Enfermedades más peligrosas durante el embarazo y cómo prevenirlas

  • La toxoplasmosis y la preeclampsia son dos de las condiciones más preocupantes.
  • Enfermedades de transmisión sexual como el VIH pueden afectar gravemente al bebé.
  • La diabetes gestacional afecta entre el 2-10 % de las embarazadas.
  • El control prenatal es crucial para evitar complicaciones severas.

enfermedades peligrosas durante el embarazo

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta numerosos cambios que no solo afectan su bienestar físico y emocional, sino que también pueden favorecer el desarrollo de ciertas enfermedades. Mientras que algunas mujeres viven esta etapa libre de complicaciones, otras pueden enfrentarse a condiciones que pueden comprometer tanto su salud como la del bebé.

Entre las enfermedades más comunes y peligrosas durante el embarazo, se destacan aquellas que pueden tener un impacto tanto en la madre como en el desarrollo del feto. Aunque algunas son producto de factores genéticos o inmunológicos, otras derivan de infecciones o problemas preexistentes que se agravan en este periodo. Para garantizar una gestación segura, es crucial entender los riesgos asociados a estas patologías y gestionarlas adecuadamente.

Principales enfermedades peligrosas durante el embarazo

Algunas enfermedades que pueden surgir o complicarse durante la gestación afectan directamente a la madre, al bebé o a ambos. A continuación, exploramos las más importantes:

Toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una infección provocada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede adquirirse al consumir carne cruda o mal cocida, o por contacto directo con heces de gatos infectados. Para las embarazadas, esta infección puede ser especialmente peligrosa, ya que si se contrae por primera vez durante el embarazo, el parásito puede atravesar la placenta y afectar al bebé, causando malformaciones, daños neurológicos o incluso la muerte fetal.

La mejor forma de prevenir la toxoplasmosis es evitar el consumo de carnes poco cocidas y productos lácteos no pasteurizados, así como adoptar medidas higiénicas al manipular animales.

Preeclampsia

La preeclampsia es una condición que suele desarrollarse después de la semana 20 del embarazo. Se caracteriza por un aumento en la presión arterial y la presencia de proteína en la orina (proteinuria). Esta enfermedad puede afectar gravemente a la madre, provocando daños en órganos como los riñones y el hígado, y al bebé, ya que puede restringir el flujo de oxígeno y nutrientes a través de la placenta.

Si no se trata, la preeclampsia puede derivar en eclampsia, una afección severa que puede causar convulsiones, coma e incluso la muerte. Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de preeclampsia, embarazo múltiple, hipertensión previa y obesidad.

Hipertensión gestacional

La hipertensión gestacional es el aumento de la presión arterial que se produce durante el embarazo sin la presencia de proteína en la orina (a diferencia de la preeclampsia). Normalmente se diagnostica después de las 20 semanas de gestación y desaparece tras el parto. Aunque, en la mayoría de los casos, no causa complicaciones graves, si no es tratada adecuadamente, puede progresar a preeclampsia o aumentar el riesgo de parto prematuro.

Diabetes gestacional

Prueba Prenatal VII Tamiz Glucosa diabetes gestacional

La diabetes gestacional ocurre cuando el cuerpo de la mujer no produce suficiente insulina durante el embarazo, provocando un aumento en los niveles de glucosa en la sangre. Este tipo de diabetes afecta entre el 2 % y el 10 % de las embarazadas y puede dar lugar a complicaciones como alto peso del bebé al nacer, partos prematuros y aumento del riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro tanto para la madre como para el niño.

Infecciones de transmisión sexual (ITS)

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) pueden tener graves consecuencias durante el embarazo. Patologías como el VIH, la sífilis, la clamidia o el herpes pueden transmitirse de la madre al feto, especialmente durante el parto. Estas infecciones pueden causar malformaciones fetales, parto prematuro o infecciones neonatales severas.


Estreptococo grupo B

El estreptococo del grupo B es una bacteria que puede encontrarse en la vagina o el recto de la mujer. Aunque no suele causar síntomas en adultos, puede ser mortal para el bebé si lo contrae durante el parto. Las complicaciones para el recién nacido incluyen neumonía, meningitis o sepsis, por lo que es esencial realizar pruebas prenatales para detectarlo.

Cuello del útero incompetente

El cuello del útero incompetente, también conocido como cérvix incompetente, se refiere a una dilatación prematura del cuello uterino sin contracciones. Esto puede llevar a un parto prematuro o incluso a abortos espontáneos si no se trata a tiempo. Las mujeres con antecedentes de esta condición pueden requerir cirugías preventivas para evitar complicaciones.

Otras complicaciones comunes durante el embarazo

Además de las enfermedades mencionadas, existen otras condiciones que pueden complicar el embarazo y poner en riesgo tanto a la madre como al bebé:

Infecciones virales

Infecciones como la rubéola o el citomegalovirus (CMV) son especialmente peligrosas si se contraen durante el embarazo, ya que pueden causar malformaciones congénitas graves, pérdida auditiva y visual, retraso mental e incluso aborto o muerte fetal intrauterina.

Anemia

La anemia ferropénica es otra de las afecciones comunes durante el embarazo. La falta de hierro en la sangre puede causar debilidad, fatiga y complicaciones en el desarrollo del bebé, como bajo peso al nacer o parto prematuro. Es esencial consumir suplementos de hierro bajo supervisión médica y mantener una dieta equilibrada rica en este mineral.

Depresión y ansiedad

síntomas y tratamiento de la depresión post parto

La salud mental también puede verse afectada durante esta etapa. La depresión y la ansiedad son trastornos que afectan hasta al 7 % de las embarazadas y pueden tener repercusiones tanto en la madre como en el feto. Es importante que las mujeres reciban apoyo psicológico y, si es necesario, tratamiento médico.

Un control adecuado del embarazo puede prevenir o tratar muchas de las complicaciones que hemos mencionado. Las revisiones periódicas con el ginecólogo, las pruebas diagnósticas y, en algunos casos, las intervenciones médicas adecuadas permiten garantizar una gestación lo más segura y saludable posible tanto para la madre como para el bebé.


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