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Practicar actividad física durante el embarazo es fundamental y muy beneficioso. Evita el sobrepeso, mejora la circulación, tonifica la musculatura, ayuda a evitar las molestias del embarazo y a preparar el cuerpo para el parto y el postparto.
Sin embargo, el calor del verano, sumado a los cambios físicos durante la gestación, puede hacer que te sientas más cansada y que te dé más pereza moverte. Pero no te preocupes, hacer ejercicio no tiene porque convertirse en un martirio. Existe un deporte con el que podrás mejorar tu salud y estado físico, además de refrescarte. Se trata de la natación, un deporte apto para casi todos los públicos y que aporta múltiples beneficios, especialmente durante la gestación.
Beneficios de la natación durante el embarazo
La natación es uno de los deportes más completos y recomendables tanto si estás embarazada como si no. Pero, en el caso de las embarazadas, tiene multitud de beneficios en comparación con otros deportes.
- En el agua el peso corporal se reduce a una décima parte lo que permite que las embarazadas puedan realizar fácilmente movimientos que fuera del agua les resultarían difíciles. Además el agua tiene la capacidad de amortiguar los impactos por lo que es poco probable que hagas movimientos bruscos y que te lesiones.
- Dentro del agua te sentirás ligera a pesar de la barriga y dejarás de notar durante un rato la tensión de la espalda.
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- El movimiento y la posición horizontal que adoptas al nadar, favorecen la circulación de la sangre por lo que previene las varices, la hinchazón y los calambres.
- Es un ejercicio aeróbico que aumenta la capacidad pulmonar y mejora el sistema cardiovascular.
- Nadar te ayuda a relajar el cuerpo, mejorando su flexibilidad y resistencia. Además fortalece músculos, ligamentos y articulaciones.
- Reduce el estrés y la tensión nerviosa por lo que dormirás mejor y llegarás más relajada al momento del parto.
- Te ayuda a evitar el sobrepeso.
- Al estar en el agua te proteges del calor
Como ves, nadar te aporta múltiples beneficios que te ayudarán a llevar mucho mejor los cambios físicos y emocionales que se dan durante la gestación. Pero no olvides que deberás adaptar la intensidad del ejercicio a cada etapa del embarazo y a tu estado físico. Y sobre todo, antes de comenzar cualquier actividad física, debes consultar con tu médico o matrona para que te dé el visto bueno y puedas disfrutar de la natación sin riesgos.