Los animales son grandes compañeros de viaje para todas las personas que disfrutan de su compañía. Una mascota es amistad, amor incondicional, compañía y dedicación. Tener un animal en casa significa tener un miembro más en la familia, un amigo al que cuidar, al que querer y al que proporcionar una vida estable y llena de amor. Pero además de compañía, los animales aportan mucho más a la vida de las personas.
Existen hoy en día diferentes tipos de terapia con animales, que resultan muy beneficiosas para el tratamiento de niños con diferentes trastornos y enfermedades. Algunas de las terapias con animales más conocidas son las que se realizan con delfines o caballos, dando grandes resultados en cuanto a nivel social, psíquico y fisiológico.
Terapia asistida con animales para niños
La terapia con animales es un tipo de asistencia que se realiza con diferentes animales, generalmente de compañía, con la que se pretende mejorar las habilidades sociales, la conducta y el desarrollo cognitivo entre otros. Están dirigidas a niños autistas, con trastornos de conducta, adolescentes en riesgo de exclusión social o enfermos de alzheimer.
Generalmente se suelen utilizar los animales de compañía más comunes como los perros y los gatos. Aunque también son muy conocidas las terapias con otros animales como:
- Terapia asistida con delfines
Se han realizado diferentes estudios por los cuales se ha descubierto que, el sonido que emiten los delfines puede llegar hasta la parte más profunda de las conexiones neuronales. Esto puede producir que se produzcan cambios y se generen nuevas conexiones, mejorando así la movilidad de niños que padecen parálisis cerebral.
- Terapia asistida con caballos
Otro tipo de terapia asistida con animales, es la que utiliza caballos en el tratamiento de niños que padecen trastornos del espectro autista (TEA). En este caso, el movimiento del caballo produce una serie de vibraciones que son capaces de alterar las conexiones neuronales.
Beneficios de las terapias con animales
Además de los mencionados, uno de los mayores beneficios de la terapia asistida con animales en niños, es la interacción del pequeño con el animal. Se produce entre ellos un tipo de comunicación no verbal, comprendida únicamente entre ellos dos. Los niños logran establecer relaciones afectivas con el animal, logrando así mejorar su comportamiento social y su desarrollo emocional.
La relación con ciertos animales como el perro o el caballo es fundamental en el tratamiento de los trastornos del espectro autista. En estos casos los niños tienen dificultades para relacionarse socialmente y la relación con este tipo de animales, despierta en ellos sentimientos como la alegría o la emoción.
Otros de los beneficios de la terapia asistida con animales son
- Favorece la concentración y la atención. La compañía de una mascota ayuda al niño a concentrarse. Una de las teorías es que al desconocer el comportamiento del animal, el niño consigue mantenerse atento a los cambios.
- Mejora el estado de ánimo. Reduciendo además el estrés, la ansiedad y mejorando el comportamiento.
- Incrementa la actividad física, a través de los paseos y de los juegos. Lo que además mejora las relaciones afectivas entre familiares al compartir el tiempo de ocio con la mascota.
- El niño aprende a gestionar las normas sociales. Esperando su turno para jugar con la mascota por ejemplo. También aprende a seguir las instrucciones de otras personas, cuando le enseñan como manejar al animal o como debe cogerlo para no hacerle daño.
- Aprende a trabajar en equipo. Realizando las tareas que el animal requiera con ayuda de otros niños o de la familia.
Terapia en centros específicos
Tener una mascota en casa es una ventaja para toda la familia, un animal te da cariño sin esperar nada a cambio. Tu mascota no te juzga ni tiene grandes expectativas sobre ti, te acepta como eres y te quiere tal cual. Pero si tienes un hijo con necesidades especiales, es aconsejable que busques centros especializados donde realizar la terapia con animales.
Un profesional de este campo tiene técnicas y métodos para utilizar la terapia de forma que pueda resultar efectiva para el niño, pero además, procurando el bienestar del animal.