Las páginas pro Ana y pro Mia a debate: ¿sería suficiente prohibir su difusión?

Pro Ana pro Mia2

Los grupos parlamentarios que forman parte de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, estuvieron de acuerdo el martes en urgir al Gobierno para que se incida en la protección de los menores de edad en Internet; concretamente frente a la difusión de sitios web que están fomentando trastornos de la conducta alimentaria (cuando no haciendo apología de los mismos) como la anorexia y la bulimia. Esos sitios son las páginas pro Ana (anorexia) y pro Mia (bulimia): en apariencia dos amigas “princesas” que están ahí para que chicas (y chicos) que presentan estos trastornos alimentarios, no se sientan solas.

Pero este ‘no sentirse solas’ no hace referencia a que obtienen apoyo para superar la enfermedad, puesto que desde las páginas mencionadas se insta en mantenerse en un peso no superior a 50 kilos, como parte del ideal de belleza perseguido. A lo sumo, las personas que forman parte de tales comunidades (administradores de los blogs y lectores / usuarios) evitan sentirse solas / os y se acompañan en la lucha no solo por la perfección sino contra quienes les cuestionan. Una de las contradicciones más llamativas (y terribles, por qué no decirlo) que me encuentro al leer contenidos en este sitio, es el repudio al sobrepeso y obesidad, y en cierta forma la estigmatización de las personas que los padecen.

Por que sí, la obesidad es ya considerada una epidemia en los países industrializados, y no es para menos puesto que hace un año, el último estudio de la Fundación Thao arrojaba cifras preocupantes: el uno de cada cuatro niños de entre 3 y 12 años, sufren sobrepeso u obesidad. Pero ¿no es dañina la anorexia? ¿es mejor que una chica de 16 pese 48 o 90 kilos?, perderme en discusiones de este tipo se me antojaría banal, además de que hacemos flaco favor a la recuperación de unos y otros. Además, en los países desarrollados, uno de cada 200 niñas de entre 12 y 14 años padece anorexia y /o bulimia; al menos el 10 por ciento de estas enfermas (también hay niños, aunque en porcentajes inferiores) mueren como consecuencia de la enfermedad ¡un 10 por ciento es mucho, muchísimo, teniendo en cuenta que hablamos de personas que aún tienen toda la vida por delante!

Conociendo los trastornos de la alimentación

Pongo los puntos sobre las “íes”: nuestra sociedad valora la delgadez en sí misma; no un estilo de vida saludable que ayude a prevenir enfermedades, a mantenerse en un peso adecuado, tener energía y cubrir necesidades nutricionales. Los hábitos alimentarios distan de ser adecuados en general, y menos todavía cuando se trata de mantenerse delgados a cualquier precio.

Principales trastornos de la alimentación

  • Anorexia nerviosa, caracterizada por adelgazamiento extremo, aunque quienes la padecen se ven ‘gordas/os’. Ingieren cantidades muy pequeñas de determinados alimentos, y pueden llegar a abusar de medicamentos diuréticos o laxantes.
  • Bulimia Nerviosa, la principal característica son episodios recurrentes en los que se ingieren grandes cantidades de alimentos; proseguidos por vómitos forzados (o uso de ayunos, laxantes, vómitos…), para comportar el comportamiento previo.
  • Trastorno por atracón, consiste en una pérdida de control sobre la alimentación, que origina sobrepeso u obesidad.

Se han realizado estudios en todo el mundo – y una de las entidades de referencia es la Asociación Nacional de la Anorexia Nerviosa de Estados Unidos – que muestran cómo la edad de inicio ha descendido hasta los 12 años (de lo cual podemos deducir que los comportamientos anómalos han empezado en edades más tempranas). No existen causas claras, y los profesionales de la salud están de acuerdo en que uno no nace anoréxico (sino que se hace). Con factores que promueven y refuerzan estas enfermedades, nos fijamos en el entorno entendido como un conjunto de estímulos (muchas veces inapropiados), dentro de los que se encuadran los blogs / páginas a los que hace referencia este post.

Pro Ana pro Mia3

Pro Ana – Pro Mia, ¿estilos de vida?

Ana y Mia no son personas reales, sino que es la manera de denominar los sitios web ‘Pro’ estos trastornos; suelen avisar de que no fomentan las prácticas que se detallan, e incluso van más allá invitando a marcharse de allí a todo aquel que no esté de acuerdo. En la práctica si que hacen apología de la anorexia (Ana) y la bulimia (Mia), pero lo disfrazan de superación, ilusión por alcanzar la felicidad, unión frente a la incomprensión, etc. No es más que una manera de autodestruirse, y cuesta mucho de entender desde el raciocinio.

No hay una única fórmula, pero los contenidos combinan consejos ‘para disimular’ que se ha vomitado, o para no comer aunque sea ‘la hora de’ y se tenga hambre, recetas, también se muestran los colores de las pulseras a llevar durante las quedadas (roja pro Ana, morada pro Mia) . En los casos más aberrantes se incluyen instrucciones para autolesionarse. Si una niña llegada a las puertas de este mundo perverso es ‘Wannabe’, o sea, si quiere iniciarse, el caldo de cultivo está servido, y por desgracia esto no es ciencia ficción, sino algo que ocurre en la vida real.

En lugar de lograr la curación mediante el control de las emociones y la aceptación (nada fácil, pero tampoco imposible), se recurre a un lugar en el que conseguir la aceptación necesaria, porque en el mundo de Ana y Mía hay libertad de expresión. Pero claro, perdidas en esa supuesta libertad, a las niñas y adolescentes que acuden atraídas por los cantos de ‘hadas’ (os cuento más sobre esto abajo) se les olvida que tienen sentido crítico y deberían aplicarlo, preguntándose en primer lugar: ¿quién es la persona que está detrás de esta página? ¿es una chicas con anorexia como yo pero más feliz o responde a ‘quien sabe’ qué intereses?

Leed a continuación: “Bienvenidas. Este es un blog para aquellas que buscan un sueño y se sienten incomprendidas, cansadas de que todos vengan a decirles ‘no hagas eso, te estás matando, la felicidad no reside en el físico’ y semejantes bobadas”. Si a eso le añades imágenes de mariposas, hadas o seres etéreos, más una música envolvente (aunque perversa si se entiende la letra), está cantado que no sumar en tres días más de 500 calorías puede resultar motivador; salvo que el lector considere que tiene capacidad para confiar o no en según qué informaciones, y que valore otros aspectos más allá de la delgadez o la languidez.


Pro Ana y Pro Mia

Princesas enfermas

“Ser princesa no es fácil”, reza una frase e uno de estos blogs; ¡pues claro!, ¿cómo va a ser fácil mantenerse en menos de 50 kilos? Pero hay otras formas de superación, eso seguro, y muchas de ellas no implican riesgos.

Se alejan de lo natural, desde luego… lo siento pero soy tan capaz de luchar por conseguir que disminuya la obesidad infantil, como por hacer entender, que (las “llamadas princesas”) Ana y Mia pueden destruir la salud de muchas niñas que llegan sin criterio a los blogs, y desde luego de sus familias.

En esta entrada de Acme Psicologia y Coaching, encontramos esta lista de ‘mandamientos’, extraídos a su vez de una de las páginas, la cual me niego a referenciar:

  • Si no estás delgada no eres atractiva.
  • Estar delgada es lo más importante.
  • Compra la ropa adecuada, córtate el pelo, toma laxantes, muérete de hambre, lo que sea para parecer más delgada.
  • No comerás sin sentirte culpable.
  • No comerás comida que engorde sin castigarte después.
  • Contarás calorías y limitarás tus comidas de acuerdo con ellas.
  • Los designios de la báscula son los únicos y los más importantes.
  • Perder peso es bueno. Engordar es malo.
  • Nunca se está lo suficientemente delgada.
  • Estar delgada y no comer demuestran la auténtica fuerza de voluntad y el nivel de éxito.

Como veis, y sin ánimo de generalizar, para estas chicas LO IMPORTANTE es “estar delgada”, no ser culta, ni lograr éxito en los estudios o viajar, tampoco mejorar la habilidad tocando un instrumento, o divertirse pasando un buen rato con amigos y con amigas, … No es importante ser joven y tener la piel tersa, pero tampoco asumir que pasará el tiempo y el cuerpo cambiará, pero ‘seguirás sintiéndote bien’.

Y aunque esto que acabo de exponer es muy subjetivo, me gustaría decir que he leído unas cuantas experiencias de chicas que han pasado por Ana y Mia: para unas son incomprendidas, para otras locas o enfermas… Internet puede ser un lugar maravilloso, salvo por que (al contrario de lo que ocurre en la vida off line) los límites están muy difusos, parece como si lo peor de nosotros saliera a flote con demasiada facilidad.

Y es justo en esa vida fuera de la red, dónde el sistema sanitario y social ha previsto una serie de instrumentos que sí que son útiles: como las terapias individuales y de grupo, en la que las y los afectados pudieran encontrarse sin códigos, sin pulseras, y sin miedo, pero con ganas de salir adelante en lugar de seguir mintiendo.

¿Prohibición, educación… o quizás más conciencia social?

Aunque claro, conciencia social ¿de quién?, ¿quién define lo que está bien y lo que está mal?… ¿le exigimos a las firmas de moda, a las modelos, al entorno o a las familias? ¿O dejamos de exigir y empoderamos a las niñas para que se sientan a gusto con sus cuerpos y decidan que a quien tienen que gustar es a ellas mismas?, y ¡basta ya de cosificar en uno u otro sentido el cuerpo femenino!

Hay quien dice que prohibir no sirve de nada, porque el problema está en un entorno social que aplaude la delgadez extrema, además de que hay otras páginas pro Ana y pro Mia alojadas en sitios de difícil acceso, al abrigo que proporciona una red que debería ser libre en beneficio de las personas, pero se vuelve un lugar enfermizo debido a su mal uso, o a las malas intenciones que hay detrás de según que contenidos.

El caso es que en Francia, si que existe una normativa en función de la que los autores de estas webs se exponen a tres años de cárcel y multa. ¿Que la censura no es el único camino?, claro que no, pero cuando se traspasa el umbral de una problemática individual y entramos en una situación en la que el 17 por ciento de los menores de edad visita estas páginas, con riesgo para su integridad física y mental, quizás si que sea necesario regular.

Esta campaña en Change pide desde hace más de un año la prohibición de estas páginas, y para acompañar su petición, se editó el vídeo que veréis a continuación.

Creo que en la actualidad, la familia en primer lugar, y en segundo la escuela, son las únicas instituciones que se pueden anteponer entre el entorno (cuando este es perjudicial para los niños) y los menores. No hay fórmulas mágicas, pero en cualquier caso se trata de estar presente, hablar con los hijos (pero también escucharles), amarles como son y ayudarles a que hagan lo propio con ellos mismos, ayudarles a desarrollar sentido crítico; pero también de procurar que se alimenten saludable y equilibradamente y que realicen actividad física, como vehículos con los que lograr mayor aceptación y satisfacción.

Y claro, sería deseable que nos acompañaran los poderes públicos, regulando, realizando campañas, supervisando la publicidad dirigida a los menores, etc.

Como dice una psicóloga que comenta en la entrada enlazada antes: “que no nos agarren con los ojos vendados, para ayudar hay que poder y querer ver esta dura realidad”; el problema es precisamente que muchas veces no queremos ver tal realidad, o andamos tan ocupados en nuestros asuntos que somos incapaces de detectar la necesidad de atención y el sufrimiento.

Imágenes — Merlymeleanrossana (segunda) y Princesa Lorelei (tercera)
Más información — Protégeles


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