La bursitis en niños

Niños deportistas y bursitis

Hay una edad en la que muchos niños comienzan a practicar deporte con mayor frecuencia. Y si además se sienten entusiasmados con la actividad en cuestión puede que hasta se vuelven pasionales y no quieran perderse de una sola partida de tenis o de su entrenamiento de básquetbol semanal.

Es en la primera infancia cuando los padres comienzan a planificar actividades físicas por fuera del horario escolar, algo que se intensifica al promediar los 8, 9 o 10 años. El deporte es un gran complemento para el desarrollo infantil y es por eso que todos alentamos su práctica sin embargo un exceso en la actividad física puede devenir en ciertos problemas, como es el caso de la bursitis, una inflamación vinculada a las articulaciones.

Qué es la bursitis

Quizás el primer registro sea apenas un dolor, que a lo largo del tiempo y a medida que la práctica avanza, se vuelve más fuerte, en especial si el mismo ocurre en una zona del cuerpo exigida por las propias características de la actividad: el codo en el caso del tenis, las muñecas si hablamos de básquet, las rodillas en el caso del fútbol o las caderas si se trata de gimnasia deportiva.

Todo indica que se trata de algo momentáneo y que con el correr de los días se apaciguará pero, por el contrario, el dolor se agudiza hasta volverse insoportable en ocasiones y es entonces cuando hablamos de bursitis, que no es otra cosa que la inflamación o irritación de la llamada bolsa sinovial.

La anatomía del cuerpo

Bursitis infantil

Para comprender mejor de qué se trata la bursitis, es necesario conocer la anatomía de nuestro organismo y saber entonces que el cuerpo presenta una multitud de articulaciones que varían en forma y tamaño, aunque la mayor parte de ellas presentan un saco con un fluído dentro, llamado líquido sinovial. Este saco presenta un tamaño proporcional al de la articulación y sirve para amortiguar la presión y los movimientos. Por eso es que los sacos son conocidos como bolsas sinoviales.

Cuando estas bolsas se inflaman se produce un dolor intenso que, de acuerdo al nivel de la inflamación, requerirá asistencia urgente o bien un tratamiento más lento.

Cómo se produce y en qué zonas del cuerpo

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La bursitis puede producirse de manera repentina y a raíz de un golpe directo o bien por la repetición de determinados movimientos de una articulación específica. Por eso es que es una dolencia muy común de los tenistas, que muchas veces fuerzan los brazos para el saque. Otros casos en los que puede aparecer un cuadro de bursitis es si el cuerpo debe compensar algún tipo de situación de desequilibrio corporal, forzando una zona del cuerpo más que otra (piernas/brazos).

Si bien es una dolencia que podría también estar vinculada con la artritis o bien con una infección bacteriana, en niños y adolescentes la bursitis está mayormente asociada a esfuerzos corporales o bien a golpes directos.

Las bursitis más frecuentes en niños y adolescentes son:


  • Codo
  • Rodilla
  • Cadera
  • Hombro
  • Tobillo

De los síntomas al tratamiento

Bursitis en niños

Para detectar una bursitis hay que prestar atención a cuestiones diversas. Los síntomas más comunes de la bursitis son:

  • Quemazón en la zona debido a que la irritación de la bolsa puede provocar ardor en la piel o bien que la zona afectada se sienta más caliente.
  • Dolor y sensibilidad en la zona de la articulación afectada.
  • Enrojecimiento de la piel, debido a la inflamación.
  • Dificultad para mover la articulación.

En caso de que aparezcan uno o varios de estos síntomas y que los mismos persistan en el tiempo lo mejor es suspender la actividad física y dejar el cuerpo en reposo para que no forzar más la inflamación. Además, es recomendable seguir los mismos cuidados médicos que se recomiendan para muchas lesiones deportivas:

  • Aplicaciones de hielo para reducir la quemazón. Esto se puede hacer varias veces al día por un máximo de 20 minutos cada vez.
  • Aplicaciones de calor, para desinflamar la bolsa sinovial y así aliviar el dolor. En este caso, también por un máximo de 20 minutos seguidos aunque varias veces al día.
  • No ejercer presión, pues de esta forma se agrava la inflamación.
  • Mantener en alto la zona afectada por encima del nivel del corazón pues esto ayudará a reducir la inflamación.
  • Medicamentos: dependiendo de la gravedad y del dolor, se puede recurrir a antiinflamatorios.

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