan a filosofar, elige juegos que les hagan pensar, realizar preguntas, debatir, argumentar, escuchar y desarrollar la creatividad. 


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      Vanessa dijo

    Me encantó. Muchas gracias por compartirlo. Lo vengo practicando hace mucho con los niños y adolescentes en el lugar donde laboro. Hay un cambio muy notorio en ellos.