Cuando llega un hermanito a casa, los hermanos mayores pueden sentirse de algún modo desplazados. Aunque los padres hagan todo lo que se necesita para evitar los celos, como prestar más atención al mayor, pasar tiempo de calidad a su lado de forma individual, potenciar las experiencias familiares y el vínculo entre todos… a veces simplemente sucede.
No es malo ni negativo que un niño tenga celos de su hermano, realmente es algo evolutivo, pero que se debe superar para que no se convierta en un problema mayor en una familia. Cuando un niño no supera los celos puede comenzar a tener comportamientos negativos e incluso disruptivos que puede poner en jaque la armonía y la felicidad familiar.
La ayuda del hermano mayor en casa
Cuando esto ocurre, una idea es que los padres le den responsabilidades al hermano mayor para que vea que se confía en él y que aprenda cuál es su rol dentro de la familia. No debe sentirse desplazado puesto que no lo está, pero de algún modo el hermano mayor siente que el pequeño le ha invadido territorio, y esto es lo que hay que solventar.
Siempre con vigilancia y con buen hacer, se puede decir al hermano mayor que te ayude en diferentes tareas como cambiar al hermanito de pañal, hacer la compra, ayudarte en algunas tareas domésticas que tenga capacidad de hacerlo… Lo que importa es que el niño se sienta capaz de hacer las cosas por sí mismo, la satisfacción de conseguir las cosas porque ‘ya es mayor’ y darse cuenta que el rol de hermano mayor no es un problema, si no un gran tesoro. Podrá ser el mentor de su hermano pequeño, quien le enseñe cosas, quien le proteja y le aconseje…
Hazle entender a tu hijo mayor que en casa sois todos un equipo y para que exista armonía y amor, tenéis que ayudaros unos a otros y que él, ya es un estupendo ayudante.