Grietas en el pezón. ¡Que no acaben con tu lactancia!

grietas en el pezón

Una de las cosas que más nos puede llegar a molestar a la hora de dar el pecho a nuestro bebé son esas dichosas grietas en el pezón. Son unas lesiones, a veces sangrantes, que se producen cuando el recién nacido se agarra de forma incorrecta a la mama. El mal agarre del bebé al pecho es una de las causas más frecuentes en la aparición de las grietas. Esto sucede cuando el bebé solo toma con su boca el pezón y no agarra también parte de la areola. Un frenillo sublingual corto puede hacerlas aparecer a pesar de adoptar buenas posiciones durante las tomas.

Pero, y si nos aparecen, ¿qué hacemos? Si ya las tenemos, seguro que en el momento en el que el bebé reclama el pecho nos entra el pánico. Lo primero que hay que hacer es conseguir un estado mental fuerte; tener muy claro que queremos dar lactancia materna a nuestro hijo por sus beneficios a pesar de ese dolor totalmente reversible. Tras fortalecer nuestra mente, habría que seguir las tres reglas de oro; prevenir, evitar y curar.

Prevenir y preparar el pecho

Durante el embarazo, y sobre todo a medida que se acerca el parto, nuestros pezones van cambiando. Vuestras matronas os podrán recomendar alguna crema de preparación del pezón. No obstante, no es recomendable abusar de las cremas o ungüentos preparatorios ya que pueden poner muy tierno el pezón. El pezón necesita ir creando una especie de «callo» en la lactancia para que esté más duro y no se rompa. Si lo mantenemos constantemente humedecido, se favorecerá la aparición de las grietas. Por lo tanto, le pondría más importancia al siguiente punto.

Evitar la aparición de las grietas

Una vez ha nacido el bebé, es importante ofrecerle el pecho de forma correcta para facilitar un buen agarre. Lo más fácil es ponerle la punta del pezón justo debajo de su nariz para que abra bien la boca y coja un buen pedazo de pecho. Al principio es normal que os duela el agarre porque el pezón está aún desentrenado. Además, su sensibilidad durante las primeras semanas es muy grande por acción de las hormonas. Después de unas semanas, vuestro bebé se agarrará como un profesional y vosotras no deberíais de notar dolor. Si aún notaseis dolor, os aparecieran grietas sangrantes o las grietas que tuvierais no acabasen de curar, consultad con vuestra matrona.

No obstante, y aunque vuestro bebé se agarre bien, es posible que os aparezcan grietas si lleváis muchas horas los pechos tapados. Después de las tomas es recomendable que el pecho se seque al aire libre. También podéis aprovechar la leche que os quede al rededor del pezón para nutrirlo. En cuanto tengáis ocasión de poder estar con los pechos sin sujetador, aprovechad.

tomando el pecho

El bebé agarra el pezón y un  «mordisco» de la areola. Esta sería la forma que deberían de adoptar los labios de vuestros recién nacidos.

Curar y aliviar el pecho

Si a pesar de haber prevenido durante el embarazo y haber intentado evitar las grietas os han aparecido, no os alarméis. Duelen, lo sé. En cuanto mi hija nació me abrió una grieta en el pezón y aún veo las estrellas cuando me acuerdo. Recordad los beneficios de la lactancia materna (aunque también es importante que ésta sea placentera para ambos). Además, hay muchas cremas en el mercado que ayudan a aliviar el dolor en el pezón. Las que están hechas de lanolina pueden ayudaros.

Pero lo importante, y de nuevo os lo digo, es mantener los pezones destapados el mayor tiempo posible y ayudar al bebé a agarrarse bien. Si las grietas os están impidiendo disfrutar de la lactancia, podéis ayudaros de pezoneras hasta que éstas curen. Consultad siempre con vuestras matronas o con una asesora de lactancia; ellas os van a orientar con el fin de que mantengáis vuestra lactancia. Algunos médicos os dirán que dejéis el pecho o que no se lo deis al bebé si sangra; el pecho debéis de seguir ofreciéndolo siempre. Recordad que las grietas son algo pasajero; terminarán por curarse y en el momento que el pezón «madure» serán parte del pasado.

Con el fin de que el bebé aprenda a agarrarse bien al pecho, evitar el uso de chupetes o biberones los primeros meses de vida. Está demostrado que los bebés a los que se les ofrecen estás dos cosas antes de tiempo tardan más en mamar adecuadamente. Por lo tanto, las madres sufren con más frecuencia las grietas y pueden llegar a dejar la lactancia por culpa del dolor.


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