Mi bebé tiene estrés, ¿qué puedo hacer?

madre relaja con su bebé para bajarle el estrés

Estrés en bebés, cómo mantener a los bebés tranquilos, felices y emocionalmente sanos.

¿Por qué debemos preocuparnos por el estrés en los bebés?

A nadie le gusta que su bebé esté estresado. El estrés pasa de quién lo padece a aquellos que esten a su elrededor, y hace que todos se sientan incómodos. Y cuando el estrés es crónico, tiene consecuencias para la salud a largo plazo. Es algo a tener en cuenta y que debe vigilarse desde el principio.

Si los bebés están expuestos a altos niveles de la hormona del estrés, el cortisol, es más probable (por no decir casi seguro) que desarrollen problemas de comportamiento y enfermedades relacionadas con el estrés más adelante en la vida. En el peor de los casos, el estrés tóxico puede alterar el crecimiento del cerebro y acortar la vida.

Pero no os alarméis que, por suerte, podemos actuar frente a estos estados de estrés.

Experimentando con el estrés

Existen varios experimentos hechos con animales (no con humanos) en los que se muestra que los bebés expuestos a mucho contacto cariñoso tienen más probabilidades de convertirse en adultos resistentes al estrés, incluso si nacieron con factores de riesgo de problemas relacionados con el estrés (Meaney 2001). En los humanos parece ser que ocurre lo mismo. Así que una de las cosas que se debe hacer en estos casos es darles más amor aún.

Cuando Helen Sharp y sus colegas estudiaron el desarrollo de bebés con alto riesgo de desarrollar problemas relacionados con el estrés, los investigadores encontraron una gran evidencia del poder protector que tiene el afecto físico. Vieron que los pequeños con tendencia al estrés sobrevivían más si las madres les daban mimos y carcicias durante la infancia.

madre y bebé relejados y con amor

El cariño se convierte en relax

Otras investigaciones dan fe del poder de la sensibilidad y la capacidad de respuesta de los padres: la capacidad de «leer» las señales de un bebé y darle lo que necesita en el momento oportuno. Por ejemplo, los padres que muestran niveles más altos de sensibilidad tienden a tener bebés con niveles de cortisol de referencia más bajos (Blair et al 2006). Y son los bebés que nacen con temperamentos “difíciles”, que se angustian fácilmente, los que parecen beneficiarse más de estas muestras de afecto.

En estudios de seguimiento de niños a largo plazo, estos bebés terminaron con mejores resultados que sus pares más tranquilos, si fueron criados por padres sensibles y receptivos (Stright et al 2008; Pluess y Belsky 2010).

Así que la paternidad marca la diferencia.

¿Cómo podemos conseguir que nuestro hijo sea menos irascible?

Para lograr que los niveles de cortisol de los pequños reduzca tenemos que ofrecer mucho afecto físico, tal como hemos visto anteriormente. Hay que prestar también atención a lo que le gusta al bebé y lo que no, en sentido de relax o nervios. Es decir, ver qué lo pone nervioso y qué lo relaja.


El contacto afectivo desencadena la liberación de varias sustancias químicas que eliminan el estrés en el cerebro, incluida la oxitocina (la llamada «hormona del amor») y los opioides endógenos (analgésicos naturales). Estos tienen un efecto calmante y ayudan a apagar la producción de cortisol.

No todos los bebés quieren caricias

A algunos bebés les puede resultar estresante que los toquen de forma aislada, fuera del contexto de una interacción amistosa y multisensorial. En un estudio con recién nacidos, los bebés mostraron una caída en los niveles de cortisol cuando eran acariciados por un cuidador que los mecía, los miraba a los ojos y les hablaba con dulzura. Pero cuando se acariciaban en silencio, sin mecerlos ni mirarlos a los ojos, estos bebés experimentaron un aumento de cortisol (White-Traut et al 2009).

E incluso se pudo observar que a muchos bebés pequeños no les gusta la sensación de una caricia ligera, prefieren un tipo de contacto más firme. Por eso hay que saber entender qué le gusta a nuestro hijo.

De vez en cuando los bebés se sienten sobre estimulados y necesitan retirarse, y podemos causarles estrés si no respetamos sus deseos.


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