Preparar cenas saludables, rápidas y que le guste a tus hijos ha sido, y sigue siendo una preocupación. De las cosas buenas del confinamiento es que podemos dedicarle más tiempo a la cena, eso si no eres una mamá teletrabajadora, y hasta puedes dejarles que te sorprendan.
Aunque siempre hablamos a nivel nutritivo de los desayunos, las cenas son muy importantes, porque son casi la única ocasión (o lo eran) en la que la familia se sentaba a la mesa juntas. Es el momento de compartir las experiencias del día, los preparativos del día siguiente y ofrecer, además de una alimentación saludable, un tiempo de calidad.
¿Cómo es una cena saludable ideal?
Está claro que para que las cenas sea saludables y nutritivas tenemos que valorar lo que nuestros hijos e hijas han comido en ese día. En términos generales es conveniente que las cenas sean ligeras en cantidades y pobres en alimentos grasos. Pero como te decíamos al principio todo va a depender del tiempo que pase entre la cena y el momento de ir a dormir. Ya sabes que hay países donde se cena a nuestra hora de merendar. Y también hay que tener en cuenta el aporte nutricional que se ha tenido en ese día específicamente.
Una vez aclaradas estas particularidades lo más indicado es que la cena incluya un plato de verduras, puede ser cruda o cocinadas. Si al mediodía el niño ha comido pasta, arroz o legumbres, puedes darle una rica ensalada variada.
Si sois una familia omnívora es conveniente que si el niño ha comido carne al mediodía no repita por la noche, y puedes darle pescado o huevo. El pescado puede ser todo un problema para los niños, puedes hacerle una tortilla con él o rellenar unos tomates, para que resulte más apetecible. Además al desmenuzarlo detectarás si tiene espinas.
Hacer cenas saludables y divertidas
Lo que le ocurre a la mayoría de los niños es que se aburren comiendo. Más aún las nuevas generaciones que están llenas de estímulos. Nuestra recomendación es que les sorprendas tanto en los ingredientes, la manera de cocinarlo como en su presentación.
En las especiales circunstancias que estamos viviendo puedes pedirle a tus hijos e hijas que te ayuden a preparar un plato exótico, de La India por ejemplo, o sencillamente que te ayuden a prepararlo. Recuerda que la gastronomía forma parte de la cultura de los pueblos y es una buena forma de parecer que viajamos. En el siglo XXI tenemos muchas suerte de tener a nuestro alcance alimentos, especias y sabores, que antes era más difícil de encontrar, como el pan de pita, la quinoa, chia, cúrcuma y muchas otras.
Para los más pequeños las brochetas siempre son una apuesta segura. Pueden ser de verduras, de carne y verduras, pescado o de frutas. Admiten todo, y la manera de comerlas las hace divertidas. En este sentido las tortitas de maíz, o trigo y las creps son una buena solución para que los niños se monten su propia cena. Os proponemos una idea, puedes hacer estos mismos rollos con hojas de lechuga romana, lombarda, col o repollo. Esta es otra manera de llegar a las verduras.
¿Se puede tomar postre después de la cena?
De los postres dulces y demasiado grasos no es aconsejable abusar nunca, pero no hay drama si tu hijo decide comer un dátil o un poco de pan de higo.
Además hay muchos postres muy saludables que puedes hacer, y que te pueden servir de base para un único plato de cena. Por ejemplo podéis hacer la típica macedonia de fruta fresca, a la que puedes añadir queso fresco, cereales, frutos secos. Aunque parezca un desayuno, también te puede servir para irte a la cama.
También puedes prepararle a tus hijos un batido de fruta con leche de avena, o incluso con la misma avena y ofrecérselo de postre después de una saludable cena.
En cualquier caso recuerda que el éxito y el fracaso de una cena para niños puede estar en la presentación,y un consejo ¡nunca les digas que son sobras!