Los atragantamientos son una de las principales causas de emergencia en niños, especialmente entre los 1 y 5 años. La curiosidad natural de los pequeños, junto con el hábito de llevarse objetos a la boca, los convierte en un grupo de riesgo. Ante un caso de obstrucción de las vías respiratorias, actuar con rapidez y precisión puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La maniobra de Heimlich es una técnica eficaz para desobstruir las vías aéreas, pero su correcta aplicación depende de varios factores, como la edad y el tamaño del niño. Además, contar con un seguro de salud para niños puede facilitar el acceso rápido a atención médica especializada tras una emergencia, lo que complementa la actuación inmediata de primeros auxilios.
¿Qué es la maniobra de Heimlich?
La maniobra de Heimlich, desarrollada por el médico Henry Heimlich en 1974, es una técnica de primeros auxilios diseñada para ayudar a una persona que se está asfixiando debido a una obstrucción en la tráquea. Consiste en una serie de compresiones abdominales que generan una presión artificial desde el diafragma hacia los pulmones, con el objetivo de expulsar el objeto que bloquea el paso del aire.
Cuándo aplicar la maniobra de Heimlich en niños
Es fundamental saber reconocer cuándo un niño necesita esta intervención. No todos los episodios de tos o dificultad para tragar requieren la maniobra.
Síntomas de atragantamiento grave:
- Incapacidad para hablar o llorar
- Tos débil o ineficaz
- Color azulado en labios o cara (cianosis)
- Pérdida de conciencia
- Manos en la garganta (gesto universal de atragantamiento)
Si el niño está tosiendo fuertemente, se debe permitirle seguir tosiendo, ya que esto puede eliminar la obstrucción por sí solo. Solo se debe intervenir cuando el niño no puede toser, respirar ni emitir sonidos.
Cómo aplicar la maniobra de Heimlich según la edad
Niños mayores de 1 año
- Colócate detrás del niño, de pie o arrodillado según la altura.
- Rodea su cintura con ambos brazos.
- Coloca un puño justo por encima del ombligo, en la línea media del abdomen.
- Sujeta el puño con la otra mano y realiza compresiones rápidas hacia adentro y arriba (como si quisieras levantarlo).
- Repite hasta que el objeto sea expulsado o el niño pierda la consciencia.
Importante: No aplicar las compresiones directamente sobre las costillas ni el esternón. Esto podría causar lesiones internas.
Lactantes (menores de 1 año)
La maniobra de Heimlich no se realiza de la misma forma en bebés. En este caso, se emplea una combinación de golpes en la espalda y compresiones torácicas:
- Sujeta al bebé boca abajo sobre tu antebrazo, con la cabeza más baja que el cuerpo, apoyando su mandíbula con tu mano.
- Da cinco golpes firmes entre los omóplatos, utilizando el talón de la mano.
- Si no se resuelve, gira al bebé con cuidado y colócalo boca arriba sobre el otro antebrazo o una superficie firme.
- Realiza cinco compresiones torácicas (no abdominales) con dos dedos, justo en el centro del pecho, debajo de la línea de los pezones.
- Alterna entre golpes en la espalda y compresiones torácicas hasta que el objeto salga o el bebé quede inconsciente.
¿Qué hacer si el niño pierde el conocimiento?
Si el niño pierde el conocimiento en el proceso:
- Llama o pide a alguien que llame al servicio de emergencias (112 en España o 911 en América Latina).
- Inicia RCP (Reanimación Cardiopulmonar) de inmediato.
- Antes de dar respiraciones, abre la boca y mira si el objeto es visible y extraíble con cuidado. No intentes sacar el objeto a ciegas.
Consejos de expertos para una aplicación segura
La Asociación Española de Pediatría (AEP) y la American Heart Association (AHA) coinciden en que la maniobra de Heimlich debe ser enseñada a padres, cuidadores y educadores. Sin embargo, también advierten sobre errores comunes que pueden comprometer la seguridad del niño:
Errores a evitar:
- No comprobar el estado del niño antes de actuar. Si está tosiendo fuerte, es mejor no intervenir.
- Aplicar presión en el lugar incorrecto (muy alto o muy bajo).
- Sujetar con demasiada fuerza, especialmente en niños pequeños, lo que puede causar daño a órganos internos.
- Retrasar la llamada a emergencias. Siempre se debe pedir ayuda profesional lo antes posible.
- Realizar compresiones abdominales en lactantes. En bebés menores de un año está contraindicado.
Prevención: la mejor herramienta
Más allá de saber actuar ante un atragantamiento, la prevención es esencial. Algunos consejos para reducir los riesgos:
- No dejar objetos pequeños al alcance de los niños (piezas de juguetes, monedas, botones).
- Cortar los alimentos en trozos pequeños y supervisar a los niños mientras comen.
- Evitar dar frutos secos, uvas enteras, salchichas o caramelos duros a menores de 4 años.
- Enseñar a los niños a comer sentados y con calma, sin correr ni jugar mientras mastican.
Formación en primeros auxilios
Cada vez más escuelas, guarderías y centros comunitarios ofrecen talleres de primeros auxilios para padres y docentes. Participar en estas formaciones permite no solo conocer la maniobra de Heimlich, sino también practicarla con muñecos de entrenamiento, lo que mejora la confianza y la eficacia en una situación real.
La maniobra de Heimlich es una herramienta vital que puede salvar vidas si se aplica correctamente y en el momento adecuado. En el caso de los niños, requiere especial atención a su edad y características físicas para evitar daños. Aprender y practicar esta técnica, además de fomentar hábitos preventivos, es una responsabilidad de todos los adultos que conviven o trabajan con niños. Estar preparado puede significar la diferencia entre una tragedia y una anécdota.