La importancia de la Inteligencia emocional en casa

Inteligencia emocional

No existe un manual para ser buen padre o buena madre. Pero cuando tienes un hijo empiezas el viaje de la exploración de cómo podrías llegar a ser la madre ideal, que es lo mismo que decidir y hacer todo lo que consideres adecuado para una buena crianza de tus hijos. La comunicación, la empatía, el cariño, el apoyo incondicional son algunos de los pilares fundamentales necesarios para ser padres que eduquen a sus hijos con Inteligencia emocional.

Los padres que educan con Inteligencia emocional tendrán mayor conocimiento sobre sus hijos, pero sobre todo, sobre sí mismos. Algo fundamental para poder observar y reconocer los sentimientos, pensamientos de uno y así mismo de los demás. También para poder empatizar con las demás personas, y sobre todo, con los hijos: reconociendo las emociones.

Cómo educar a los hijos con inteligencia emocional

Cuando los padres desarrollan la inteligencia emocional en casa, además de beneficiarse como padres, es un gran beneficio para el niño a largo plazo para su desarrollo evolutivo e integral. Pero ahora bien, ¿Cómo podemos educar y desarrollar este tipo de inteligencia?

Reconociendo las emociones

Debemos ser capaces de poder reconocer cada emoción que sentimos o que sienten las personas que nos rodean. Se dice que a partir de los dos o tres años, los niños ya son conscientes de muchas de las emociones básicas. Como padre o madre, debemos intentar preguntarle qué le ocurre, estar a su lado y hasta expresarle lo que sientes tú al verlo o verla así.

Entender las emociones

Si los peques saben cuáles son, ahora el paso siguiente es intentar que las entiendan. Esto sucede alrededor de los 5 o 6 años. Solo queda explicarles que lo que sienten son reacciones ante algo que les gusta o les desagrada. Por eso siempre se debe buscar el origen lo que realmente provoca que esto suceda.

Controlar la ira y demás emociones

Quizás una de las que más nos preocupan es la ira. Por eso, debemos ayudarles a controlar todas las emociones que sienten. Aunque no es una tarea sencilla, dale tiempo y deja que se exprese para que suelte todo lo que le ha llevado a ese estado. Para poder calmarlo también lo haremos a través de juegos, de técnicas de respiración, etc.

Que aprenda a motivarse

La motivación es una de las cosas más positivas que tenemos en la vida. Por eso, es vital que los peques comiencen a reconocerla desde sus primeros años de vida. Con motivación verán las cosas de diferentes puntos de vista, se sentirán más llenos de energía y sabrán controlar todos los problemas de la mejor manera posible. Hablaremos con ellos de sus sueños, de sus gustos y expectativas. Ayudándoles en todo lo posible.

Cómo influye la familia en el desarrollo emocional

Cómo influye la familia en el desarrollo emocional

Unos padres que cuidan su propio desarrollo personal y emocional podrán entender conceptos tan importantes como:

  • El amor
  • El cuidado
  • La preocupación
  • La seguridad
  • La comunicación asertiva
  • Y lo que es mejor… será capaz de transmitirlo a los hijos.

Los niños aprenden a través de la imitación y lo que ven en casa será lo que interioricen en su personalidad para poder ser una persona adulta en el futuro de más o de menos éxito. El éxito no se consigue con los bienes materiales ni teniendo más dinero, el éxito se consigue apreciando las cosas que la vida nos ofrece cada mañana al despertar. Es por ello que podemos decir que la familia es un espejo para los peques. Ellos se miran en dicho espejo e intentarán seguir algunos de esos patrones que ven reflejados. De manera que la influencia que ejerce la familia es vital para los menores. Por eso, si queremos ayudarlos tendremos que seguir una serie de pasos.


Por ejemplo, no debemos esconder el cariño que nos tenemos y mostrar siempre el respeto así como el amor que sentimos unos por otros. Claro que además, también es importante para el desarrollo emocional, el poder pasar tiempo con los hijos. Siempre deben estar en nuestros planes y dedicarles tiempo pero de calidad. Cada uno de los momentos que se pasen en familia, cuentan. Porque en ellos los peques podrán aprender valores como la gratitud así como la honestidad o el trabajo en equipo y mucho más.

Cómo ser una madre con inteligencia emocional

Cómo ser un padre o una madre con inteligencia emocional

Quizás sea un poco repetirnos de lo anterior mencionado, pero no está de más recordarlo. Porque para ser un buen padre o madre con inteligencia emocional, debemos serlo en nuestro día a día. Es decir, practicar con el ejemplo antes de enseñárselo a nuestros hijos. Por eso debemos reconocer los sentimientos que tienen otras personas hacia nosotros, pero no debemos de juzgar ni tampoco de poner etiquetas. Sino que debemos dejar que cada uno sienta o padezca libremente.

Otro de los pasos perfectos es construir siempre un entorno de confianza. Porque de este modo, las personas que tienes a tu alrededor (posteriormente los hijos) sabrán que cuentan contigo para hablar abiertamente de todo lo que sucede. Déjales hablar y siempre ofrece tu hombro para cuando lo necesiten. Ponerse en los zapatos de los demás es la empatía, que aunque muchas personas la saben reconocer, no todas ellas practican con el ejemplo. Así que, apuesta por ella porque es realmente importante. Finalmente, se buscan técnicas o métodos para poder hacer frente a esas emociones, cuando estas no sean de lo más positivas.

La Inteligencia emocional en la educación de los hijos debe hacerse cada día, en la vida cotidiana, siendo sencillo y verdadero. Para ello hay que estar en contacto con los propios sentimientos y saber reconocerlos como por ejemplo entender por qué gritamos, por qué nos enfadamos, por qué reímos, etc. De esta manera tenemos que tener permiso para poder sentir, llorar, abrazar, pelear, reírnos, cometer errores, escuchar a los demás y a nosotros mismos, perdonar, pedir perdón, hablar de los sentimientos, amar, comprender… evolucionar.

inteligencia emocional o intelectual

¿Qué es más importante en una familia: la inteligencia intelectual o emocional?

Todos los padres quieren que sus hijos tengan buenas notas, que estudien, que se formen y es algo totalmente positivo. Si hacen todo esto pero no tienen empatía, no saben relacionarse con los demás o no saben gestionar sus sentimientos, ¿tendrán el éxito esperado? Pues hay que decir que ni la inteligencia intelectual es importante por sí sola ni tampoco la emocional. Se necesitan, son complementarias, porque una va a fortalecer a la otra. Ambas pueden ganarse a base de esfuerzo, de trabajar y de poner en práctica lo aprendido. De manera que cuando las dos se unen, el futuro de los peques sí que tendrá una forma positiva. Lo que ocurre es que a veces no se ponen todas las herramientas precisas en la inteligencia emocional, o quizás no tanto como en la intelectual. ¡El equilibrio es la base para una vida más saludable!


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