Fotos de los hijos en las redes sociales, ¿qué estamos haciendo mal?

Niño con cámara

¿Os acordáis de cuándo hablábamos sobre el «oversharing»? ¿no? Pues os haré un poco de memoria… ¿sabéis esas mamás o papás que publican constantemente imágenes e información sobre sus hijos e hijas en Internet? Pues bien, los están sobreexponiendo, y lo que es peor, están comprometiendo su reputación digital, y la mayor parte de las veces, sin su consentimiento.

Subir fotos de los peques a las redes sociales, desde perfiles abiertos o con una configuración de privacidad dudosa, tiene sus riesgos; hacerlo contínuamente y «sin medida» también. Legalmente (LO de protección jurídica del menor) queda claro que progenitores y tutores deben velar por los derechos a la intimidad y a la propia imagen.

Cabe mencionar que a partir de los 14 años cualquier persona puede decidir cómo van a ser tratados sus datos personales (informaciones e imágenes). Por lo que tienen la capacidad de exigir a sus progenitores que retiren fotografías o posts en redes sociales (hablando sobre los niños). No obstante la última palabra la tiene el adulto… hasta que el menor deja de serlo y decide actuar, seguro que os acordáis de esa chica australiana que al cumplir 18 años denunció a sus padres. Y no es el único caso…

¿Qué estamos haciendo mal?

Es frecuente escuchar comentarios acerca de si los adolescentes son imprudentes, de que adoptan comportamientos inadecuados en sus relaciones digitales. Pero ¿pensáis que mamás y papás lo hacemos mucho mejor? ¿Qué clase de ejemplo les dais a vuestros hijos?

En primer lugar deberíamos saber cómo configurar la privacidad en los perfiles de las redes sociales que se utilizan: empezando por whatsapp, y todas las que usemos. Es bueno tener en cuenta que nuestros menores pueden necesitar una ayuda para hacerlo, o un recordatorio.

En segundo lugar, hay pocos pilares básicos sobre los que sustentar un Internet seguro y saludable, pero siendo pocos, nos los solemos saltar. A saber: preservar nuestra privacidad y nuestra imagen, respetar a los demás, y tener sentido común. De estas 3 grandes recomendaciones pueden salir otras, se pueden desmenuzar muchísimo, pero eso os lo dejo a vosotras.

Riesgos a los que nos exponemos si publicamos mucho sobre los niños

Ahí van, son unos cuantos:

  • Tus comentarios pueden dejar huella y afectar la vida futura de tus hijos; no olvides que la mayor parte de las veces ni siquiera saben que tú estás poniendo sus fotos o contando cosas que se podrían considerar íntimas.
  • Ofrecer demasiada información sobre los niños: fotos geolocalizadas o en localizaciones fáciles de identificar.
  • Identidad: queriendo o sin querer estamos construyendo una identidad digital a medida. A nuestra medida, no de nuestros hijos. Con cada uno de nuestros actos informando sobre ellos o compartiendo fotografías, les quitamos libertad.
  • La repercusión de lo que se sube a internet es pública, da igual cómo sea tu configuración. ¿Por qué? Pues no todo el mundo es de confianza, ni tiene los mismos valores o prioridades,…
  • Conflictos familiares, por ejemplo en caso de separación de los padres o porque los abuelos han publicado cosas sin permiso.

10 consejos útiles

  1. Para compartir fotografías, usa mejor el correo electrónico, y hazlo muy selectivamente, asegurándote de los receptores evitarán un mal uso.
  2. Evita compartir a diario aspectos de la vida de tus hijos.
  3. Nada de dar información sobre las rutinas de los peques.
  4. Si etiquetas, los nombres de las niñas y niños (asociados a su imagen) podrían quedar indexados en los buscadores.
  5. Configura la privacidad de las redes sociales, recuerda que puedes actuar específicamente sobre las imágenes (con independencia de los otros contenidos), indicando que quieres que las vean sólo los amigos, o determinadas personas en concreto.
  6. No deberías subir fotos de otros menores sin permiso de sus papás.
  7. Dar muchos detalles es innecesario y puede que peligroso.
  8. Hay que pensar siempre en formas de hacer fotografías que no sean comprometedoras para los menores: los pies, el peinado, la sombra…
  9. ¿Fotos de niñas o niños desnudos o semidesnudos? ¡Ni hablar!
  10. Pregúntate: ¿qué sentido tiene lo que te dispones a publicar? ¿para qué es útil?

Todas nuestros comportamientos deben estar limitados, y ojalá que fuéramos capaces de autolimitarnos, aunque me temo que ahora aún necesitamos muchos consejos y sobre todo desempolvar el sentido común.



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