Son muchos los niños que cuando llega la hora de ir a dormir, simplemente no quieren ir a la cama. Es algo bastante habitual que ocurre en millones de hogares de todo el mundo. Es posible que los niños no quieran ir a dormir porque no están cansados o porque lo están mucho, porque quieren seguir jugando o por cualquier otra causa… ¿cuál es la solución a esto?
Los padres de hoy en día van estresados, tienen horarios exigentes y muchos de ellos, madrugan mucho y duermen pocas horas. Los niños necesitan acostarse temprano para dormir todas sus horas, y esto también les va bien a sus padres para que puedan descansar un poco antes de meterse en la cama.
Siempre hay mucho que hacer, y nunca hay suficiente tiempo para hacerlo. La rutina de la hora de acostarse a menudo se clasifica como una «cosa por hacer» más, después de lo cual podemos pasar a otra tarea más en nuestra lista interminable de tareas pendientes. Pero no tiene que ser así, este debe ser un momento especial para pasar en familia.
La solución para una buena rutina de sueño
Queremos presentarte una nueva forma de ver la rutina de la hora de acostarse de tu hijo como una oportunidad maravillosa para un ritual nocturno de conexión y vinculación silenciosa. Algo así como una cuenta de ahorro forzado: una porción diaria de tiempo de un día ocupado, que se le brinda para que pueda disfrutar de las alegrías de la paternidad y construir las bases para una relación cercana de por vida. Bastante embriagador, cuando lo miras de esta manera, ¿no?
Tienes que preparar a tu hijo para la cama todas y cada una de las noches. El tiempo se gastará, de una forma u otra. ¿Te gustaría que sea pacífico, acogedor y afectuoso, o apresurado y estresante? Tienes el poder de establecer el tono de vuestras tardes, entonces, ¿por qué no elegir una rutina agradable? Lo disfrutaréis más, y tu hijo ya no resistirá la hora de acostarse, ¡porque será un momento maravilloso contigo!