La alimentación de los niños durante el invierno, debe ser más nutritiva y calórica para ayudar a fortalecer su sistema inmunitario. Durante los meses más fríos del año, los virus campan a sus anchas y los niños son muy vulnerables a contagios, ya que por lo general, comparten con sus iguales de una forma natural, pero poco segura. Por ello, la mejor manera de mantener seguros a los peques es asegurándoles una dieta apropiada en cada temporada.
El invierno está a punto de hacer acto de presencia y con él, las bajas temperaturas típicas de esta temporada. Así que es importante empezar cuanto antes con una alimentación más nutritiva y adecuada para los meses que están por venir. Toma buena nota de los consejos que vas a encontrar a continuación. Con estos trucos de alimentación, no solo podrás fortalecer el sistema inmune de los niños, sino el de toda la familia.
Cómo debe ser la alimentación en invierno
La mejor manera de asegurarse de que la dieta es rica, equilibrada y saludable, es introduciendo alimentos de todos los grupos, no solo en invierno, sino a lo largo de todo el año. Sin embargo, durante el invierno, en la alimentación de los niños (y de toda la familia) no pueden faltar:
- Los platos de cuchara: En nuestra gastronomía contamos con una gran variedad de platos de cuchara, ricos, llenos de nutrientes y perfectos para mantener una buena temperatura corporal. Lo que evita que se produzca un exceso en el gasto energético por el cansancio. Estos platos como las sopas, estofados, guisos de legumbres o cocidos, están repletos de vitaminas, minerales, proteínas y todo tipo de nutrientes que fortalecen el sistema inmunitario.
- Vitaminas: Especialmente las de los grupos A, que ayuda a proteger las mucosas, y las del tipo C, que contribuyen en la absorción del hierro. Estas vitaminas se encuentran en frutas y verduras como el brócoli, la calabaza o el pimiento. También en todas las frutas cítricas, como la naranja, mandarina, pomelo o el kiwi.
- Los betacarotenos: Este nutriente se suele relacionar con los productos que ayudan a la piel a ponerse morena en verano, pero también es una gran ayuda en el aumento de las defensas de los niños. Incluye en la alimentación zanahorias, boniato, calabaza, acelgas o espinacas.
- El pescado azul: Por su alto contenido en ácidos grasos Omega3, además de su gran aporte de proteínas, grasas saludables y minerales. Durante el invierno, aumenta el consumo de pescados como el salmón, el atún o la sardina.
La hidratación, un aspecto fundamental
Cuando hace frío es más fácil olvidarse de tomar suficiente agua, puesto que la ausencia de calor evita que tengamos sensación de tener sed de la misma forma que se tiene en verano. Sin embargo, mantener el cuerpo bien hidratado es fundamental para evitar resfriados y el contagio de todo tipo de virus. Cuando no existe hidratación suficiente, las mucosas del cuerpo se resecan.
En este caso, no pueden cumplir su función como barrera protectora ante virus y bacterias. Por lo tanto, es muy importante que los niños tomen una buena cantidad de agua todos los días. Como lo más seguro es que ellos mismos se olviden de tomar agua, puesto que no tendrán demasiada sed, es importante que les recuerdes que deben hacerlo y que se acostumbren a tomar agua regularmente.
Hábitos de vida saludable
Una buena alimentación y una correcta hidratación, son fundamentales para que los niños estén fuertes y con buenas defensas durante todo el invierno. Sin embargo, existen otros aspectos que deben cuidar para mantenerse sanos y bien protegidos. Evitar el sedentarismo es esencial, puesto que se ha demostrado que la obesidad y el sobrepeso son factores de riesgo ante enfermedades muy graves, como el coronavirus que asola en estos momentos.
Practica ejercicio físico con los niños, organiza excursiones por el campo para que puedan respirar aire puro. Además de ser un gran ejercicio, estar en contacto con la naturaleza les enseñará a disfrutar de las muchas cosas inmateriales que nos ofrece la naturaleza. Sin olvidar que este tipo de excursiones en familia, son la mejor manera de disfrutar del tiempo todos juntos y fuera del ámbito habitual.