Cambios sexuales tras el parto: guía práctica para recuperar la intimidad

  • Es normal que el deseo y la lubricación cambien por hormonas, cansancio y cicatrices; la recuperación es gradual.
  • Espera la revisión postparto (4-6 semanas aprox.) y usa lubricantes, posiciones cómodas y Kegel para mejorar el confort.
  • Elige anticoncepción compatible con tu situación: preservativo, progestágenos, DIU o implante; no confíes solo en la lactancia.
  • Comunicación, afecto no coital y apoyo profesional ante dolor persistente o señales de depresión posparto.

relaciones sexuales en la pareja

Después del embarazo tener el bebé es una de las cosas más especiales que le puede suceder a una mujer que desea ser madre. Es el momento más hermoso y emocionante que existen, entre lágrimas y dolor estarás abrazando al amor de tu vida, un amor que será para toda la vida. Además también puede ser un momento en el que puedes estar más cerca de tu pareja, sintiendo esa complicidad que sólo los padres pueden conocer cuando tienen a su bebé, un vínculo estrecho explicado por la función de la oxitocina.

Algunas de esas formas de cambio y de lo que te quiero hablar hoy es cambios sexuales. Estos cambios quizá no te ocurran o quizá sí lo hagan. Sea como sea siempre es buena idea poder tener en cuenta los posibles cambios sexuales que puedes experimentar (o que estás experimentando) después de dar a luz para que puedas estar al corriente de que es normal y así tratarlos a tiempo para que no puedan contigo.

Empieza a haber menos sexo

Una forma de cambio sexual es que de repente empieza a haber menos sexo, y no me refiero a la cuarentena únicamente. Me refiero a que cuando el cuerpo de la mujer ya ha pasado la cuarentena siguen habiendo pocas oportunidades de encuentros sexuales. Tienes un bebé que necesita de tu tiempo y de tu atención constantemente y puede que estés muy ocupada cuidando a tu bebé. Es maravilloso que te encante ser mamá y que tu pareja cuide muy bien del bebé, pero no debéis permitir que afecte a vuestra vida sexual. Intentad encontrar el equilibrio, puedes hacerlo.

cambios sexuales tras el parto

Para lograr ese equilibrio, cread pequeñas islas de intimidad realistas: turnos nocturnos, una siesta compartida, o delegar con alguien de confianza, como el papel de los abuelos tras el parto. La intimidad no siempre implica coito; centrarse en caricias, besos y masajes ayuda a mantener el vínculo cuando el tiempo escasea.

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Estás cansada constantemente

También es posible que te sientas cansada constantemente, y es que aunque parece que no el cansancio es un obstáculo bastante difícil de saltar cuando se tiene a un bebé. Duermes poco, duermes mal y parece que te faltan pilas hasta para respirar. Pero debes tener en la cabeza una cosa muy importante: «es una temporada y va a pasar». Apúntalo en un papel si es necesario… pero que no se te olvide. Puedes aprovechar alguna siesta de tu bebé durante el día para sentirte más íntima con tu pareja.

El cansancio afecta directamente al deseo sexual. Ajustar expectativas, dormir por turnos, y priorizar el descanso cuando sea posible, puede mejorar el ánimo y la libido. Elegid momentos en los que ambos estéis más descansados y considerad encuentros más breves pero conscientes y sin prisas.

No te gustas demasiado

Es posible que hayas olvidado hasta dónde guardaste tu máscara de pestañas o tu corrector de ojeras porque ahora es que ni te lo pones si quiera. Parece que el tiempo ha desaparecido y que sólo existe el tiempo con el bebé. Bueno, debes dividir las realidades y no descuidarte porque tú también debes sentirte bonita. Quizá también te sientas algo acomplejada con tu cuerpo después de tener a tu bebé, ¿cómo lo harán las famosas de la televisión?

Lo primero que tienes que hacer es no compararte con las famosas de la televisión porque ellas utilizan medios fuera de nuestro alcance para volver a tener sus cuerpos 10, unos cuerpos que necesitan para poder seguir en la televisión (por culpa de la sociedad en la que vivimos que parece que la imagen es más importante que la maternidad, ¡pero no es así!). Si bien es cierto que tener un bebé cambia el cuerpo, no debes permitir que eso repercuta en tu vida sexual con tu pareja.

relaciones sexuales en la pareja


No pienses que tu pareja te ve fea o más gorda, porque tu pareja te ve (y debe verte) como lo maravillosa que eres y como la gran mujer que ha sido capaz de traer su hijo al mundo. Incluso es posible que también le encante los cambios que hay en ti. Quiérete tú primero y recuerda que los cambios en tu cuerpo son para que tu dulce bebé forme parte de tu vida desde el momento que nació y para siempre.

Trabaja la autoimagen con gratitud hacia tu cuerpo: hidrata la piel, usa ropa cómoda que te favorezca, muévete a tu ritmo. Reconectar con el propio cuerpo (duchas relajantes, automasajes, estiramientos suaves) favorece el deseo.

No tienes ganas de sexo

Es posible que no tengas ganas de sexo, algo que puede tener diversos motivos. Es posible que no quieras tener sexo por razones físicas (te duelen aún los puntos o no te encuentras del todo bien), o quizá sean mentales o emocionales (como estar pasando la conocida depresión post-parto). Pero independientemente de la causa que lo genere es necesario que no te frustres y que si el problema persiste por más de dos semanas que hables con tu médico. Debes saber que esto puede ser algo temporal y que poco a poco volverá todo a la normalidad. Pero no lo dejes ni te acostumbres. Busca momentos a solas con tu pareja, haceros masajes, buscar intimidad y cariño aunque sean sin relaciones sexuales, así poco a poco podrás empezar a sentir esa llama interna ¡y avivarla!

Ten en cuenta que la lactancia eleva la prolactina y reduce los estrógenos, lo que puede bajar la libido y la lubricación. Esto suele mejorar con el tiempo y, en muchas mujeres, con el regreso de la menstruación. Aun así, la intimidad puede cultivarse con placer no coital hasta que te sientas preparada.

Te dan miedo las relaciones sexuales

Es posible que sientas algo de miedo por retomar las relaciones sexuales por si te duele y no pasa absolutamente nada. Debes ser paciente no te fuerces si no te sientes preparada. Si crees que te duele más tiempo de lo normal o que algo marcha diferente a cómo crees que deberías, no te preocupes y acude a tu médico o ginecólogo para que te asesore y que te explore para ver que todo está dentro de lo normal.

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El miedo al dolor es frecuente si hubo desgarros o episiotomía. Valida lo que sientes y retomad de forma gradual: más juegos previos, lubricante y posiciones donde controles la profundidad. Si el dolor persiste, consulta; puede haber hipertonía del suelo pélvico o cicatrices sensibles que se benefician de fisioterapia.

Puede que te cueste lubricar de nuevo

La falta de lubricación después del parto puede ser un gran problema para las mujeres que quieren retomar sus relaciones sexuales. Esto puede ocurrir porque tus hormonas siguen cambiando y volviendo a su estado, pero no dejes que esto te detenga. Si te sientes lista para tener relaciones sexuales utiliza lubricante para ayudar a que sea más fácil ese momento íntimo con tu pareja. No te sientas mal por usar lubricantes porque si existen es para que las mujeres que lo necesitan lo utilicen sin pudor alguno. ¡Tu vida sexual es muy importante y debes cuidarla!

Opta por lubricantes a base de agua o silicona (compatibles con preservativos y la mayoría de anticonceptivos). Puedes añadir hidratantes vaginales de uso regular si hay sequedad continua. Una preparación pausada y el tiempo suficiente de excitación hacen mucha diferencia.

¿Cuándo retomar las relaciones sexuales tras el parto?

No existe un día exacto válido para todas, pero desde el punto de vista médico suele recomendarse esperar entre 4 y 6 semanas o hasta la revisión postparto, cuando se confirma que el cuello uterino se ha cerrado, los loquios han cesado y los tejidos han cicatrizado. Esta guía aplica tras parto vaginal y cesárea, aunque puede variar si hubo desgarros importantes o cirugía.

Durante las primeras dos semanas el riesgo de complicaciones es mayor. Esperar algo más permite que el cuerpo se recupere mejor. Si hubo desgarros con puntos o episiotomía, la recomendación prudente es mantener la penetración en pausa hasta que todo esté bien cicatrizado, manteniendo otras formas de intimidad.

Dolor, sequedad y cómo aliviar

  • Alivia el dolor previo: baño templado, analgésico indicado por tu profesional y vaciar la vejiga antes del encuentro.
  • Lubrica generosamente: tras el parto es normal necesitar lubricante aunque antes no fuera necesario.
  • Prueba alternativas: masajes, sexo oral, masturbación mutua y posiciones con control de ritmo y profundidad.
  • Sin prisas: elige momentos de descanso y detente si aparece dolor. Persistencia del dolor es señal de consulta.

Si hay sensación de tirantez o ardor en cicatrices, la fisioterapia de suelo pélvico y el trabajo de desensibilización pueden mejorar mucho el confort.

Suelo pélvico y recuperación

El embarazo y el parto pueden estirar o debilitar los músculos del suelo pélvico. Esto afecta la sensación durante el sexo y funciones como el control urinario. Tonificar esa musculatura con ejercicios de Kegel y, cuando se precise, con fisioterapia especializada, favorece la recuperación.

Para hacer Kegel, imagina que detienes el paso de orina y contrae 3 segundos, relaja 3, y repite 10-15 veces, al menos 3 veces al día. Evita contraer glúteos o abdomen. Una valoración profesional puede personalizar el plan y detectar si necesitas fortalecer o relajar.

Lactancia y deseo sexual

La lactancia eleva la prolactina y reduce los estrógenos, lo que implica con frecuencia menos lubricación y deseo. Esto es fisiológico y temporal. Crea rituales de autocuidado que te devuelvan energía y busca intimidad sin presión. Si la sequedad es muy molesta, tu profesional puede valorar hidratantes vaginales o, en algunos casos, tratamiento local con estrógenos compatible con lactancia.

Anticonceptivos en el posparto

Es posible quedar embarazada en el posparto, incluso antes del regreso de la menstruación. La lactancia exclusiva puede reducir la ovulación, pero no es un método anticonceptivo fiable por sí solo. Habla con tu profesional para elegir la opción que mejor se adapte a tu situación.

  • Preservativo: alta fiabilidad, sin efectos sobre la lactancia ni contraindicaciones hormonales.
  • Solo progestágeno: minipíldora, inyección o implante; compatibles con lactancia y pueden iniciarse inmediatamente tras el parto según indicación médica.
  • DIU de cobre u hormonal: pueden colocarse al momento del parto o en las semanas posteriores, tras valoración del tamaño uterino.
  • Combinados (estrógeno + progestágeno): aumentan el riesgo de coágulos en el posparto; suelen considerarse a partir de un mes y cuando la lactancia esté establecida.
  • Permanentes: ligadura de trompas o vasectomía si la familia está completa.

Si planeas otra gestación, varios organismos recomiendan espaciar al menos 18 meses entre embarazos para reducir riesgos maternos e infantiles. Tu equipo de salud puede orientarte sobre el intervalo adecuado para ti.

Variaciones en el deseo y en la pareja

Tras el parto, el deseo puede fluctuar por hormonas, cansancio y cambios de rol; por eso la importancia del padre en el puerperio es clave. También algunas parejas refieren menor deseo en el otro miembro por temor a lastimar, agotamiento o presión. La clave es hablar sin juicio y acordar tiempos, caricias y límites.

Construid momentos de pareja adulta: una conversación sin interrupciones, un paseo, una cena sencilla. La cercanía física progresiva reaviva el deseo y permite retomar la vida sexual de forma natural.

Señales de alarma y cuándo consultar

  • Dolor persistente durante las relaciones, sensación de tirón cicatricial o quemazón que no mejora.
  • Sequedad intensa con irritación o microfisuras pese a lubricantes.
  • Síntomas urinarios (incontinencia, urgencia), sensación de peso vaginal o prolapso.
  • Tristeza mantenida, ansiedad marcada, irritabilidad, culpa, cambios en el sueño o apetito, o pensamientos de hacerse daño: orienta a depresión posparto y requiere atención profesional temprana.

Una valoración de ginecología, matrona o fisioterapia de suelo pélvico puede aportar un plan de tratamiento y acortar tiempos de recuperación.

Estrategias prácticas para reconectar

  1. Comunicación explícita: compartid temores, deseos y límites. El otro no adivina.
  2. Progresividad: empezad por besos y caricias, aumentad intensidad cuando haya comodidad y placer.
  3. Entorno adecuado: comodidad, privacidad, temperatura agradable y sin interrupciones previsibles.
  4. Posiciones confortables: laterales o con control de ritmo (como encima) para ajustar profundidad.
  5. Cuida el cuerpo: hidratación, alimentación, movimiento suave y Kegel según indicación.

Recuerda que si no te sientes preparada para el sexo no tienes que sentirte culpable. Para poder disfrutar de las relaciones sexuales plenamente debes estarlo y tu pareja seguro que lo entenderá, pero no os neguéis momentos de intimidad donde los abrazos, las caricias y los besos estén presentes. No pierdas esa complicidad sexual e íntima con tu pareja. ¡No dejes que la llama se apague!

La sexualidad posparto es un proceso vivo: el cuerpo se recupera, las hormonas se reajustan y la pareja aprende nuevos ritmos. Con paciencia, información y apoyo, la mayoría de las personas vuelven a disfrutar de su vida sexual. Si algo no va bien, pedir ayuda profesional acelera el bienestar y evita sufrimiento innecesario.

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