Mis hijos adultos no se hablan

Hijos adultos no se hablan

A veces las personas adultas tienen diferentes caracteres, personalidades muy enfrentadas que no encajan por muy familia que sean. Pero cuando esto ocurre entre hermanos, hasta el punto de que dejan de hablarse, puede resultar una situación muy tensa y dolorosa para el resto de la familia. Como madre o como padre, debes saber respetar los deseos de tus hijos, aunque lo natural es intentar solucionar el conflicto.

Si tus hijos adultos no se hablan, es muy probable que se deba a una acumulación de circunstancias. Especialmente si se trata de una situación duradera, porque tras una discusión lo más normal es alejarse un tiempo hasta que todo se calma. Pero cuando el tiempo se alarga, también se van separando las emociones y por mucho amor que exista por ser hermanos, puede darse una separación emocional difícil de reparar.

Cómo actuar y cuál es tu papel

Hermanos que no se hablan

Una es madre toda la vida, independientemente de la edad que tengan los hijos. Esto significa que durante toda la vida intentarás que tus hijos se lleven bien, se quieran y quieran compartir tiempo juntos. Porque para una madre, no hay nada más bonito que ver cómo sus hijos se entienden entre ellos. Sin embargo, nada te garantiza que tus hijos se lleven bien al hacerse adultos, porque en cualquier caso son seres individuales.

La personalidad de cada uno va cambiando con la edad y lo que de pequeños era rivalidad entre hermanos, puede convertirse en algo difícil de solucionar. No obstante, desde tu posición debes intentar que al menos exista cordialidad entre ellos. Ya que, en ningún caso podrás evitar que se lleven mal si así es como se ha forjado su relación.

Lo que debes hacer desde tu posición, es intentar mediar para que tus hijos adultos puedan mantener una relación, sin necesidad de que sea tan íntima como probablemente a ti te gustaría. Para lograrlo, tendrás que ser totalmente neutral, sin posicionarte en favor de uno u otro para que ninguno de tus hijos se sienta desplazado por ti. Intenta averiguar cuál es la causa, y desde el respeto hacia ambos, procura organizar una reunión familiar.

Cómo ayudar a los hijos adultos que no se hablan

Es muy importante que no intentes forzar la situación, porque corres el riesgo de que alguno de tus hijos se sienta manipulado y empeore el problema. Intenta hablar con cada uno por separado, deja que se expresen, que expongan sus sentimientos y sus motivos por los cuales ha decidido dejar de hablar a su hermano. Es posible que escuches cosas que no te gustan, puesto que el agraviado será igualmente tu hijo, pero debes mantenerte neutral.

Recuerda que aunque ellos no se lleven bien, deben respetar las normas de convivencia porque afectan a toda la familia. El respeto es fundamental y si son capaces de mantenerlo, aunque no se hablen de momento, es probable que poco a poco se suavice el problema y puedan llegar a un entendimiento. Si están de acuerdo, después de hablar contigo individualmente propón una reunión en familia para debatir sobre sus problemas.

También puede resultar de gran ayuda conocer un poco más acerca de los intereses de tus hijos, porque puedes encontrar puntos en común que te ayude en su reconciliación. Planifica actividades en familia que tengan relación con sus gustos, crea situaciones donde tengan que negociar, porque les ayudará a madurar y aprenderán a gestionar los problemas a través de la comunicación.

Terapia familiar

Terapia de familia

Por último, no cierres la puerta a una terapia familiar con profesionales que pueden ayudarte a solucionar un conflicto entre hermanos. Si el problema entre tus hijos adultos es grave, si no se hablan por un problema importante, contar con ayuda profesional es la mejor alternativa. Habla con ellos, intenta comprenderlos y si el conflicto supone un problema de convivencia, pide ayuda profesional.

Realizar una terapia familiar puede resultar beneficioso no solo para tus hijos que no se hablan, sino para toda la familia. En ocasiones, se pierde la armonía por pequeñas situaciones que no se tienen en cuenta. A través de la terapia pueden salir esos conflictos y encontrar una solución que permita la convivencia y la armonía de toda la familia.


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