Uno de los prejuicios que existe sobre el autismo es que todos los hijos autistas son violentos y pegan. Esto no es así, aunque tampoco se puede afirmar que ninguno lo haga. Como en otras ocasiones hemos explicado los niños y niñas autistas son seres individuales y únicos, y por otro lado el espectro autista es muy amplio y variado.
Pero si tu hijo te pega o se muestra violento contigo, ten presente que el autismo no es una excusa para ser grosero o agresivo. Debes indicarle con firmeza que ese comportamiento no es aceptable. En general, la agresión y violencia en la población TEA es reactiva, no planificada y deliberada. De esta y de otras cuestiones hablaremos a continuación.
Crisis en los niños autistas
Las crisis son comunes en los niños autistas. Suceden cuando el niño se estresa, se enoja o se estimula en exceso, y pierden el control. Estas crisis pueden asustar a las familias. Es importante desarrollar un método efectivo para lidiar con ellas, los terapeutas te recomendarán el mejor para tu hijo.
Una de las primeras recomendaciones es actuar con calma y consolar al niño. Durante una crisis, el niño estará confundido, agitado, frustrado, abrumado o asustado. Gritarle no ayuda en nada y puede agravar la situación. Un abrazo fuerte es lo mejor, ejerce una presión profunda que le ayuda a sentirse tranquilo y seguro. Pero, no le obligues a abrazarte, ni lo mantengas apretado.
Otra buena manera de ayudar a un niño con autismo a calmarse son dejarla salir al aire libre, retirarse a un rincón para que se relaje o retirarse a su habitación. Posiblemente una crisis leve requiera solo unos pocos minutos de tranquilidad, mientras que una mayor angustia requerirá 15 minutos o más.
El hijo autista que pega a su madre
Algunas familias tienen que lidiar con los brotes violentos de sus hijos autistas. Hay veces que esos estallidos no son frecuentes, en cambio, en oros niños y adolescentes ocurren a diario. La adolescencia es un momento especialmente complicado en el espectro autista. Estos algunos recursos si eres madre de un adolescente autista.
Los trastornos del espectro autista (TEA), son un rango de trastornos del desarrollo del cerebro. Su grado de autismo les hace tener dificultades de aprendizaje, e incluso que no sean capaces de hablar. Además tienen patrones de comportamiento restringidos, repetitivos y estereotipados. A veces, puede suceder que tu hijo autista te pegue porque está enfermo o frustrado y no pueden comunicar cómo se siente.
Según un estudio de 2011, de cerca de 1.400 niños con autismo en EEUU, más de la mitad eran agresivos con sus familiares o cuidadores. Las familias necesitan apoyo para evitar o frenar los comportamientos desafiantes. Además, al ser cada vez mayor de tamaño, el niño, se hace más difícil de controlar para sus familiares o cuidadores.
Consejos para ayudar a tu hijo autista
Si tu hijo intenta pegarte durante la crisis hazle saber que estás molesta por esas acciones específicas. Le puedes decir: No somos una familia violenta. Entiendo que estabas molesto, pero no está bien que me grites o me pegues. Esto me ha hecho sentirme triste. La próxima vez, por favor, dime cuando empiezas a sentirte mal para que pueda ayudarte de inmediato.
Ante una crisis en la que tu hijo se muestre desafiante o quiera pegarte, tienes que facilitarte otras herramientas. Dile que puede golpear, por ejemplo, los cojines del sofá o un colchón, respirar profundo o retirarse, en lugar de quedarse y gritarle a todo el mundo. Ofrécele cosas que el niño pueda utilizar para calmarse. Por ejemplo, tapones para los oídos, auriculares, pelotas de semillas para presión profunda, gafas de sol, peluches que vibren, objeto reconfortantes para él.
Ante tu hijo autista debes mantener la calma, sin importar lo mala que sea la situación. Encontrar a otra figura, puede ser el padre, un hermano mayor, un amigo, un terapeuta, es parte de la solución. Le puedes pedir a esa persona que esté contigo durante las crisis de tu hijo. Sólo llames a la policía si existe una amenaza de seguridad grave e inmediata. La mayoría de las veces la policía puede emplear fuerza excesiva y traumatizar al niño.