El TDAH son las siglas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Está diagnosticado en niños y en adultos como una falta de atención o de concentración en su comportamiento. Pero por alguna razón, hay momentos en que estos niños logran alcanzar su máxima concentración, llamado en este caso un hiperfoco. Nos adentraremos en analizar qué es el hiperfoco y qué relación tiene con el TDAH.
Muchos padres piensan que sus hijos diagnosticados con TDAH no pueden concentrarse con total garantía. Estos niños son intensos, con problemas de concentración y con mucha hiperactividad, justificada por lo que son. Mucho más lejos de lo que se piensa, estos niños pueden tener su concentración regulada, dentro de unos mecanismos internos que activan y que pueden llevar a cabo.
¿Un niño con TDHA cómo actúa?
Los padres con niños TDHA prestan una atención especializada en el cuidado y educación de sus hijos. Se piensa que las personas diagnosticadas con este trastorno no pueden concentrarse en la mayoría de las ocasiones, haciendo que en la mayoría de los casos piensen que no presente atención en todos los campos. Pero este caso no es así, ya que muchos niños son capaces de concentrarse en materias que les interesa sin ser un impedimento para ellos. Es lo que llamamos el hiperfoco.
¿Qué es el hiperfoco?
El hiperfoco es la capacidad que tienen algunos niños con TDAH y otros con trastorno de TEA (trastorno del espectro autista) de poder concentrarse de forma intensa en alguna actividad que les puede resultar interesante, gratificante y especial. Son momentos en los que pueden llegar a abstraerse completamente en alguna actividad y alguna tarea que en el futuro les puede calificar como una materia brillante para ellos.
¿Existe una explicación científica para el hiperfoco? Por investigaciones científicas, se ha llegado a relacionar que el hiperfoco puede provenir de los desniveles que existen en la comunicación entre las neuronas gracias a la dopamina. Cuando esta sustancia es eficiente, es cuando se produce el choque y la desmotivación en la realización de actividades que no les interesa.
Diferencia entre el hiperfoco y la hiperconcentración
Un niño con TDAH tendrá un problema de hiperconcentración. Si está en clase y está participando en alguna materia, si no le interesa puede llegar a costarle mucho su concentración en esa actividad. Es lo que también se denomina la desregulación de la atención y dónde tienen que aprender a moderar su comportamiento para poder centrarse cuando no les interesa.
Con el hiperfoco, no tienen que aprender a concentrarse, sino que su habilidad mental hace que puedan concentrarse de forma intensa en algo que les interesa. Su centralización en tal materia puede llegar a ser muy alta, llegando a rebasar los parámetros estimados en esta descripción. Quedan absortos, pareciendo que se encuentran en otro mundo, ya que su atención es exclusiva y práctica. De ahí que destaquen en algunas materias o especialidades importantes.
¿Cómo son las personas y niños diagnosticados con TDAH?
Los niños pueden sufrir de este trastorno sin abarcar más conflictos mentales de los que puede suponer. Cuando tienen conocimiento de lo que tienen y se les recrimina con su comportamiento, es cuando pueden sufrir a la larga problemas de socialización.
Por otro lado, son personas generalmente siempre positivas, con gran sentido del humor e incluso son optimistas, a que siempre se concentran en lo positivo, dejando de lado lo negativo.
Siempre son luchadores, aunque en su interior sientan que son incomprendidos y muchos de ellos lucharán por elevar su imaginación y ser creativos. Además, siempre están cargados de energía y no toleran tener que aburrirse, ya que siempre tienen que estar haciendo algo.
Sin embargo, aunque siempre estén al alza de todos sus pensamientos y movimientos, por otro lado, tienen pensamientos y emociones mucho más intensas que las de la media. Cuando están muy arriba, están muy arriba. Y cuando están muy abajo, están muy abajo. Lo sienten todo con mucha más intensidad.
Tiene la habilidad de experimentar el hiperfoco, como hemos comentado. Ya que se quedan absortos y sumergidos totalmente en una actividad. En este punto, parece que no son conscientes de lo que ocurre a su alrededor, ya que bloquean los estímulos. Se pueden pasar horas y horas sin abandonar dicha actividad porque les está proporcionando una gran satisfacción emocional.
Es importante que los padres tengan en cuenta el comportamiento de estos niños, primero con el control desmesurado y el tiempo invertido en una actividad que a la larga no puede llegar a a ser tan productiva. Por otro lado, tampoco hay que desmotivar a los niños con este tipo de trastorno.
Hay investigaciones que muestran que muchos niños con este trastorno sufren una baja autoestima, dado a la culpabilidad infundada o porque ellos mismos no se ven capaces de superar o comprometerse en ciertas actividades normales. En personas ya mayores, esta práctica puede llegar a hacer que se sientan más introvertidos, tengan vergüenza y que este hecho les haya superado emocionalmente a la hora de socializarse.