Como sociedad, es fundamental que tengamos claro la importancia de educar en valores a los niños. Por desgracia, cada vez son más numerosos los casos de bullying en las escuelas y eso -además de muy preocupante- también demuestra que en materia de educación en valores algo está fallando.
La educación en valores es primera labor de la familia y posteriormente continúa en la escuela. Sin embargo, aún nos queda bastante que avanzar en este sentido, de ahí la importancia de educar en valores a los niños. Por ello, en este artículo ofrecemos una guía orientativa para madres y padres que muestran los principales valores en los que educar a sus hijos.
Qué son los valores
Antes de entrar en materia, lo primero que debemos tener claro es qué son los valores.
El término “valor” procede del latín “valor-valoris”. Se trata de una escala ética y moral que el individuo posee a la hora de actuar. Está vinculada con la educación recibida desde pequeño y nos ayuda a discernir el bien del mal.
Así pues, los valores son reglas de conductas y actitudes que dictan una determinada forma de actuar, que son consideradas correctas y que repetimos bajo cualquier circunstancia. Los valores, por tanto, nos permiten convivir con otras personas de manera justa proporcionando un beneficio a la sociedad como colectivo.
Asimismo, los valores pueden ser incorporados a través del aprendizaje -como es el caso que nos ocupa en este post pero también pueden ser descubiertos en fases más avanzadas de la vida.
La importancia de educar en valores a los niños
Enseñar valores a los niños es importante sencillamente porque les hará mejores personas y más adaptados a la sociedad.
Educar en valores es educar moralmente porque los valores enseñan al niño a distinguir el bien del mal y a comportarse de acuerdo a ello. Tiene por objeto lograr que el niño adquiera nuevas formas de entender la vida de modo que le permita construir su propia historia personal y la colectiva.
Los niños cuando nacen no son ni buenos ni malos. Es la educación que recibirán la que determinará posteriormente sus conductas. Es preciso recordar que los niños aprenden mediante el ejemplo, de ahí el papel fundamental que cumplen padres y cuidadores en su educación.
¿Qué ocurre cuando fallamos en esto? entre otras muchas cosas, una problemática de máxima actualidad que nombrábamos al inicio de este post: el bullying. Y vamos más lejos aún, el mobbing. Entre el acoso psicológico y físico en la escuela y en el trabajo, la única línea que los separa es la franja de edad y en consecuencia, el entorno (académico o laboral). Aquellos niños que faltan el respeto y abusan en las escuelas, lo harán probablemente en el futuro en los entornos laborales. Así pues, recordamos encarecidamente la importancia de educar en valores a los niños.
Qué valores transmitir a los niños
En materia de valores, la lista es innumerable. Pero aquí te mostramos una recopilación de aquellos que no deben faltar en una buena educación en valores:
- Empatía: cualidad que nos ayuda a ponernos en la situación de los demás, comprendiendo aquello por lo que está pasando y los sentimientos que afloran debido a su vivencia.
- Gratitud: “Es de bien nacido, ser agradecido”. El agradecimiento es un signo de educación y de salud. Agradecer por toda la riqueza que la vida nos ofrece y a los demás por sus buenas acciones.
- Responsabilidad: ser responsables es responder adecuadamente a lo que nos compete en un momento dado. La responsabilidad es individual y colectiva, y siempre empieza por uno mismo.
- Paciencia: es saber esperar. La sociedad de la tecnología nos ha hecho quererlo todo aquí y ahora. Así nace la baja tolerancia a la frustración y esto debemos evitarlo.
- Bondad: es el deseo de hacer el bien, ayudar, ser amable y considerado.
- Amor: es una de las fuerzas más poderosas que poseemos, nos induce al cuidado de aquello y aquellos por los que sentimos un afecto genuino.
- Sinceridad: significa vivir y relacionarse con los demás de manera transparente, sin intenciones ocultas. La sinceridad empieza por uno mismo.
- Perdón: perdonar no es olvidar, es comprender que el otro lo hizo como pudo aunque obrara injustamente con nosotros. Requiere empatía y valentía para trascender la ira y el dolor desistiendo de cualquier acto de venganza. Es un acto liberador porque nos desprende de resentimientos.
- Humildad: La humildad es comprender que nadie lo sabe todo y que como seres humanos nos movemos en nuestros propios límites y flaquezas. Es lo opuesto al narcisismo.
- Solidaridad: nos mueve a ayudar a cualquier persona necesitada y nos permite construir un mundo mejor.