Halloween: Noche divertida de miedo para los más pequeños

Cartel de Feliz Halloween decorado con temática tenebrosa.

Halloween es una noche donde predomina el terror, pero los más pequeños de la casa se lo pasan en grande.

Pese a que en la noche de Halloween renacen malhechores, aparecen zombies que vagan por las calles y llaman diabólicos muñecos a la puerta, los niños disfrutan. Es una noche familiar, para padres, niños, abuelos…, donde los pequeños sobre todo son los protagonistas. A continuación vamos a hablar de porqué en esa noche terrorífica todo es diversión para los más pequeños.

La noche de Halloween conquista a los niños

El 31 de octubre es la noche de los muertos vivientes. La celebración tiene como temática la muerte y el terror. En EE.UU es una fiesta muy asentada y popular. Pese a ser una noche donde predomina el terror los niños se lo pasan en grande. En España es una fiesta que se ha puesto de moda hace unos años. Cada vez más es habitual que se celebre, que se decoren las casas, se disfrace la gente y los niños pidan caramelos casa por casa.

Los niños se reúnen con otros amigos para elegir o encargar su disfraz a medida. Muchas ideas las dan los dibujos animados del momento. Como la esencia es que el personaje de miedo, solamente hay que incluir un toque y  customizar un típico disfraz. Por ejemplo a un disfraz de pirata se le añade un maquillaje simulando ojeras, sangre y palidez y ya tenemos a un pirata zombie. Lo mismo puede ser un superhéroe zombie o Cenicienta con peor cara y sin maquillaje que combine con su vestido.

Los niños entusiasmados salen a asustar. El tándem perfecto consiste en vestirse como quieran sin importar que ensuciarse, molestar a los mayores y comer gominolas por la noche. Cualquier niño aceptaría participar en esa noche inusual. Además el niño colabora con sus padres. Es gratificante unirse padres e hijos por tareas que motiven a ambos como decorar la casa con telarañas, velas, esqueletos… Juntos pueden transformar calabazas y presentarlas a concursos, cocinar galletas… En la propia casa padres e hijos pueden hacer manualidades, contar historias de terror o jugar a adivinar películas de terror imitando a sus personajes preferidos.

Disfraces, dulces y travesuras

Castillo en la oscuridad rodeado de elementos aterradores.

El niño puede participar en tareas con sus padres y amigos: decoración de calabazas, cuentacuentos de terror o películas de miedo…

Además de eso los niños salen con su disfraz a la calle, asisten a fiestas, van a ver cabalgatas, a pedir caramelos por las casas, enunciando el famoso «Truco o trato». Existe mucha opción de disfraces y decoración para las casas: calabazas, esqueletos, arañas, ratas… Gominolas y caramelos también tienen peculiares formas en relación al día. Se encuentran gominolas con forma de bruja, calavera, vampiro, frankenstein…

El que el niño se junte con más amigos y conozca a otros le ayuda a relacionarse y poner en práctica algunas habilidades aprendidas en la guardería o el colegio. El niño que por unas horas se convierte en un monstruo, fantasma o muerto viviente explora, investiga y abandona su personalidad para asumir la de esos personajes. El niño desconecta de su rutina y se relaja. No tiene miedo al qué dirán, a hacer lo correcto y seguir determinadas normas…, es decir, esa noche puede ser algo más travieso.

Divertidas actividades nocturnas

En la noche de los muertos vivientes los niños decoran, se disfrazan, van en busca de gominolas y asustan porque sí. Todas estas acciones son ideas muy divertidas para dar rienda suelta al dinamismo e imaginación del más pequeño de la casa. Los niños se preparan para pasar un buen rato con sus padres y amigos llevando a cabo determinadas actividades:

  • Cuentacuentos de terror: Si por lo general al niño le gustan las historias fantásticas y fuera de lo común, en esta noche las historias causarán mucho miedo e inquietud. Será difícil conciliar el sueño.
  • Cocina terrorífica: Junto con la madre o abuela el niño puede ayudar a cocinar galletas o repostería con simbología tenebrosa.
  • Concurso de disfraces o de calabazas: Con amigos en la propia casa o con vecinos en la explanada del barrio pueden hacerse este tipo de concursos. Al niño se le premiará por su ingenio y responsabilidad en el trabajo.
  • Decoración velas: Con cintas, purpurina, pegatinas o moldeando y haciendo figuras.
  • Realización de la propia máscara que añadirá a su vestimenta.

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