Que la leche materna es el mejor alimento para tu bebé, es incuestionable. De hecho, la Organización Mundial de la salud, recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y, en combinación con otros alimentos como mínimo hasta los dos años. Pero si eres mamá lactante, seguro que habrás escuchado cientos de veces eso de que «los bebés alimentados con biberón duermen mejor» y que por lo tanto sus mamás descansan más.
Yo no sé a vosotras, pero a mi, cuando amamantaba a mis hijos, me entraba una somnolencia que en más de una ocasión me dejaba noqueada. Por otro lado, los bebés tampoco escapan a esta sensación de relax. Seguro que en más de una ocasión tu bebé se ha quedado dormido en tu pecho. Entonces, ¿qué hay de verdad en estos mitos en torno a la lactancia materna y el sueño?
La leche materna ayuda a dormir a la mamá y al bebé
Que si, que si, que a pesar de los mitos que circulan, diversos estudios indican que la lactancia materna favorece el descanso tanto del bebé como de la mamá.
Es cierto que los bebés amamantados se despiertan con más frecuencia, pero esto no significa que duerman peor. Dormir sin interrupciones no significa dormir bien. Ten en cuenta que el estómago de tu bebé es muy pequeño y que la leche materna se digiere muy fácilmente, por lo que es necesario que se despierte varias veces durante a noche, para alimentarse y evitar hipoglucemias.
Las tomas frecuentes, aumentan la secreción de prolactina para asegurar una buena producción de leche. La prolactina, tiene un efecto relajante sobre la mamá y el bebé, favoreciendo el sueño de ambos. El bebé se duerme al pecho ya la madre le es más fácil volver a conciliar el sueño. La prolactina también aumenta la calidad del sueño por lo que, aunque haya despertares nocturnos, la madre que amamanta está más descansada.
Además, la leche materna cambia su composición a lo largo del día. Por la noche aumentan los niveles L-Triptófano, un aminoácido esencial para conciliar el sueño. El triptófano, es el precursor de otras sustancias como la serotonina y la melatonina. Todos ellos implicados en aportar sensación de bienestar y de regular los ciclos vigilia-sueño.
Lactancia materna y sueño, un tándem perfecto
Este cóctel hormonal que acabamos de mencionar, unido al contacto pie con piel y a que la succión del pecho es relajante, hacen que lactancia materna y sueño, creen un tándem perfecto para favorecer el correcto desarrollo de tu bebé. Además de favorecer tanto su descanso como el tuyo. Si, además practicas colecho, te será mucho más fácil amamantar a tu bebé y seguir descansando mientras lo haces ya que te ahorrarás tener que levantarte y desvelarte.
Como ves, amamantar a tu bebé, favorece e descanso de ambos. Así es que relájate y disfruta. Con el tiempo, las tomas se irán espaciando y algún día tu hijo se destetará. Entonces, llegarás incluso a echar de menos esas tomas nocturnas y ese cuerpecito cálido que te buscaba en la intimidad de la noche.