La importancia de comprender a las víctimas del acoso escolar

acoso escolar

En la actualidad existen muchos tipos de acoso que desgraciadamente, muchas personas experimentan, a cualquier edad. En realidad, cuando se trata de acoso escolar o intimidación, los padres se preocupan sobre si su hijo se convertirá o no en una víctima de intimidación (ya sea en la escuela, en las actividades extraescolares o en Internet). El acoso o intimidación ocurre con más frecuencia de lo que las personas pueden imaginarse (1 de cada 6 niños sufre acoso de algún tipo, y todos los niños tienen riesgo).

Lo que buscan los agresores

El acoso o intimidación son malas conductas que hacen los agresores y que en ningún caso la víctima tiene culpa de ningún tipo. El acoso o intimidación es un problema serio y preocupante que tiene graves consecuencias en las víctimas.

Cuando se trata de intimidación, los acosadores están buscando una víctima sobre la que puedan ejercer el poder. Pero su elección sobre a quién intimidar es mucho más compleja que molestar a las personas más débiles que ellos. De hecho, hay una variedad de razones por las cuales una persona puede convertirse en una víctima de intimidación, incluyendo desde diferencias de personalidad hasta estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Algunas de las razones más comunes por las cuales los niños son atacados incluyen ser diferentes de alguna manera, como ser alto, bajo, pesado o delgado. Los niños también son atacados por su raza, religión, orientación sexual y género. En otras ocasiones los niños son intimidados porque están dotados de alguna manera. Quizás son buenos en la escuela o se destacan en el campo de fútbol. Cualquiera que sea el motivo, hay algo acerca de la víctima de intimidación que llama la atención del acosador.

superar las burlas

Tampoco es raro que los niños populares sean atacados por acosadores con la misma frecuencia que el estudiante socialmente aislado. La diferencia es la motivación del acosador. Si el acosador se dirige a un niño que suele estar solo es porque lo ve como débil y que tiene pocos amigos que le defiendan. Si en cambio, ataca a un chico o chica popular, normalmente es por envidia… Intentará difundir rumores o excluirlo de algunas actividades.

Incluso el tipo de padres que tiene un niño también puede hacer que tenga más o menos probabilidades de que un niño se convierta en víctima de acoso. Los padres que son más sobreprotecotres suelen tener hijos que son más fáciles que se conviertan en la diana de los acosadores. Este estilo de crianza impiden que los niños tengan una buena autonomía, confianza en sí mismos o la asertividad suficiente para lidiar con situaciones de acoso.

Cómo se siente la víctima del acoso

Cuando una persona es acosada es una experiencia traumática que puede tener consecuencias duraderas. Las víctimas de intimidación se ven afectadas física, emocional, social y académicamente. También se sienten solos, aislados, débiles y vulnerables. Y muchas veces, parece que no hay un final a la vista y no hay forma de escapar. Estos sentimientos son especialmente experimentados si la víctima experimenta cyberbullying.

El último informe de Fundación ANAR revela un aumento en la incidencia de ciberbullying

Las víctimas de la intimidación también pueden comenzar a desarrollar serios problemas si la intimidación no se aborda de inmediato. Por ejemplo, algunas víctimas de intimidación experimentan ansiedad y depresión. Algunos incluso desarrollan trastornos de la alimentación , trastornos del sueño y trastorno por estrés postraumático  En casos severos, las víctimas de intimidación contemplarán la terrible idea de suicidarse, especialmente cuando se sienten sin esperanza, solos y sin opciones. Muchos se culpabilizan de lo que les ocurre y sienten que si fueran diferentes de alguna manera, no tendrán que sufrir.

Si crees que tu hijo sufre acoso escolar es necesario que hables con el pediatra. Así podrá evaluar el bienestar físico y emocional del niño y ofrecer sugerencias de asesoramiento en caso de que sea necesario. Ten en cuenta que el hecho de que tu hijo reciba ayuda de algún tipo no es de ningún modo una señal de debilidad, todo lo contrario. Es una señal de fortaleza porque estáis tomando medidas para superar lo que el acoso escolar está provocando. Tu hijo necesitará desarrollar habilidades sociales y también emocionales para sentirse seguro y así también, poder hablar de sus temores y preocupaciones sin sentirse juzgado en ningún momento.


Habilidades necesarias para prevenir la intimidación

No existe un fórmula infalible para evitar que la intimidación ocurra en la vida de tu hijo, pero existen ciertas habilidades y comportamientos que desarrollan una barrera protectora frente al acoso. Por ejemplo, los niños que tienen una fuerte autoestima, que son capaces de expresarse con asertividad y que tienen fuertes habilidades sociales, tienen menos probabilidades de sufrir acoso que aquellos que carecen de estas habilidades. Además, los niños que tienen amistades saludables también tienen menos probabilidades de ser intimidados.

También es necesario que aprendan a mantener el contacto visual, tener buena postura, tener fuertes habilidades para resolver problemas, saber dónde están los puntos conflictivos y evitarlos.  La resiliencia también es necesario porque aprenderán a vivir la vida de una forma mucho más exitosa. Tendrán una actitud positiva a pesar de vivir situaciones algo estresantes.

Formas de hacer frente al acoso

Lo más importante que pueden hacer las víctimas de acoso al lidiar con la intimidación es reconocer sobre qué tienen control y qué no pueden controlar. Por ejemplo, las víctimas de acoso pueden no ser capaces de controlar lo que dice o hace el acosador, pero pueden controlar su reacción ante la intimidación. También pueden tomar decisiones sobre cómo manejar el acoso escolar, como enfrentarse al hostigamiento , defenderse y denunciar el acoso  a las personas adecuadas. Este paso de recuperar el control es a menudo el primero en la curación de la intimidación porque le da poder a la víctima de intimidación y le permite alejarse del pensamiento de la víctima.

Otra forma de lidiar con la intimidación es centrarse en reformular la situación o encontrar una nueva forma de pensar acerca de la intimidación. Por ejemplo, las víctimas de la intimidación pueden buscar lo que aprendieron al ser acosados en lugar de centrarse en el dolor que les infligió el acosador. Tal vez descubrieron que son mentalmente más fuertes de lo que pensaban con anterioridad. O tal vez descubrieron que realmente tienen grandes amigos que siempre parecen estar a su lado. Independientemente de la dirección que adopten con su línea de pensamiento, el objetivo es desviar las palabras y las acciones del agresor. Nunca deberían poseer las palabras que se dicen sobre ellos ni permitir que esas palabras definan quiénes son.


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