La televisión y la familia

Niño impasible viendo una película ante el televisor.

No hay problema en que los niños vean un poco algunos dibujos en la televisión, pero no deben estar horas sin que nadie juegue o hable con ellos.

La televisión en ocasiones llega a ser otro miembro más dentro del núcleo familiar. La televisión también muestra e instruye, lo conveniente es saber ver y gestionar lo que se ve. Conozcamos el papel que juega la televisión en la familia.

El papel de la televisión

La televisión está en las casas para entretener. La variedad y cantidad de canales y cadenas cada día es mayor. Hay programas para el abuelo, telenovelas para la abuela, fútbol para el padre, películas para la madre y dibujos animados para el más pequeño. Hay que baremar poner uno u otro programa según la edad y los comportamientos que puede provocar en los miembros de la familia.

La televisión puede enseñar conductas divertidas y generosas para con los demás, pero también violentas y frívolas. Puede provocar que el niño prefiera quedarse sentado en el sofá que salir a jugar a la pelota al parque o a dar un paseo. Que el niño vea hábitos nocivos o modelos de personas que idealizan un cuerpo irreal, causará que dé importancia a eso o que lo tenga como una constante en su actividad mental y quiera imitarlo.

El control de la familia

La familia es el principal maestro por ello es necesario que se implique y sepa hasta dónde el niño puede ver y qué no es recomendable para su edad. Debe haber un control y unos límites. La influencia de la televisión no solo en los niños, también en el resto de miembros de la familia debe ser parcial y consciente. La vida se basa en sopesar y tomar decisiones reales, conocidas y comprendidas. Si uno se extralimita dando crédito a actuaciones que se ven por televisión pero que en realidad tienen un corto porcentaje de naturalidad pueden manifestarse conductas en determinadas áreas personales.

Descuidar la salud personal

Quienes están más tiempo delante del televisor tienen más probabilidades a tener un peso por encima de lo normal. No invierten el tiempo en hacer deporte al aire libre o ir al gimnasio. Hay personas que incluso comen delante del televisor. No solo esto, quienes ven muchos anuncios podrían sentirse tentados por la comida basura que anuncian y apetecerle mientras los ven. Física como mentalmente conviene cuidarse, protegerse y procurar no dar demasiada fiabilidad a acciones que se muestran en la televisión.

Falta de ocio

Hay que poner límites a la hora de ver la televisión. Se muestran ciertas conductas distorsionadas que pueden llevar a hábitos nocivos.

Los niños u otros miembros de la familia que hacen un uso excesivo de televisión aparcan otras actividades. Es verdad que con la televisión se aprende, se pasan momentos divertidos y en familia cuando se ve una película o se participa conjuntamente en un concurso, pero hay actividades que se dejan de lado. Salir a pasear la familia, ir a comer a un restaurante, ir al parque, de excursión por el campo…, todo esto se relega. La pereza tras estar sentado en el sofá aparece y se acentúa el sedentarismo. Tantas horas ante la televisión provoca que no se hagan otro tipo de planes y se innove, si no que se llegue a la monotonía.

Inadecuado desarrollo mental

Para los miembros más pequeños de la familia, que están aprendiendo a hablar, a interaccionar con otros, a desarrollarse solos, lo mejor no es tenerles frente al televisor. No hay problema porque vean algunos dibujos pero no deben estar horas sin que nadie juegue o hable con ellos. Los programas educativos, con canciones, enseñanzas, palabras en otros idiomas…, son un buen instrumento de aprendizaje y favorecen su desarrollo intelectual y personal, no obstante no deben utilizarse como educadores.

Sexo, drogas, alcohol y violencia

En ocasiones se muestra una realidad incompleta o adornada. Cuando se ven series de televisión o anuncios donde el se relaciona popularidad y fama con el tabaco, el alcohol, las drogas, se expone la parte positiva, pero no la real. El precio por estar en eso mundo es muy elevado y puede provocar serias consecuencias. Eso es lo que hay que explicar y dialogar con los espectadores para que no lleve a error. El trasfondo de ciertas conductas no siempre se plasma. No puede darse por cierto y adecuado todo lo que sale en televisión. Quienes tienen madurez y recorrido en la vida pueden comprender, aquellos inmaduros emocionalmente pueden verse absorbidos y perdidos.

Ver la televisión con sentido

Se puede disfrutar en familia viendo la televisión, riéndose y descansando del estrés cotidiano. A continuación ciertas indicaciones para ver la televisión de un modo responsable:

  • Elegir qué canal y programación ver, atendiendo a quienes están ante el televisor.
  • Poner límites con niños o adolescentes en casa. Podrá verse a determinadas horas y con una estipulada duración.
  • Prohibido tener televisión en las habitaciones, sobre todo en la del niño.
  • Procurar ver la televisión con el niño para saber qué ve  y en el caso requerido puntualizar y explicar.
  • Ver con profundidad, encontrar los mensajes, comentar el final de ciertas películas o situaciones que pueden producirse en el día a día. Hacer ciertas valoraciones.
  • Que la televisión no sea un hábito. Deben primar otras actividades, primero las responsabilidades y deberes, el ocio con los amigos, los juegos y el descanso físico y mental.
  • Los adultos deben ser ejemplo para los más pequeños y vulnerables. Debe existir el modelo de vida saludable y activa, no sedentaria.


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