Manías en los niños y niñas

Las manías en los niños y niñas son frecuentes (y en los adultos también, seamos claro). La cuestión es cuando estas manías ya se convierten en obsesivas y no permiten al niño o la niña llevar una vida cotidiana normal, es lo que llamamos Trastornos Obsesivo Compulsivos. Pero sin llegar tan lejos, puede haber manías, tics, y obsesiones te contamos las diferencias entre ellas.

Te damos una visión algo más positiva de las manías, siempre que no se conviertan en obsesión, y es que son necesarias en el proceso evolutivo del niño. También averiguarás cuáles son las más comunes.

Diferencia entre manías, tics y obsesiones

La manía es un acto de carácter voluntario e inconsciente. Por ejemplo morderse las uñas, o rascarse la cabeza cuando se pone nervioso. Las manías le sirve al niño para controlar acontecimientos externos que le causan desazón. Estas rutinas de comportamiento se van relajando a medida que el niño crece. Los niños van adquiriendo más autoconfianza y se vuelven más tolerantes, pero también puede ocurrir lo contrario, es decir que se refuercen. En este caso se convierten en obsesiones.

Los tics son movimientos repetitivos, tics motores, o de sonidos, tics vocales o fónicos, rápidos e involuntarios. Los tics motores simples más comunes se manifiestan en el parpadeo, giro de cuello, encogimiento de hombros. El niño no puede controlarlos. Hasta el 25% de los niños en edad escolar presentan tics al menos durante un breve período de tiempo, dura entre un mes y un año.

Definimos obsesión como una idea o pensamientos repetitivo, inquietante, desagradables y no deseado, que surgen reiteradamente y de forma incontrolable en la mente del niño. Esto le causa un temor persistente y por tanto, ansiedad, lo que le lleva a no poder mantener una rutina o cotidianidad normal. Una de las obsesiones más comunes en los niños y niñas es la necesidad de tenerlo todo alineado simétricamente y correctamente ordenado. Cuando pone la mesa no parará de alinear el cubierto, los vasos, de no ser así tendrá una profunda angustia. Si ves que tu hijo o hija empieza a tener algún síntoma de trastorno obsesivo compulsivo, te recomendamos que acudas al psicólogo.

¿Para qué sirven las manías?

manías niños

Como hemos dicho al principio las manías son la herramienta que tiene el niño para cubrir alguna necesidad o para reducir algún mal sentimiento. Por tanto, en el fondo tienen un componente liberador de la ansiedad, aportan seguridad, y suelen darse en personas (niños) con tendencia a ser obsesivas. Lo ideal sería enseñar a nuestros hijos a gestionar y liberar esa ansiedad de otra forma.

Puedes enseñar a tu hijo o hija a sustituir esa “herramienta” esa manía, por nuevas habilidades. En este sentido tu ejemplo es fundamental, recuerda que tu hijo heredará, aunque sea de manera inconsciente tus propias manías, así, cuando sea adultyo, revisará la casa antes de salir dos veces, por si hay un grifo abierto (por ejemplo).

Las manías en sí no son negativas, pues ayudan a evolucionar. Los niños son más rígidos de pequeños y poco a poco se flexibilizan. Pasan de un deseo por controlar los acontecimientos, a la adaptación y aceptación de los mismos. Es el momento en el que van soltando sus manías, alrededor de los 5 años. Su pijama favorito, dormir con el dedo en la boca, o agarrado a su mamá. Han sido estas manías las que han ido propiciando poco a poco un clima de seguridad.

Manías más frecuentes en niños y niñas

manías niños


Te listamos las manías más frecuentes en los niños y niñas. Siempre que éstas se desarrollen en unos parámetros de normalidad, es decir que no se vuelvan una obsesión para el niño o la niña, le harán desarrollarse de una manera más segura. Acéptalas con comprensión y paciencia.

  • Conductas repetitivas, a modo de rutina infranqueable para vestirse, acostarse o lavarse. El ejemplo más típico es entrar por el mismo lado en la cama.
  • Vuelven a escoger cuentos, historias o películas que ya conocen a la perfección.
  • Evitan pisar las juntas de las baldosas del suelo o pisar solo las de un color.
  • Repiten frases o palabras, por ejemplo saludar o tener una frase tipo ¿qué pasa colega? a todos lo que ven.
  • Realizan las cosas en un determinado orden que bajo ningún concepto se puede alterar. A la vez insisten en que los demás hagan las cosas exactamente de la manera que ellos y ellas dicen.
  • Forman filas o series con sus juguetes.
  • Comprueban varias veces que todo está como y dónde tiene que estar.

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