A simple vista puede parecer que adultos y adolescentes sufren el herpes labial en la misma medida. Sin embargo, sus consecuencias son mucho más profundas en los jóvenes. Te contamos por qué aparece el herpes labial desde tan temprana edad, cuáles son los daños que no se ven a simple vista y cómo puedes ponerle remedio.
Por qué sufren los jóvenes tantas «calenturas»
Un gran porcentaje de la población entra en contacto con el virus del herpes simple (VHS), responsable del herpes labial, durante la infancia. Y los medios de contagio son tan familiares como difíciles de evitar:
- Contacto con gotitas en suspensión: tos, estornudos, risas…
- Compartir toallas, vasos o cubiertos en el colegio.
- Dar o recibir un simple beso en la mejilla.
Si lo piensas bien, cuando los niños entran en la guardería, lo normal es que pillen todos los virus habidos y por haber durante los primeros meses. Tanto es así que acaban pasando más tiempo en casa, con padres o abuelos, que en la propia guardería.
Se entiende que esto refuerza el sistema inmune de los pequeños (al mismo tiempo que pone a prueba el de toda la familia). Y ese cóctel de refuerzo bien puede contener al VHS.
Sin embargo, el herpes labial no es un microorganismo que tu cuerpo combate y acaba destruyendo. Este virus, una vez que infecta por primera vez, se queda contigo para siempre. Cuando desaparecen los síntomas, en realidad él sigue escondido en tus ganglios linfáticos. Es lo que se conoce como fase latente. No lo sientes. No lo sufres. Pero sigue ahí.
Y cuando algo reduce la capacidad de respuesta de tu sistema inmune, el virus aprovecha para resurgir de su letargo:
- Tras la exposición a radiación UV sin protección.
- Cuando tomas medicamentos inmunosupresores.
- En situaciones de estrés crónico o puntual.
- Durante procesos de fuerte cambio hormonal.
¿Adivinas cuál de estos 4 desencadenantes se dan con especial frecuencia en adolescentes?
Los cambios hormonales que suceden durante la adolescencia son más que conocidos. Pero también es importante prestar atención a la carga de estrés que sufren los jóvenes, tanto el derivado de las expectativas y exigencias académicas, como el social, debido a su necesidad de encajar y formar parte de un grupo.
Es fácil entender por qué, con ese cóctel de hormonas y emociones, los adolescentes tienden a sufrir brotes de herpes labial cada dos por tres.
El herpes labial «duele» más durante la adolescencia
Una vez que aparece el brote, a simple vista se desarrolla igual en adultos que en adolescentes:
- Comienza con una quemazón u hormigueo.
- Desarrolla una ampolla o pústula.
- Esta se abre, dejando abierta una herida.
- Se forma una costra que, una vez seca, se cae.
Este proceso, puede durar de 5 a 10 días y, aunque en un individuo sano no tiene por qué ser una dolencia grave, tiene inconvenientes que van más allá del malestar o el dolor físico asociado a las pupas:
- Te altera el carácter y el sentido del humor por culpa de ese dolor constante e incómodo que apenas te permite comer o reír.
- Provoca sentimientos de vergüenza y culpa, especialmente si las lesiones son de gran tamaño o se repiten con demasiada frecuencia.
- Fomenta que acabes aislándote o evitando reuniones sociales por miedo a ser el centro de todas las miradas y contagiar a otros.
Si estos efectos secundarios pueden dañar la autoestima y romper el ritmo de vida de cualquier adulto, imagina lo que siente un adolescente en pleno brote de herpes labial. La vida social de los adolescentes, tan importante como frágil.
Para los jóvenes, pertenecer a un grupo y sentirse aceptados por sus amigos es esencial. Además, hoy en día mantener las apariencias y proyectar cierta imagen de éxito, estatus o bienestar se ha convertido en algo aún más importante de lo que era antes, cuando no existía Instagram, TikTok y compañía.
Cuando un adulto sufre un brote de herpes labial, lo maneja lo mejor que puede, baja la cabeza más de lo normal y sigue con sus obligaciones intentando no llamar demasiado la atención. Un adolescente, sin embargo, puede ver cómo sus amistades se debilitan debido al rechazo social y al aislamiento (ya sea elegido o impuesto). Y estas emociones de soledad, tristeza e incomprensión pueden desencadenar procesos aún más graves, como la ansiedad o la depresión.
Por eso, si hay una edad en la que merece la pena prevenir la aparición del virus, en lugar de limitarte a tratar los síntomas, es la adolescencia. Cómo prevenir la reaparición del herpes labial.
Hemos dicho que el virus del herpes labial no tiene cura. Pero eso no significa que debas quedarte de brazos cruzados y resignarte a sufrirlo hasta el fin de tus días. La salud es algo que puedes mejorar a diario. Y tu sistema inmune no es una excepción.
Muy al contrario, hoy en día es posible entrenarlo para que sea capaz de contener al virus del herpes labial incluso durante los cambios hormonales y picos de estrés que ocurren durante la adolescencia. Esta solución se llama microinmunoterapia, un método que usa las mismas moléculas que las células de tu cuerpo, y en concentraciones equivalentes o más bajas si cabe, para «recordarle» cómo debe enfrentar al virus del herpes labial. Gracias a su composición, es apto para cualquier edad y compatible con otros medicamentos. Por lo tanto, resulta el apoyo perfecto para prevenir y reducir las recidivas del herpes labial a esta edad.
¿Tienes un adolescente en casa con problemas sociales y emocionales a causa del herpes labial? No esperes a que aparezcan de nuevo los síntomas y sus desagradables efectos secundarios. Pregunta en tu farmacia por la microinmunoterapia y ayúdale a vivir su adolescencia sin vergüenza ni miedo al rechazo.