Mi hijo llora y no sabe por qué

¿Por qué mi hijo llora?

Si tu hijo llora y no sabe por qué, es muy importante darle importancia, averiguar cuál puede ser la causa y no restarle importancia. Especialmente ante los ojos del niño, porque para una persona llorar sin conocer la razón es frustrante, mucho más para un niño o niña que no ha desarrollado la capacidad de expresar sus sentimientos. Ese llanto puede estar provocado por motivos aparentemente irracionales.

Sin embargo, existen razones de peso que pueden estar causando una tristeza en tu hijo. Razones que hay que averiguar para poder remediarlas, enseñar al niño a lidiar con ciertas frustraciones y trabajar para mejorar esos estados de tristeza. Porque quizá el niño no sepa por qué llora, pero con seguridad existe algo que le causa tristeza, ya sea algo sin importancia o algo realmente preocupante.

Llorar no es negativo

Niña triste llorando

Antiguamente se enseñaba a los niños mayores a no llorar, a esconder sus emociones porque «llorar es de bebés» decían. Esa forma de criar a los hijos, obligándoles a ocultar sus momentos de tristeza, angustia o ansiedad, ha dado paso a millones de adultos con dificultades para exteriorizar ciertos sentimientos. Lo que deriva en personas con problemas emocionales, crisis de ansiedad y dificultad para establecer relaciones afectivas satisfactorias.

Cuando uno tiene ganas de llorar, debe llorar, ya sea un niño pequeño, un adolescente, una mujer o un hombre. Porque las lágrimas y el llanto tienen su función terapéutica, ya que las lágrimas contienen hormonas como la adrenocorticotropina, relacionada con el estrés. Además, las lágrimas liberan prolactina y leucina encefalina, que se considera un analgésico natural.

Es decir, al llorar, se liberan hormonas que naturalmente reducen el estrés y el sufrimiento, ayudando a calmar las emociones negativas. Seguro que reconoces ese sentimiento, después de un buen berrinche te quedas más a gusto, liberada y menos estresada. Por lo tanto, llorar no es negativo y no es malo que los niños lloren cuando lo necesitan. Ahora bien, si tu hijo llora y no sabe por qué, es importante averiguar qué puede estar pasando para eliminar problemas graves.

¿Por qué mi hijo llora?

Madre e hijo llorando

Lógicamente, ver llorar a los hijos no es nada agradable, provoca un sufrimiento y desazón difícil de explicar. Los padres y las madres por norma intentan evitar cualquier tipo de dolor en los hijos, sin embargo, es importante dejar que expresen sus sentimientos. Ya sea a través del llanto, del enfado o la rabia, porque aprender a gestionar la frustración, las decepciones o las situaciones negativas, es fundamental para el correcto desarrollo de los hijos.

Si tu hijo llora y no sabe por qué, puedes comenzar por preguntarle si ha ocurrido algo en la escuela que le haya puesto triste. En muchas ocasiones ese llanto o la tristeza están provocados por un examen mal hecho, una nota decepcionante o un malentendido con los compañeros en la hora del recreo. Si el llano está provocado por cuestiones académicas, quizá sea necesario valorar si el niño tiene demasiada autoexigencia.

Por otra parte, debes observar otro tipo de comportamientos que pueden arrojar información importante sobre lo que puede estar pasando. Por ejemplo:

  • Problemas alimentarios: Cambia su relación con la comida, tanto si pierde el apetito como si comienza a comer de forma compulsiva.
  • Está triste: Además de llorar sin saber el motivo, se siente triste y desanimado con frecuencia.
  • Cambia su comportamiento: De repente no quiere ir al colegio, deja de salir con sus amigos o pierde el contacto con sus amigos más cercanos.

Aunque en principio no debes preocuparte si tu hijo llora sin saber por qué, es importante que le dediques tiempo. Procura prestarle más atención, escucha lo que tenga que decir porque es posible que se sienta desgraciado por cualquier circunstancia. En ningún caso se les debe hacer ver que llorar es cosa de niñas o de cobardes, porque además de ser algo completamente incierto, provocará que el niño esconda sus emociones.

Si ya es difícil para los niños entender y expresar lo que sienten, encontrar en casa el rechazo por exteriorizar lo que guardan en su interior puede provocar problemas emocionales severos. En caso de que la situación no mejore y la tristeza de tu hijo se alargue en el tiempo, acude a la consulta del pediatra.


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