La indefensión aprendida es cuando las personas aprenden que si se rinden o actúan impotentes, alguien intervendrá y les ayudará. Actuar como si estuviese indefenso se convierte en una forma de hacer para que otras personas hagan las cosas por uno mismo.
Con el tiempo, crees que estás indefenso. Es una mala lección para aprender… Y los niños no deben aprender esto porque puede generarles problemas graves tanto a corto como a largo plazo.
Cuando los niños y adolescentes usan este atajo, no aprenden independencia. De hecho, en las familias donde esto ocurre, muchas veces encontrarás que a los niños no se les permitía ser independientes. Tal vez tuvieron que hacer las cosas de cierta manera y todas las elecciones fueron hechas por ellos. Finalmente, se dieron por vencidos. Se rindieron.
Independientemente de por qué tu hijo podría haber desarrollado una indefensión aprendida, como padre, es importante dejar de hacer las cosas que necesita hacer por sí mismo. No hagas la tarea por él. No hagas sus quehaceres por él… Piensa en qué puede hacer dependiendo la edad que tenga y piensa qué tipo de actividad puede hacer por sí mismo. Deja que haga esas cosas. Puedes estar disponible para recibir ayuda si es necesario, pero no asumas sus tareas porque entonces solo aprenderá que no es capaz de hacerlo por sí solo.
Una de las cosas más importantes de los niños es que tienen que aprender independencia desde que son bien pequeños para que cuando sean adolescentes sean capaces de hacer las cosas por sí mismos sin tener que repetirle las cosas un millón de veces e incluso entrar en conflicto cuando no quieren colaborar. Pueden no querer colaborar porque se han acostumbrado a que otros hagan las cosas por ellos o porque no se sienten capaces de hacer las cosas por su cuenta.
De esta manera los niños y adolescentes podrán aprender a asumir sus responsabilidades y se les estará dando la oportunidad de aprender independencia.