Los cambios ocurridos en el paso de mujer a madre

Mujer embarazada observa su cuerpo desnudo y acaricia su barriga con ilusión.

Es importante cuidarse antes, durante y después del embarazo. Cada etapa es una, y vivirla como toca, dará más serenidad y estabilidad a la mujer.

No es frívolo sentir miedo a cambios físicos que se producen cuando una se queda embarazada o cuando piensa en el futuro. Es normal angustiarse ante lo desconocido o creer en esos estereotipos de mujer que otros pintan y en realidad no existen. Vamos a hablar sobre esa transformación que ocurre en el cuerpo de la mujer desde que se queda embarazada.

Cambios durante el embarazo

Ser mujer es hermoso, complejo y duro a la vez, entonces convertirse en madre es una aventura extrema y llena de altibajos a los que hacer frente. Los cambios son normales y naturales, más aún cuando a la edad se añade un embarazo. Durante los 9 meses de embarazo se inician un conjunto de alteraciones físicas y psicológicas en la mujer, por lo que es importante cuidarse antes, durante y después. No es conveniente obsesionarse ni pretender ser lo que en un pasado. Cada etapa es una, y vivirla como toca, dará más serenidad y estabilidad a la mujer.

  • El aumento de peso: Al final del embarazo la mujer puede haber engordado entre unos 12 y 18 kilos. La madre siempre que pueda no debe abandonar la práctica de ejercicio, por supuesto de un modo responsable y sin sobreesfuerzos. La alimentación e hidratación también son fundamentales para sentirse bien y aportarle lo necesario al bebé.
  • Estrías, varices e hinchazón: Los cambios hormonales pueden incrementar la aparición de estrías en barriga y pecho, varices en las piernas, hinchazón en brazos y piernas o edemas en tobillos… La mujer debe estar activa pero cuando descanse lo mejor para la circulación es tener los pies en alto, beber 2 litros de agua diarios, usar calzado cómodo, aplicarse cremas hidratantes o cremas específicas para aliviar las molestias de varices y piernas cansadas. El deporte se presenta como el fiel aliado. Nadar, caminar, realizar pilates o yoga también ayudan a sentirse ágil.
  • Manchas en la piel: Para protegerse de los rayos ultravioletas es importante utilizar un factor solar alto. Hay cremas específicas faciales para evitar la aparición de manchas. Si hace mucho sol, lo mejor es cubrirse con un gorro o permanecer a la sombra en horas de calor intenso. Hidratarse y refrescarse debe convertirse en una prioridad. En brazos o pechos también pueden aparecer papilomas. El aumento de las hormonas puede hacer que empeore o aparezca el acné.
  • Más cintura: Para lograr una adecuada producción de leche, en la parte alta de la barriga se almacena grasa. Con esto es poco frecuente que mujeres que hayan sido madres vuelvan a lucir una cintura mínima. No obstante el trabajo físico diario y la alimentación adecuada ayudarán a rebajar kilos y tonificar la flacidez del de la zona.
  • Celulitis: Con el embarazo la celulitis puede aparecer o si ya existía, aumentar. Trabajar las zonas afectadas en el gimnasio, mucha hidratación, cremas reafirmantes, masajes…, pueden o bien prevenirla o bien mejorarla.

Cambios tras el parto y lactancia materna

Bebé agarra el escote de su madre mientras duerme tras haber tomado pecho.

En la etapa final de la lactancia materna, la forma del pecho dependerá de cómo era previamente su tamaño o calidad de la piel.

El cometido de la gravedad se acelera

El pecho es sin duda una de las partes del cuerpo que más sufre durante el embarazo, tras él y si ha sido el sustento alimenticio del niño. En los primeros meses de embarazo el pecho aumenta considerablemente de tamaño. El pecho genera, guarda leche y se mantiene muy lleno y grande mientras el bebé mame mucho, a demanda y sin ingerir otro tipo de alimentos. Cuando esta etapa pasa el pecho va disminuyendo. En la etapa final, la forma del pecho dependerá de cómo era previamente su tamaño o calidad de la piel, es decir, si el pecho era pequeño, es posible que no se note tanto el descolgamiento y vaciado como en un pecho muy grande.

El pecho quedará caído, menos turgente, puede tener estrías o ensanchamiento de la aureola y pezón blando. Para prevenir esto pueden utilizarse sujetadores especiales, ducharse en agua fría y seguir con una buena hidratación y masajes. El aceite de almendras ayuda al aporte de elasticidad y prevención de estrías, no obstante el descolgamiento del pecho es normal.

Tras el parto y si la madre amamanta a su hijo, puede producirse un desgaste metabólico, pérdida excesiva y rápida de peso…, por lo que es importante el tratamiento a base de hierro, vitaminas postnatales, alimentos adecuados, dieta rica en calcio, agua y todo el descanso y ayuda posibles. El mantenimiento del peso perdido requiere deporte y buena alimentación.

Cicatriz de cesárea

En el caso de parto por cesárea la cicatriz que queda es visible, no obstante hoy en día suele practicarse la incisión con sumo cuidado sin ser ni muy larga ni alta, de modo que suele no verse pese a llevar ropa interior o conjunto de baño.

Prevención en cambios físicos

La mujer no debe desatender su salud ni su físico. La práctica de deporte es necesaria siempre que no se le haya desaconsejado. A esto hay que añadir el uso de cremas, buena alimentación, masajes…, todo bajo el control médico logrará que disminuyan los daños en el cuerpo y permitirán una más rápida recuperación.

Cambios emocionales

Mujer en un avanzado embarazo practica yoga.

La mujer es bella por dentro y por fuera cuando su labor es tener a un bebé en su vientre y hacer que prime su bienestar al propio.

Durante el embarazo ya existe un torbellino emocional que absorbe a la mujer, tras el parto hay tristeza, agotamiento, irritación, llanto…, hasta poder llegar a la temida depresión postparto. Los cambios físicos y la nueva situación, suelen causar que la madre no se encuentre ni se sienta bien consigo misma. Es necesario tiempo, que las hormonas no estén tan a flor de piel y la madre se habitúe al nuevo ambiente. Puede tener que lidiar con secuelas como las estrías en barriga y pecho, que pueden llegar a ser muy llamativas.


La opción de ciertos hábitos de vida saludables es muy personal, combinar el deporte, la vida sana, evitar la “comida basura”, beber dos litros de agua al día, tomar frutas, verduras…Tras dar a luz todo debe ser gradual, eligiendo en un principio pasear a ritmo ligero y llevar más cuidado en ejercicios de abdominales para quien haya sufrido una cesárea, comenzando a practicarlos al medio año aproximadamente.

La belleza del cuerpo de una madre

El estereotipo de mujer que se queda embarazada y se despreocupa de su apariencia no debe generalizarse. La mujer siempre que se sienta con ánimos debe arreglarse y cuidarse, para sentirse bien en todos los sentidos y que el bebé lo perciba. El cuerpo de una mujer es fuerte y está preparado para cambios, dolor, transformación… La mujer es bella por dentro y por fuera cuando su labor es tener a un bebé en su vientre y hacer que prime su bienestar al propio. Una madre es generosa y valiente, y la maternidad para prácticamente todas las mujeres, merece ciertos sacrificios.

El cuerpo de una madre refleja cada momento vivido y es hermoso por ello, se entrega a su hijo y a la naturaleza. Esto no quiere significa que uno no deba cuidarse, al contrario, lo que pueda prevenirse o minimizarse está en propias manos. La mujer no debe ser calificada de modo despectivo y cruel, efectivamente ha cambiado al igual que lo ha hecho su vida y eso no ha de verse en negativo, es un avance, es madurez, es lo que ocurre al darle la vida a otro ser humano.

El cuerpo de una madre, no es el de una joven, ni el de una mujer sin hijos, es otro diferente, es uno lleno de marcas externas e internas, más o menos pronunciadas, perceptibles por otros o quizás solo por una misma. El recuerdo está grabado en la mujer de por vida y a muchas les enorgullece y hace sentirse más mujer.

La transformación a madre

Al escoger una opción u otra, no hay que olvidar nunca que el cuerpo de la mujer ha experimentado cambios importantes por una buena razón: la maternidad. Seguramente todo sea difícil de asumir, pero merece la pena al ver al bebé y saber que la salud propia ha servido para beneficiar la del bebé. Muchas veces prima el cuidado, demanda y atención al pequeño, al cuidado físico que podría hacer la madre… Asesorarse y orientarse con el profesional médico que siga el embarazo y postparto ayudará a procurar unas medidas para una salud óptima y completa.


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