Las estructuras de aprendizaje tradicionales no son la mejor manera para que los niños puedan alcanzar su máximo potencial o para que consigan realmente lo que quieren en la vida. Aprender debe ser siempre algo escogido, algo que se quiera hacer… Debe ser una elección propia y con imposiciones y obligaciones puede ser más difícil. Si los niños juegan en su infancia estarán listos para la vida, tendrán mejores habilidades para manejar los problemas cotidianos.
La ansiedad de los padres para que los niños sepan las cosas a una edad determinada, los ahoga y les anula su propia luz y creatividad. Los padres deben dejar esa ansiedad a un lado porque es un obstáculo demasiado grande que les niega la oportunidad de confiar y permitir su desarrollo natural.
Los niños están diseñados biológicamente para ser curiosos, es por este motivo que el juego de los niños no debe estar marcado en un calendario. Desde el nacimiento, los niños quieren saber y entender todo lo que les rodea y esto se debe potenciar desde el segundo uno. Los niños quieren tener éxito a toda costa. Están constantemente desafiándose a sí mismos y pueden lograr su máximo potencial siempre y cuando se aprenda a través del juego.
Hay una gran cantidad de investigaciones que apoyan los efectos positivos de juego creativo. El juego creativo está vinculado directamente con una mejora del lenguaje, una mejora motora, un buen desarrollo cognitivo y en el desarrollo social. Es necesario que se trabaje el juego por iniciativa propia, dejando a un lado los juegos que son más dirigidos, los juegos con pantalla o los juegos sedentarios sin los padres. El juego autodirigido es necesario en los niños y en su desarrollo.
Por ejemplo cuando los niños juegan con los bloques, con los coches, con las muñecas… es un gran momento de desarrollo y de juego por iniciativa propia.
Sé el primero en comentar