Con motivo del día de la mujer, vamos a hablar sobre qué es la violencia de género. Lo haremos contando, además con la voz de mujeres maltratadas que han prestado su testimonio para documentar estas letras. Hablaremos por ellas sobre lo que es, los distintos tipos de violencia de género, que existen y la influencia de una educación sexista en los índices de violencia de género.
Se hace preciso un cambio para reducir estos índices, cambio que radica en una educación en igualdad, sin estereotipos para los roles de género. Aprende con nosotros a detectar el maltrato sutil y los micromachismos culturalmente aceptados.
¿Qué es violencia de género?
Definimos como violencia de género a cualquier tipo de violencia, ejercida sobre otra persona, por razones únicamente de género. Es decir, toda aquella conducta generada con el fin de dañar, física o psicológicamente a la otra persona, por ser de un género determinado. Esta es la definición oficial sobre lo que es violencia de género.
El testimonio de estas mujeres guerreras hace caer en la reflexión de que es violencia de género cualquier intento de quitar la paz, la vida y la libertad de una persona a la que dices amar, en favor del propio beneficio. Un beneficio incomprensible, puesto que solo sirve para aumentar el ego de seres visiblemente acomplejados.
Distintos tipos de violencia de género
Existen tres tipos principales de violencia de género:
- Violencia física: es aquella que deja huellas en su aspecto, es decir, golpes, empujones, mordiscos o cualquier tipo de herida causada por el agresor.
- Violencia psicológica: es la que se ejerce mediante insultos, gritos, humillaciones y manipulaciones, es más sutil y provoca que la propia víctima se sienta culpable de las reacciones de su agresor. Dentro de este tipo de violencia, podemos diferenciar a su vez, otros dos tipos de violencia. Una es la violencia social, que consiste en aislar a la víctima de su entorno, para así conseguir manipularla con mayor facilidad. La otra es la violencia económica, en la que el agresor se hace cargo de la economía familiar de forma que hace a la víctima totalmente dependiente, para evitar que pueda alejarse de él.
- Violencia sexual: consiste en coaccionar o amenazar a la víctima para conseguir mantener relaciones sexuales.
La coacción para mantener relaciones también es maltrato.
La voz de nuestras mujeres guerreras nos revela que el maltrato tiene muchas caras, que el agresor no siempre empieza por un golpe y que tampoco tiene porqué acabar dándolo. A veces solo te atrapa, teje su red a tu alrededor y te asfixia, te roba la esencia sin que te des cuenta y anula completamente tu voluntad de escapar.
Maltrato sutil y micromachismos
A veces el maltrato no es tan visible como parece, y es por eso que no es tan fácil de detectar. A esto lo denominamos maltrato sutil y consiste, por ejemplo, en comentarios aparentemente inocentes que van minando la autoestima de la víctima. Es un tipo de maltrato que busca debilitar, normalmente como paso previo a un maltrato más claro. Aunque a veces simplemente es porque cultural y socialmente es aceptado, como lo son los micromachismos.
A veces, el maltrato es tan sutil que no se aprecia a simple vista.
Los micromachismos son tan sutiles que ni siquiera los percibimos como machismo. Por ejemplo, la atribución de roles de género, cosas tan sutiles como que el cambiador para bebés esté en el baño de señoras. Se atribuye a la mujer la tarea exclusiva de la maternidad con este hecho. Eso se podría considerar un micromachismo, al igual que discriminar en el mundo laboral a una persona por razones de género, ya sea positiva o negativamente.
La influencia de la educación sexista y su relación con la violencia de género
Hoy por hoy, existe aún una marcada educación sexista, tanto en los hogares como en las aulas. Hay sexismo en el lenguaje, en el comportamiento social, es algo estructural, que tenemos aún muy arraigado. Por eso es preciso luchar contra ella desde el hogar y desde las aulas.
Una muestra del sexismo con el que educamos a nuestros hijos es que aún hay juguetes considerados «de niña» o «de niño»
Una educación sexista influye en el crecimiento de la violencia de género, por tres razones:
- Fomenta la superioridad de un género sobre otro: las niñas son bonitas, los niños inteligentes, las niñas son educadas y los niños fuertes.
- Facilita la violencia económica y social : una educación sexista favorece la discriminación laboral por razones de género, potencia que haya mujeres que se ven obligadas a depender económicamente de sus parejas. La presión social hacia la maternidad y la falta de conciliación laboral, influyen también en este hecho, así como en el aislamiento social de la víctima.
- Dificulta la detección del maltrato sutil y los micromachismos: es mucho más difícil si tu cultura apoya de alguna forma este tipo de comportamientos detectarlos. Por lo tanto nos impide el avance social, que rompa realmente con los estereotipos de género y alcance el ideal de sociedad diversa y en igualdad.
La voz de nuestras guerreras
No podemos seguir silenciando la voz de las víctimas del maltrato.
Estas mujeres que han dado su testimonio, nos dejan patente la necesidad de erradicar el sexismo de la educación de nuestros hijos. La violencia de género sigue creciendo, en la adolescencia, en la etapa adulta. Cada vez hay más noticias que nos lo revelan. Cada vez hay más guerreras como ellas, para dar su testimonio, cada vez hay más que faltan, porque no todas tienen la misma suerte.
No podemos dejar que nuestros hijos, sean del género que sean, se sientan superiores a los que son distintos. No podemos dejar que nadie tenga el poder de humillar, golpear o silenciar la voz de otra persona, de anular su voluntad, de arrebatar su vida, física o emocional. Debemos alzar la voz, hablar por estas guerreras, porque soy yo, eres tú, son ellas, somos una, SOMOS TODAS.