Hasta los 3 años, los niños son complacientes aunque pasen por alguna etapa de rabietas como cuando tienen dos años. Pero a partir de los 3 años y hasta los 6 es muy importante enseñar obediencia y disciplina a los niños, siempre y cuando se haga con cariño y respeto.
Los niños cuando son pequeños hay más probabilidades de que tengan un mal comportamiento porque retienen poco tiempo su atención y si se aburren pueden tener una actitud algo desafiante. Cuando pasan los 3 años, empiezan las rabietas y hay que saber cómo hacerles frente de manera correcta.
Los niños piensan solo en ellos mismos y en sus necesidades en el mismo instante en que lo siente. Cuando un niño tiene una rabieta no hay que ceder a sus deseos porque si no estarás haciendo un refuerzo negativo ante el mal comportamiento. Lo ideal es explicarle la situación y ser firmes en las decisiones o consecuencias tomadas.
Las rabietas son normales y aunque a veces seas flexible pero con firmeza, es importante que no consiga lo que quiere solo para que deje de llorar o gritar. Para conseguir que tus hijos te hagan caso a estas edades es necesario tener en cuenta lo siguiente:
- Explícale las normas sociales y del hogar
- Sé firme y coherente en las normas y las consecuencias que debas aplicar ante la conducta
- Entiende a tu hijo y su desarrollo evolutivo
- Potencia la autonomia de tu hijo y hazle comprender su entorno
- Sé el mejor ejemplo de buena conducta
- Ten mucha paciencia, siempre
- Sé firme pero también flexible
- Que nunca te falte el respeto y el amor
Con estos consejos podrás enseñar a tus hijos a ser, a saber comportarse y sobre todo, a entender que para una buena convivencia hay que seguir unas normas sociales y algunas de ellas, no se pueden discutir.