Mi hijo es alcohólico

Mi hijo es alcohólico

No es habitual escuchar a unos padres cuando observan que su hijo es alcohólico. No suele ser muy representativo en muchas familias, pero existe este problema. Hoy en día es una práctica muy habitual entre los jóvenes y su gran consumo inconsciente puede repercutir en graves problemas, entre ellos la dependencia.

El consumo de alcohol no crea la respuesta ni hace de ello a alguien alcohólico, el problema está cuando se crea un hábito y se toma de forma puntual que crean problemas graves. Los jóvenes lo toman en grupos, para divertirse, pero lo peor de todo es cuando se consume para generar un estado de ánimo para evitar conflictos en su cabeza o como evasión emocional.

¿Cuándo tu hijo es alcohólico?

Los padres pueden observar que su hijo vuelve a casa presentando signos evidentes de intoxicación por alcohol. No es habitual que ya ocurra de manera constante y además este hecho está repercutiendo en su vida familiar y académica: está menos tiempo en casa, ha dejado de lado sus actividades preferidas de ocio, riñas y discusiones en casa por simples razones o cuando las notas académicas están bajando.

Es importante que los padres tengan en cuenta este aspecto, ya que su estado de rebeldía e impulsividad tiene que ser conducido a algún tipo de apoyo. Hay que reconocer que es una edad difícil, pero cualquier ayuda que se preste en este momento será de vital importancia para su desarrollo mental, emocional y psicológico.

Mi hijo es alcohólico

¿Qué se debe de hacer cuando tu hijo es alcohólico?

Lo importante es el diálogo, todo tipo de comunicación que se pueda ejercer sobre tu hijo al final merece la pena, aunque sea intentarlo. Hay formas de poder establecer esa conversación y tiene que ser comedido, ya que un padre con una educación bastantes represiva puede ejercer connotaciones negativas en el comportamiento del joven.

Por lo tanto, la comunicación se ha de basar en comentar la situación, intentar no poner una autoridad excesiva ni reñir de forma desorbitada. Este diálogo ha de ser comunicativo dónde las dos partes tienen que exponer que es lo que piensan sobre el tema, evitando juzgar. No hay mejor diálogo que el asertivo, el comedido y con querer entender a la otra persona. No funciona bien cuando se está creando mucha tensión y se actúa de forma agresiva y pasiva.

Cuando se impongan normas o límites hay que ser tajante con lo que se dicta, hay que hacer que se cumpla y para nada levantar los “castigos”. Una norma que no sea cumplida tendrá consecuencias que no van a gustar y si se han impuestos conductas hay que reforzarlas constantemente, pero sin demasiada presión.

Los padres deben de ser el mayor ejemplo para regular este tipo de conductas. Son el modelo de referencia y los que deben de ejemplarizar su conducta para que los niños no tomen el mismo camino. Sabemos que los adolescentes o hijos con cierta autonomía ya no pasan mucho tiempo con lo padres, pero podemos proponer actividades de ocio y tiempo libre para pasar en familia. Aunque tengamos la negativa resulta que se puede volver a animar a tu hijo a recrear esos momentos familiares que resultaban tan entrañables.

Mi hijo es alcohólico

Medidas estrictas cuando no se cumple el diálogo

La situación se puede complicar cuando se incide el consumo de alcohol y se crea una situación grave. Ante esta condición se ha llegado a una negociación y a imponer límites. Cuando se han puesto normas, no se cumplen y se reitera en su consumo, lo mejor es hacer que acuda al médico. De esta forma habrá una evaluación y un seguimiento de esta situación.


Acudir al médico y pedir ayuda conlleva a que se le haga un test y evalúe su situación. Aquí se le recomendará el mejor diagnóstico y ayuda psicológica. Si tu hijo tiene episodios puntuales de auténticas borracheras lo mejor es llevarlo a un centro de urgencias y no esperar a que se le pase su estado. Aquí estará en manos de un equipo médico que nivelará la cantidad de alcohol en la sangre. Se tomarán medidas para que se ponga en manos de especialistas que le orientarán de las consecuencias que puede acarrear su consumo.

En conclusión, el apoyo familiar es el mejor ejemplo. Lo más importante es dar apoyo incondicional, hacer ver que nos importa su estado y sobre todo buscar la mayor información de apoyo posible. Puedes leer uno de nuestros artículos sobre «por qué el alcohol no debe de estar presente en la familia».


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