La adolescencia es una etapa difícil que supone un reto para cualquier familia. Detectar los factores que desencadenan estrés y ansiedad en los hijos cuando empieza su etapa preadolescente puede ayudarte no solo a entender mejor a tu hijo y a lidiar con él, sino a ayudarle a pasar por esa etapa de la mejor manera posible.
En la adolescencia y preadolescencia es normal que los jóvenes sufra problemas emocionales o de ansiedad. Si llegado a esta etapa tu hijo muestra problemas de depresión o estrés es fundamental que intentes averiguar qué le pasa. No es una tarea fácil que exige de ti un extremo control emocional y una actitud comprensiva y empática. A continuación te cuento algunos posibles factores que pueden generar estrés en adolescentes y preadolescentes. Esto te servirá para prestar atención a los cambios y reacciones de tu hijo y poder estar preparada para ofrecerle la ayuda y apoyo que necesite.
Índice
La pubertad
Aunque parezca obvio decirlo, es importante recordar que la pubertad es una etapa complicada. ¿Recuerdas la tuya? La pubertad puede hacer que incluso los preadolescentes más seguros de sí mismo se sienten inseguros y torpes.
Los cambios que se sufren con la pubertad pueden causar estragos emocionales. Muchos jóvenes no lo llevan bien, especialmente cuando su físico se ve afectado negativamente. La información puede ayudar a tu hijo a entender que esto es temporal y perfectamente normal. Cuanto más sepa y entienda, menos va a preocuparse por los cambios que está experimentando.
Problemas familiares
Muchos adolescentes y preadolescentes sufren estrés debido a problemas familiares, como divorcio o separación de sus padres, pérdida de un ser querido, padres en paro o discusiones entre los miembros de la familia, por mencionar algunos.
En estos casos es importante que hables con tu hijos, que le expliques lo que ocurre y que le ayudes a expresar sus sentimientos. Tu hijo debe sentirse querido y seguro a pesar de las circunstancias. Por otra parte, no dudes en acudir a un psicólogo o terapeuta si observas que tu hijo no encaja bien las situaciones familiares.
Nuevos y crecientes desafíos académicos
La escuela puede ser un lugar estresante y los preadolescentes. Si las calificaciones de tu hijo están cayendo o se resiste a ir a la escuela es posible que esté teniendo problemas para mantenerse al día con sus estudios y mantener sus calificaciones.
Por eso es importante que estés pendiente de sus tareas escolares, que hables con él sobre la escuela y que te intereses por lo que está estudiando. No se trata de que hagas los deberes con él. Pero el hecho de que ya sea mayor para atender a sus tareas de forma autónoma no implica que te desentiendas. Y ante la menor señal de problemas no dudes en concertar una cita con el tutor o profesor para intentar detectar de forma temprana cualquier problema.
Amistades problemáticas
El círculo de amistades de tu hijo empieza a ampliarse, y ya no lo puedes controlar tanto como antes. Tu hijo no solo conocerá a gente diferente en ambientes que variados, sino que dejará de contarte todo lo que te contaba cuando era un niño. Por otra parte, en este momento tu hijo empezará a discriminar lo que es un compañero de clase o de equipo de lo que es un amigo, y estará expuesto a muchas influencias. Porque todos empiezan a cambiar a la vez y se influyen unos a otros.
Todo esto puede generar conflictos y controversias a las que pueden que tu hijo no sepa enfrentarse o que no encaje bien. El estrés generado por el entorno suele ser muy grande. Por eso es importante que estés atenta, que conozcas a sus amigos y que le ayudes a relacionarse con personas con las que pueda mantener relaciones saludables.
Agresiones relacionales y bullying
La agresión relacional, intimidación o bullying tiende a alcanzar su punto máximo durante los años de la preadolescencia. Las niñas y niños son vulnerables a los matones y pueden incluso ser intimidados por sus amigos u otras personas en su círculo social. La intimidación no siempre es fácil de detectar. De hecho, es fácil que tu hijo no quiera admitir el problema.
Es importante que intervengas si piensan que el acoso escolar es un problema y, si es necesario, conseguir que otros adultos intervengan, incluyendo maestros, entrenadores o consejeros involucrados para poner fin a la conducta intimidatoria.
Primeras relaciones sentimentales
La preadolescencia y la adolescencia es el momento de iniciar las primeras relaciones sentimentales y empezar a experimentar en el mundo del amor y la sexualidad. Estas primeras relaciones pueden resultar muy estresantes, sobre todo para un joven que aún no está preparado para manejar este tipo de emociones.
Para lidiar con esto es importante hablar con los hijos sobre las relaciones, animarle a que no se implique demasiado o a que no se complique la vida y, sobre todo ayudarle a desarrollar habilidades sociales y aprender a manejar sus emociones para evitar dramas y conflictos innecesarios.
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