La mayoría de los padres esperan que sus hijos se comporten bien mientras están en la escuela. Hay excepciones, pero la mayoría de las familias será cooperativa y útil para mejorar la situación. Los docentes deben tener documentación que detalle cada problema y cómo fue abordado en el caso de los alumnos disruptivos.
Es probable que veas resultados más positivos si solicitas que el estudiante participe en la reunión con los padres. Esto también evita el típico conflicto de “yo dije, él dijo”. Pídales a los padres sugerencias desde su perspectiva sobre cómo lidiar con estos problemas. Es posible que puedan proporcionarle estrategias que funcionen para ellos en casa. Es importante trabajar juntos para crear una solución potencial.
Además, entre los padres y los profesionales educativos es buena idea crear un plan de comportamiento para el estudiante. En este plan se deberán describir los comportamientos esperados, ofreciendo incentivos para que los niños se comporten bien y que existan también consecuencias en caso de que haya un mal comportamiento. Un plan de comportamiento proporciona un plan de acción directo para un maestro si el estudiante continúa siendo disruptivo.
Este contrato debe redactarse específicamente para abordar los problemas que el maestro ve en clase. El plan también puede incluir recursos externos para recibir ayuda, como asesoramiento. El plan puede ser modificado o revisitado en cualquier momento. A veces, involucrar a una tercera persona como el psicólogo de la escuela. puede ser el único elemento disuasivo efectivo para el mal comportamiento de los estudiantes. Tienen un conjunto diferente de opciones que pueden llamar la atención del alumno y ayudar a corregir el problema.
Por supuesto, no puede faltar el seguimiento por parte de los padres y los profesionales para prevenir malos comportamientos en el futuro. Si el alumno ha corregido su comportamiento, se le tiene que decir que se está orgulloso de su cambio, así se le anima a seguir ese buen camino.