Heridas que el tiempo no sana

niño triste por acoso escolar

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero no. No es así. El tiempo no cura todas las heridas, es más… El tiempo puede hacer que aparezcan heridas emocionales que no fueron sanadas en su momento. Los niños son los que más muestran con el tiempo la fuerza de las heridas emocionales, como un trauma infantil puede desencadenarse en comportamientos agresivos y también, en trastornos mentales en el futuro.

Existe una relación directa entre el sufrimiento psicológico temprano y el comportamiento agresivo de las personas. Ahora, gracias al equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) de Suiza esto cobra aún más fuerza ya que han podido demostrar esta correlación. El trauma psicológico en los niños crean cambios duraderos en el cerebro, unos cambios que promueven la agresividad en el futuro.

Todo el mundo sabe que el cerebro tieen una gran plasticidad, y estos investigadores piensan que gracias a eso, quizá con algunos tratamientos específicos se podrían revertir las consecuencias negativas de esta transformación cerebral. Pero quizá, sería mejor que como sociedad nos diéramos cuenta de la importancia de los niños en nuestra comunidad y cuidarlos, para que no tuvieran que sufrir lo insufrible.

La violencia en las personas

Lo primero que viene a la cabeza cuando una persona es violenta en su vida adulta, es preguntarse cómo debió ser su infancia para convertirse en una persona tan cruel… Ese pensamiento hace referencia a los traumas psicológicos que se pueden sufrir durante la infancia. Algunas de estas personas también pueden presentar alteraciones en el cerebro, algo que muy probablemente, tenga que ver con que las experiencias vividas hayan alterado su comportamiento.

preocupaciones en los niños

Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), dirigido por la profesora Carmen Sandi han podido demostrar el vínculo que existe entre el trauma psicológico, los cambios del cerebro y por tanto también… La relación que tiene todo esto con el comportamiento agresivo de las personas.

Las ratas fueron quienes ayudaron en este experimento. Una rata pre-adolescente que tiene un trauma tendrá un comportamiento agresivo después de haber tenido algunos cambios estructurales en el cerebro (los mismos observados en personas violentas). Las heridas emocionales y psicológicas que se sufren en la infancia dejan una huella biológica persistente en el cerebro. Los niños que sufren, además de sufrir también tienen alteraciones cerebrales que alterarán su comportamiento en el futuro, algo que no pasaría en caso de que no hubieran sufrido esos traumas o que al menos, hubieran sido tratados adecuadamente para potenciar su bienestar emocional.

Son millones de niños los que están expuestos directamente a la violencia. La forma más común de agresión destructiva se lleva a cabo en el hogar en forma de abuso físico, psicológico o con violencia doméstica. El impacto de estas formas de violencia en el niño y en el adolescente es complejo, pero lo que está claro es que les convertirá en personas violentas e incluso peligrosas.

El estrés severo también cambia el cerebro de los niños

El estrés severo también puede dañar el cerebro de un niño, según los investigadores de la Facultad de Medicina y el Hospital de Niños Lucile Packard. Los investigadores encontraron que los niños con trastorno de estrés postraumático y con altos niveles de la hormona del estrés cortisol eran propensos a experimentar una disminución en el tamaño del hipocampo, una estructura cerebral importante en el procesamiento de la memoria y la emoción.

trastorno de la alimentación

Aunque los efectos similares se han observado en estudios con animales, esta es la primera vez que los resultados han sido replicados en los niños. Los investigadores se centraron en los niños en situaciones extremas para comprender mejor cómo el estrés afecta el desarrollo del cerebro. No se refieren al estrés de hacer deberes o de discusiones en el hogar, sino de un estrés postraumático, de traumas psicológicos. Los niños sienten que están atrapados en medio de una calle sin salida y que un camión va a toda velocidad hacia ellos.


Los niños en el estudio sufrían de trastorno de estrés postraumático como consecuencia de sufrir abuso físico, emocional o sexual, fueron testigos de violencia o de experimentar la separación y la pérdida duradera. Este tipo de trauma en el desarrollo a menudo afecta a la capacidad del niño para alcanzar los hitos sociales, emocionales y académicos. Estos niños tienen mayor riesgo de desarrollar depresión o ansiedad en la edad adulta.

Los niños con predisposición genética (o por el ambiente en el que viven) a ser más ansiosos que sus iguales también tienen más probabilidades de desarrollar trastorno de estrés postraumático en respuesta a un trauma emocional, tal vez porque sus respuestas a otras experiencias de la vida simplemente los dejaron ante un umbral de estrés demasiado alto.

Los investigadores estudiaron a 15 niños entre edades comprendidas de 7 a 13 años que sufrieron de trastorno de estrés postraumático. Se midió el volumen del hipocampo al principio y al final del período de estudio de 12 a 18 meses. Después de corregir el género y la madurez fisiológica, encontraron que los niños con síntomas más graves de estrés y que tenían niveles a la hora de acostarse más altos de cortisol (otro marcador de estrés). Al inicio del estudio eran más propensos a tener reducciones en sus volúmenes del hipocampo que cuando se llegó al final del estudio (en comparación con sus iguales menos afectados, pero igualmente traumatizados).

trastorno emocional

A pesar de que los niveles diarios de estrés son necesarios para estimular el desarrollo normal del cerebro, los niveles excesivos pueden ser perjudiciales y potenciar además, consecuencias negativas en el comportamiento futuro de las personas. Un tratamiento común para el trastorno de estrés postraumático es ayudar a un paciente a desarrollar una narrativa de la experiencia traumática. Pero si el estrés del evento está afectando a las áreas del cerebro responsables de procesar la información y su incorporación en la historia, que el tratamiento puede no ser tan eficaz y se deberían pensar en otras alternativas. 

Como has podido comprobar es muy importante tener en cuenta el bienestar infantil para garantizar su felicidad y estabilidad emocional en el futuro.


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