Si eres madre sabes que la maternidad no es para nada fácil y quien te diga lo contrario, te estará mintiendo en tu propia cara. Pero aunque no es fácil, es lo más gratificante que te dará la vida, y ésta, también es una gran verdad. Como en todo, habrán momentos en que tendrás que pasar los días grises.
Es normal no aceptar cada situación, que te estreses e incluso que tengas ansiedad. Las emociones pueden ser incontrolables y tu inteligencia se puede nublar en cuestión de segundos. No te culpes, nos pasa a todos, así que deja de sentirte impotente contra eso.
Cuando algo malo sucede es normal que te aflijas, que tengas que dejar salir tus emociones y que debas tomar decisiones difíciles. Cuando superes estas circunstancias habrás aprendido a manejar las cosas tanto por tus éxitos como por tus fracasos. Cuando duele algún día porque te sientes desbordada con todo lo que tiene que ver la responsabilidades de la maternidad, lo superarás y apreciarás que ese dolor te hará más fuerte.
Las heridas sanarán y con el tiempo eso solo se quedará en recuerdos. Permite que esas experiencias llenen tu corazón de aprendizaje y sabiduría, porque si hay algo que te dan tus hijos es sabiduría, ¡y todo el amor incondicional que existe por supuesto!
Por todo esto, queremos darte un consejo: disfruta de los momentos inesperados y asume que esos momentos no son malos, porque te enseñarán grandes cosas en tu vida. El sentimiento puede hacerte reír o sonreír, y es más fácil de aceptar que los malos. Las sorpresas son bienvenidas porque lo desconocido es emocionante y el resultado será fantástico.
Las cosas no ocurren de la manera que imaginaste en tu familia, pero alcanzaste tus objetivos. Eso es porque vemos el futuro con gafas de color rosa. Llegar al destino es mucho más difícil de lo que imaginamos, y estas luchas son la forma menos dolorosa de tener éxito. Es increíble entender eso, pero las luchas te preparan para la verdadera lucha por delante. Permite que las cabezas frías prevalezcan y trabaja a través de cambios inesperados. Estos contratiempos temporales eventualmente te guiarán a la victoria de una maternidad feliz al lado de tus hijos.