Los que queremos un cambio en el sistema no somos hippies educativos

¡Muy buenas, lectores! Desde hace semanas no dejo de leer por foros y grupos educativos el término hippies educativos. Os confieso que aunque suponía saber su significado, me llamó mucho la atención la imaginación de algunas personas. Si no os estáis haciendo una idea, el término hippies educativos engloba a las personas que queremos un cambio del sistema educativo y de metodologías.

A simple vista, la palabra no parece mala y podría decirse que es  bonita y diferente. El problema viene cuando ese término lo utiliza gente para ofender a los que nos damos cuenta que nuestro sistema es un desastre y hay que hacer algo pronto. Entonces el significado de hippies educativos se vuelve algo negativo e incluso dañino.

El cambio educativo no significa hacer lo que queramos sin ningún objetivo y orden

Desgraciadamente, eso es lo que piensa muchísima gente que acuña el término hippies educativos. Se deben pensar que creemos que en la educación todo vale. Que no hay que seguir un orden, ni unos objetivos ni desarrollar programas. Por favor… ¡claro que lo sabemos y somos conscientes de ello! Pero el orden, los objetivos y los programas educativos pueden (y deberían) cambiar según va avanzando la sociedad. Poner en práctica la nueva educación en las aulas no significa que profesores y estudiantes puedan hacer lo que les venga en gana.

Y eso es justamente lo que ha pasado con el sistema educativo español (al menos en mi opinión, claro). Seguimos teniendo los mismos métodos de evaluación, la misma forma de enseñar y dar clase y los mismos programas que hace más de diez años. No sé si a vosotros os pasa, pero yo recuerdo cuando asistía a tercero de la ESO y veo que la situación no ha cambiado prácticamente en nada: deberes, exámenes, un claro alejamiento de la educación para la vida, la motivación y la emoción en el aula.

Pues sí, los hippies educativos somos personas formadas, reflexivas y con pensamiento crítico

Otro de los muchos comentarios que he leído acerca de los hippies educativos es que no tenemos derecho a hablar porque no sabemos nada o porque no estamos dentro de las aulas. Creo que, para saber que algo falla y que es un desastre educativo no hace falta estar en un centro educativo. Hay educadores, maestros, profesores, padres y madres que no trabajan en colegios pero que son conscientes de que algo va mal. ¿De verdad que ellos no tienen derecho a opinar?

Hay muchísimos profesionales de la educación que quieren un cambio educativo: pedagogos, investigadores educativos, formadores, consultores, redactores de contenido educativo… ¿es que ellos no tienen pensamiento crítico ni el conocimiento concreto para opinar? ¡Venga ya! Me parece muy injusto que a las personas que queremos un cambio de sistema real se nos etiquete de todas las formas ofensivas que existan. Y lo peor de todo es que todos, deberíamos tener un objetivo común: mejorar la educación.

Profesores comprometidos, estudiantes motivados y teniendo la educación para la vida presente

Creo que el título define muy bien lo que para mí significa la Nueva Educación. Desde siempre se ha creído que las instituciones educativas únicamente están para formar académicamente a los estudiantes. Afortunadamente, poco a poco, se ha ido descubriendo que la escuela como tal, podría dar mucho más a alumnos y a familias. Nos hemos dado cuenta que la educación para la vida no debería haberse excluido nunca de la educación tradicional en las aulas.

Profesores comprometidos que luchan por la mejor enseñanza. Docentes que se implican con los estudiantes, que les guían, que fomentan la reflexión y el pensamiento crítico. Alumnos motivados, con ganas de aprender e interesados por el conocimiento. Familias que vean a sus hijos encantados de ir al centro educativos por voluntad propia y no por obligación. Y un sistema educativo que no deja fuera la educación emocional ni la educación en valores.

Más allá de las matemáticas, del inglés, de la historia y de la lengua

¡Por favor, no penséis que no creo que esas materias no son importantes! Por supuesto que lo son. Pero también es importante que un estudiante sepa defender su opinión crítica con argumentos. También lo es conocer el tipo de contratos que existen o estrategias para realizar una entrevista con éxito. Una buena parte de los estudiantes que terminan bachillerato reconocen que no han aprendido nada útil en las clases.  Dicen que en muchos casos solo se premia la memorización.


De esta manera, ¿cómo vamos a esperar que sean personas independientes, con capacidad de análisis y de reflexión? Parece ser que muchos centros educativos todavía optan por formar en la sumisión y en la autoridad educativa dejando a un lado a los estudiantes. Precisamente, los hippies educativos queremos que las voces de los alumnos se escuchen para tenerlas en cuenta. Creemos que las matemáticas son muy importantes para los estudiantes. Pero desarrollar la empatía, el aprendizaje activo y gestionar las emociones también.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.

  1.   Macarena dijo

    Como bien dices Mel… si no fuera porque la palabra adquiere tintes despectivos en este contexto, yo sería también una «hippie educativa»; pero lo que me parece de mal gusto es intentar frenar el cambio (tan necesario) intentando que las personas que luchan por una educación mejor se sientan mal por sus pensamientos y acciones.

    Desde luego, lo que no es «de recibo» es que todo alrededor de los alumnos e hijos de hoy en día, esté cambiando, excepto la educación. Y peor aún, que tengamos una educación que ignora las necesidades educativas más básicas.

    Excelente artículo, felicidades 😀