Dicen que hay dos tipos de personas, los optimistas y los otros. Sea como fuere, ser optimista es una cualidad que se puede aprender. Sí como lo oyes, podemos reeducarnos a nosotros mismos para tener un pensamiento y una mirada más positiva y sobre todo, podemos educar a nuestros niños y adolescentes para que aprendan a ser personas cargadas de optimismo.
Las personas optimistas construyen y se sienten responsables de su propia felicidad, por tanto los eventos negativos son raros, suceden pero no es lo habitual. Además si ocurre algo malo es por causas externas, así que era inevitable.
Consejos para hacer niños optimistas
La psicología infantil ha desarrollado distintos métodos para ayudar a niños y niñas a ser más felices. Lo principal es aprender a que las frustraciones forman parte del desarrollo normal de la vida, y hay que afrontarlas con una actitud positiva. Te pasamos algunas pautas de comportamiento sencillo que vaya dejando un poso de optismismo en ti, y en tu hijo. Si hacemos tanto hincapié en ti misma es porque a ver la vida desde un lado positivo se aprende, y tú debes ser el modelo para tus hijos e hijas.
- Si algo les sale mal, o no le sale a la primera, no le hundas, ni trates de hacerlo por ella o él. Utiliza la frase: «no pasa nada». Verás como va dejando de dar importancia a los tropiezos.
- Juega y ríete abiertamente con tus hijos. Puedes hacerles cosquillas, hacer tonterías o contarles chistes, no importa la risa despierta el buen humor y éste aumentará su autoestima.
- Enseña a tu niño a dar las gracias. Que valore la comida de cada día, su ropa, a su familia, amigos, el deporte que practica, su salud.
- Aunque parezca obvio, dile a tus hijos que los quieres. Demuéstraselo no solo con palabras, sino también con gestos y sorpresas.
- Hay que enseñar a los niños a creer que sí mismos. Una manera de motivarles a esto es aplaudir y reconocer sus éxitos. Siéntete orgullosa de ellos y compártelo.
Una de las características de todos los niños y niñas optimistas es su personalidad fuerte, a la vez que cariñosa y muy protectora con los más débiles y frágiles.
Optimistas en la adolescencia, ¿cómo conseguirlo?
Parece que el optimismo y la adolescencia son como el aceite y el agua, que se repelen. Pero no es así. Si bien esta es una etapa difícil y hormonalmente complicada, será mucho más llevadera si consigues que los adolescentes tengan una mirada “menos gris”.
Un ejercicio que puedes hacer con los y las adolescentes es coger un papel y pedirles que hagan una lista de ilusiones. Esas cosas que cada cual desea que ocurran. Déjale que se ensueñen y visualicen cómo se van cumpliendo sus deseos. Luego pídeles que traten de imaginarse un modo de alcanzar esos objetivos. Ya habrás conseguido un tiempo de optimismo, ahora solo queda practicar.
A estas edades hay que trabajar mucho las actitudes de ilusión y motivación, por lo que resulta muy adecuado incentivar a la lectura y a ver películas motivadoras y de hazañas. Por ejemplo, nos atreveríamos a recomendarte La teoría del todo, basada en la vida del físico Stephen Hawking.
Por qué el optimismo es importante
A todas las edades el optimismo es importante. Los adultos, niños y adolescentes optismistas son menos inseguros, controlan sus expectativas, se muestran más activos evitando la apatía y el aburrimiento. Son niños más entusiastas y jóvenes más emprendedores. También son menos propensos a sufrir de ansiedad o depresión ante das dificultades.
Los niños y adolescentes con una visión positiva del mundo suelen ser más curiosos. Nunca dejan de querer aprender. Van adquiriendo habilidades continuamente, lo que les convierte en seres muy sociales, participan en grupos, toman cases o conversan con gente.
Por último el hecho de saber que pueden cambiar las cosas, convierte a los adolescentes optimistas en individuos más perseverantes. No suelen desistir ante el primer obstáculo que se presente. Aunque nosotros, los adultos de la familia, no estemos de acuerdo con esos objetivos, pero eso ya es otra historia.