Lectura digital o lectura en papel… ¿es que hay diferencias?

El hábito de la lectura en la infancia y vida adulta está lleno de beneficios que permiten el desarrollo de aspectos cognitivos y afectivos. Las nuevas tecnologías han revolucionado nuestro mundo en los últimos años y también nuestra forma de enfrentarnos a situaciones cotidianas. Leer a través de las hojas de un libro ha empezado a ser remplazada por la leer a través de pantallas.

Los estudios neurocientíficos nos muestran como el cerebro no está diseñado para la lectura en el momento de nuestro nacimiento. A medida que los niños adquieren el aprendizaje de la lectura, vemos como otras zonas cerebrales destinadas a funciones diferentes (reconocimiento de personas y cosas, etc.) se adaptan para asumir la función lectora. Esto quiere decir que nuestro cerebro es flexible y plástico, y tiene una alta capacidad de adaptación. Esta capacidad adaptativa nos permite pasar del formato en papel al digital sin grandes dificultades, especialmente para los niños de la “era tecnológica”.

Parece ser que la diferencia se encuentra en el formato con el que se aprendió a leer. Así, aquellos que aprendimos la lectura a través de escritos en hojas tenemos mayores dificultades para organizar la lectura a través de pantallas. Si no sabes cuánto se tarda en leer una página, podemos hacer alguna aproximaciones aproximar, pero no es lo mismo leerlas en un formato físico que en uno digital. Incluso existen aplicaciones que nos informan de lo que vamos a tardar en leer un libro y que pueden servir de referencia para el niño

La falta de referencias es una de las grandes desventajas de la lectura digital. Conocer el número de hojas a través de la vista, dibujos e incluso el tacto del libro, ayudan a aquellos que aprendimos a leer y estudiar a través de libros. El estudio y la memorización se ven entorpecidos a través de pantallas, ya que la costumbre de trabajar sobre los textos mediante notas al margen, subrayado, etc. se hacen imposible a través de estos nuevos formatos. Al escribir sobre los textos reorganizamos la información de forma más sencilla, ya que desde los inicios de nuestro estudio nos acostumbramos a ello, y así lo hizo también el cerebro, lo que le exige un menor esfuerzo (a pensar de ser tan plástico y flexible que nos permita hacerlo también a través del formato digital).

Sin embargo, los “nativos digitales” parecen no encontrar estas dificultades con respecto a la referencia, ya que se acostumbraron a no tenerlas desde sus inicios. Los hipervínculos y referencias permiten ampliar la información de un texto de manera inmediata. La consulta a diccionarios y enciclopedias no es necesaria a través de la lectura digital, y esto supone grandes ventajas a nivel de tiempo para el lector.

No podemos olvidar que la lectura digital aporta beneficios a personas con dificultades visuales, permitiendo aumentar el tamaño de la fuente o incluir sonidos. Del mismo modo, las personas que sufren dislexia se ven beneficiadas de la lectura digital. El aumento del espaciado entre las letras favorece una mejora en el proceso lector de los niños y niñas con dificultades en la lectura.

La lectura digital aporta grandes beneficios a los más pequeños, pero no podemos olvidar que la lectura de cuentos de papel a la hora de dormir entre padres e hijos crea un vínculo muy especial y favorece el sueño. Este efecto tan positivo se ve algo reducido a través de las pantallas, ya que el exceso de luz que estas suponen para nuestro cerebro en horas en las que necesita oscuridad para entender el tránsito de la vigilia al sueño, se ve afectado. Antes de dormir la lectura más recomendable es la tradicional, a través de libros de papel.

Nos encontramos ante un cerebro capaz de adaptarse a las novedades tecnológicas de una forma relativamente rápida. Sin embargo, el proceso de lectura digital se ve beneficiado para aquellos que ya nacieron con tabletas, y algo más perjudicado para los que lo hicieron a través de libros de texto. Ambos métodos se enriquecen de los beneficios de la lectura: desarrollo de la fantasía y creatividad, ampliación del vocabulario a usar, mejora de la comprensión emocional y la empatía, etc. Por ello, usemos un método u otro estaremos llenando a nuestro cerebro de experiencias positivas que le permitan un desarrollo más óptimo.


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