Los niños necesitan dormir más que los adultos. Es algo muy importante para su desarrollo cognitivo, crecimiento, a su capacidad de aprendizaje y de gestión emocional. Pero en ocasiones los niños presentan problemas para dormir y los padres nos preocupamos. Hoy os contamos consejos para cuando tu hijo no quiere dormir para ayudarte a conseguirlo.
El sueño en niños
Los niños duermen muchas horas sobre todo cuanto más pequeños son. De bebés pasan durmiendo casi la mayor parte del tiempo, sobre unas 16-20 horas, y según van creciendo esas horas van disminuyendo. No te pierdas el artículo “¿Cuánto tiempo tienen que dormir los niños?” donde encontrarás unas tablas guía de las horas de sueño que necesita según la edad de tu hijo.
Los hábitos de sueño son muy importantes de mantener en los niños. Pero hay niños que por alguna circunstancia se complica la hora del sueño, y los padres se preocupan. Además si los niños no descansan, estarán más irritados e irascibles, y los padres tampoco podrán descansar adecuadamente. Afortunadamente podemos ayudarle a tener buenos hábitos de sueño para mejorar su calidad de descanso y que duerma mejor.
Los problemas para ir a la cama suelen ocurrir a partir de los 2 años. Están en pleno descubrimiento del mundo, y dormir no les parece una actividad atractiva. Prefieren estar más tiempo despiertos para interactuar con su entorno. Otro problema suele ser el querer dormir en la presencia de sus padres, y si no están presentes se despiertan constantemente. Hoy os contaremos unos consejos para cuando tu hijo no quiere dormir.
Consejos para cuando tu hijo no quiere dormir
- Conseguir la relajación antes de ir a dormir. Un niño demasiado excitado o cansado no podrá dormir. Deberemos lograr una relajación antes del momento de acostarse que nos facilita la labor. Un buen hábito de sueño, baño, masaje y cuento, nos puede ayudar a conseguir la relajación que necesitamos. Además mejorará vuestro vínculo y será un momento para compartir juntos. Podemos también poner luz tenue que favorezca la aparición del sueño. Si es de día podemos bajar las persianas y poner una luz indirecta.
- No alargues las rutinas. Muchos niños utilizan las rutinas para alargar el momento de ir para cama. Pedir un vaso de agua, otro cuento… suelen ser técnicas para alargar el tiempo. No te extiendas demasiado, que entienda que después de acabar la rutina viene dormir.
- Calmar sus necesidades afectivas. Los niños van creando su sistema de apego desde que nacen con las principales figuras de apego. Si siente que sus necesidades no están cubiertas, además de afectar gravemente a su desarrollo emocional, reclamará más atención a través de problemas para dormir. Deberemos no solo atender a sus necesidades biológicas, sino también emocionales para que pueda desarrollarse adecuadamente y se sienta querido.
- Poner límites. Los niños todo el tiempo ponen a prueba los límites que les ponen los adultos. Para eso estamos los padres, para indicar hasta donde llegar. No podemos dejar que se acuesten cuando quieren por que les afectará negativamente.
- Calmarle si se despierta. Es muy habitual que los niños se despierten en mitad de la noche y lloren. Deberemos calmarles para que puedan recuperar el sueño. Normalmente requerirán aquellas situaciones en las que se durmieron. Si se quedó dormido con chupete querrá recuperarlo, si se durmió en tus brazos querrá volver a estar en ellos… Por es lo más adecuado sería tener los menos factores involucrados en la consecución del sueño para no tener que repetirlos en cada despierte.
- Darle algo que le de seguridad. Todos los niños tienen algún objeto que les da seguridad. Puede ser un peluche, un chupete o una mantita. Son objetos que les calman y aportan consuelo, y pueden ser muy útiles para que consigan dormirse y lo mantengan durante la noche.
Por que recuerda… Es importante que los niños descanses bien para su correcto desarrollo. Unos niños duermen mejor que otros pero siempre podremos mejorar su calidad de sueño.