Los abuelos se divorcian: cómo lo afrontan los nietos

El divorcio en las personas mayores cada vez es más común, también se conoce como “divorcio gris” o “divorcio de plata”. La tasa de divorcios para las personas mayores de 50 años se ha duplicado desde 1990. Cuando las parejas se divorcian a una edad tan avanzada, es probable que los nietos se vean afectados, al igual que los hijos adultos.

El divorcio en los abuelos

Para los miembros más jóvenes de la familia, la idea de que los abuelos se divorcien puede parecer ridícula. Es posible que los hijos y los nietos no entiendan por qué después de tantos años juntos decidan separarse… Pero existen algunas causas que pueden impulsar este divorcio tardío en la vida:

• Con 50 o 60 años aún queda mucha por vivir
• No quieren seguir viviendo la infelicidad en el matrimonio
• Cuando se tiene más tiempo en la jubilación se dan cuenta de que la pareja es incompatible
• Pueden divorciarse sin que eso afecte a la economía del otro

Aunque en realidad es que el divorcio cuesta dinero y puede dejar emopobrecida a una parte de la pareja. Normalmente son las mujeres que ha dependido económicamente del hombre las que salen más perjudicadas.

Los nietos y los abuelos

Contar a los nietos que los abuelos se divorcian no es sencillo. Los expertos coinciden en que lo que los nietos necesitan escuchar que cuando los abuelos se divorcian es cosa de los abuelos y que ellos como nietos, no tienen nada que ver. Se puede decir algo como: “Tus abuelos aún te quieren, siempre serás su nieto y el divorcio no cambiará tu relación con ellos”. Aunque en ocasiones puede que sí se cambie un poco la relación debido a las nuevas circunstancias.

El divorcio tiene un impacto especialmente poderoso en los abuelos ya que tienen más probabilidades de convertirse en abuelos que viven lejos o que tienen una relación más fría con los nietos que las abuelas.

El divorcio de los abuelos

Resulta primordial que los abuelos no se alejen de la familia y que estén presente en las reuniones familiares, es trabajo de todos que eso no impacte en la comodidad familiar. Si eso ocurre, habría que buscar soluciones para que mantengan un buen contacto con el resto de la familia, para evitar que dejen de asistir a las reuniones donde está toda la familia.

Es necesario intentar normalizar la situación por parte de todos lo antes posible. Si los abuelos tienen una buena relación es mucho más sencillo todo para toda la familia. El problema puede aparecer cuando los abuelos tienen una mala relación o si no se pueden ni ver. Cuando esto ocurre la familia se siente en una encrucijada y no saben bien cómo reaccionar para que todo esté lo más normal posible. En estos casos, es necesario pensar en los nietos e intentar que la relación con cada parte, tanto con el abuelo como con la abuela no se vea demasiado afectada.

Esto significaría buscar momentos de visita o realizar actividades por separado. Por un lado con el abuelo y por otro lado con la abuela. Para que de este modo, la relación entre nuevos y abuelos salga lo más mínimo perjudicada aunque se hayan divorciado. El secreto está en saber cómo compartir el tiempo juntos y. Buscar la mejor forma de seguir manteniendo un buen vínculo emocional.

Mantener el contacto

Es importante, siguiendo el párrafo anterior, mantener las formas de contacto. Mantener las conversaciones estrechas y no centralizar todo con el divorcio. Los niños no entienden de “estos problemas de adultos” y tampoco deben formar parte de ello. Por esto, cuando los abuelos llamen a sus nietos será necesario saber qué termas tratar para que las conversaciones sean lo más ameno posible. Tener algunos temas neutrales en la cabeza para evitar los silencios incómodos será una buena idea para todos.

En este contacto, también entran los hijos adultos y es importante evitar la curiosidad en temas que solo concierne a los padres/abuelos. En ocasiones hay información privada que solo las parejas deben saber, ellos sabrán lo que quieren contar y lo que no… Es importante respetar esta privacidad para evitar conflictos o discusiones innecesarias. Cada parte puede tener su versión y los hijos adultos no deberán posicionarse en el lado de ninguno de los dos, lo ideal es mantener una posición neutral. No es buena idea tomar partido de lo que ocurrido aunque se sepa quien tiene la culpa.

Cuando ocurre el divorcio de los abuelos, el objetivo es mantener a la familia unida y buscar culpables ante lo sucedido solo hará que se mantenga un ciclo de resentimientos poco favorable para todos y además muy tóxico para la familia en general.

Aceptar el cambio

Debido a que los abuelos son los protagonistas de muchas tradiciones familiares, un divorcio de los abuelos puede sentirse tan catastrófico como la muerte de un abuelo… se pasa cierto duelo interno porque todo cambia de repente en la vida familiar.

El divorcio, sin embargo, no es solo un fin sino también un comienzo para muchas personas. A menudo se embarcan en nuevos esfuerzos que sintieron, correcta o incorrectamente, que no podían explorar mientras estaban casados, a veces se vuelven más felices y más satisfechos como resultado del divorcio.

Las nuevas relaciones también son una posibilidad para los abuelos divorciados. Aunque el nuevo matrimonio es menos probable después de los divorcios tardíos en la vida, sí ocurre. Cuando los abuelos se vuelven a casar, a menudo se convierten en padrastros, y traen nuevos hijos y nietos al círculo familiar. Todos estos cambios serán más fáciles para todos los involucrados si no se consideran pérdidas, sino nuevas posibilidades… Es necesario aceptar estos cambios lo antes posible.

Aunque los divorcios de abuelos están en aumento, estadísticamente todavía representan un pequeño porcentaje de divorcios. Es mucho más probable que los abuelos tengan que lidiar con el divorcio de un hijo o un nieto. Aún así, cuando se produce el divorcio de los abuelos, todos los involucrados deben esforzarse por manejar las consecuencias de la mejor manera posible por el bien de todos.