El exceso de responsabilidades es la causa común de que los niños se encuentre bajo presión. Es una causa que llega a recaudar datos técnicos dónde bajo un estudio se valoró que el 10% de la población infantil y adolescente de nuestro país sufrían de ansiedad y estrés.
Otros factores que pueden influir son el ritmo rápido de nuestra sociedad, algún problema ocurrido en casa como una muerte, una separación o la llegada de un nuevo hermano, y hasta el abuso de las nuevas tecnologías pueden hacer allegar este problema, pero no a todos los niños les influye de la misma manera, por eso hay que ser reflexivo y entender que estos elementos pueden ser característicos de presión psicológica.
Cómo son sus síntomas
Todas las personas cuando estamos sometidos a un nivel de estrés hace que nuestro cuerpo responda variando nuestras habilidades cognitivas y de razonamiento produciendo en muchos casos un bloqueo que hace que nos mermen nuestras capacidades o dicho de otra forma se nos bloquea la información en nuestro cerebro.
Un continuado nivel de estrés hará que los niños como cualquier persona empiece a padecer síntomas como psicosis tempranas o trastornos psiquiátricos. Algunos comienzan a experimentar estos síntomas sin razón aparente de la noche a la mañana, pues más bien siempre han tenido una aptitud adecuada y correcta y de repente se vienen abajo sin razón aparente. En otros casos los padres comienzan a percibir estas señales poco a poco.
Los síntomas más recurrentes son trastornos de sueño, mucho cansancio, pesadillas nocturnas, irritabilidad en todo lo que les rodea con la suma de rabietas, disminución del rendimiento escolar y por supuesto notar que sientan tristeza.
Se les puede llegar a sumar muchos traumas que pueden afectar a estos momentos de presión, los padres deben evaluar la psicología del niño para ver a dónde remiten los síntomas. Si en cualquiera de los casos no encontramos una solución factible podemos acudir a un especialista.
Factores mas importante por los que un niño se siente presionado:
Parece inviable que un niños no llegue nunca a sentir estrés, pero muchas veces la realidad es otra y el hecho de hablar con ellos o llevarles a algún especialista manifiestan este tipo de comentarios:
- Sienten miedo, ansiedad y estrés, estas son las palabras más recurrentes que manifiestan los niños. Los exámenes y la presión escolar por alcanzar grandes notas en sus calificaciones es uno de los problemas más recurrentes.
- Otros de los problemas es cuando los padres no comparten su forma de actuar, en los adolescentes es algo muy demandante cuando normalmente se oponen los padres por la forma de vestir o peinarse, en este caso ellos sienten que no son comprendidos ni queridos.
- Que les comparen los padres con otros compañeros de colegio o con su hermano mayor es algo que tampoco soportan.
- Los casos de separación entre padres también pueden crear traumas pues creen sentirse en un segundo plano y que no son importantes.
Fuera de estas manifestaciones puestas en boca de ellos abarcan muchas otras que por motivos personales los niños no van a revelar y son algún tipo de abandono, abusos sexuales o acoso escolar.
Cómo recuperar la calma
- La primera tarea que debe de facilitar a los niños es la posibilidad de participar a expresar sus emociones.
- Hay que crear un ambiente de tranquilidad y dedicarles mucho cariño.
- Hay que ser menos exigentes en algunas tareas pero sin bajar la guardia de que tienen que mantener una disciplina, siempre hay que ver las capacidades del niño y de supervisar hasta dónde llegan sus límites.
- Hay que dejar de lado dentro de lo posible la tecnología como tiempo de ocio y esperar a que tengan períodos de descanso e incluso de aburrimiento, se les puede permitir elegir otras actividades que sean preferidas.
- Practicar juegos creativos y técnicas de relajación también forma parte de una buena terapia.