Niños responsables, niños más maduros: ¿Cómo conseguirlo?

niña responsable sentada en una valla

Los niños responsables desde edades tempranas adquieren rápidas competencias que les ayudan a madurar en equilibrio y felicidad. No obstante, todas tenemos claro que cada niño tiene su ritmo de maduración, y que no todos siguen los mismos tiempos.

Ahora bien, ello no quita que debamos quitarle importancia al tema de la responsabilidad, puesto que lo creamos o no, la educación se inicia ya en los primeros meses de vida. El sencillo proceso de ofrecerles pautas, hábitos de descanso, de alimentación y de ocio, ya va marcando normas implícitas de lo que se espera de ellos, y de cómo pueden alcanzar su propio bienestar y esos pequeños logros cotidianos. Educar es una aventura, y en «Madres Hoy» queremos enseñarte de qué manera podemos propiciar la responsabilidad en los niños.

Los niños responsables deben ser capaces de decidir

niña mirando a la derecha

Hay padres y madres que piensan de forma errónea, que la responsabilidad se inculca a través de la obediencia más férrea. No es cierto, y por ello debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

Educar no significa controlar. Educar es saber dar ejemplo, ser un guía responsable que sea capaz de favorecer aprendizajes a través del cariño y la confianza

  • Si nos regimos en un tipo de educación basado en la obediencia y en unas normas inflexibles que controlen cada aspecto del niño, estaremos vetando su capacidad para ser responsables. Justo lo contrario que pretendemos.
  • Cuando llevamos a cabo una excesiva sobreprotección los niños se vuelven inseguros, y la inseguridad hace que los niños se vean a sí mismos como incapaces de llevar a cabo por sí solos la mayoría de cosas.
  • Debemos permitir que sean capaces de dar su opinión, de tener autonomía en el día a día para comprender el valor del esfuerzo. Para ello, es necesario que les ofrezcas confianza y verbalizaciones positivas como «tú puedes hacerlo», «ya eres mayor para ser responsable de tus cosas».
  • Cuando nuestros hijos son capaces de elegir una cosa por encima de la otra, les hará ver si están en lo cierto o sin han cometido un error. Es importante que de vez en cuando les permitamos «equivocarse» para que obtengan de esta forma el mejor de los aprendizajes.
  • Es importante recordar que a la hora de marcar normas, tiene más poder el ejemplo y la propia experiencia que la simple verbalización. Dependiendo de la edad que tengan, siempre será conveniente ir cediéndoles ciertas licencias, ciertas permisividades que a su vez, llevan implícita una responsabilidad.

Demúestrales confianza

niño responsable haciendo los deberes

Puede que los resultados de las últimas notas no hayan sido buenas. Los padres más inmaduros y con escasas habilidades pedagógicas se limitarán a sancionar al niño y a decirle eso de «eres torpe o eres un vago». No debemos actuar de esta forma.

  • Si el niño no se siente seguro o reconocido en el ámbito familiar, tendrá escasa confianza en sí mismo. La inseguridad genera a menudo sentimiento de fracaso, con lo cual, puede ser todo un desencadenante de problemas.
  • Nuestros hijos tienen derecho a hacer las cosas mal, pueden equivocarse e incluso fallarnos. Ahora bien, si nuestra respuesta es utilizar la sanción, la coacción o el desprecio generaremos emociones aún más negativas.
  • Ofréceles confianza y estrategias de mejora. Habla con ellos, pregúntales qué ocurre pero sin sancionar. Un niño que se siente seguro y atendido es más abierto, más empático.
  • Cuando alguien nota que los demás confían en su capacidad para superarse, mejorar y lograr cosas, su autopercepción mejora. A mayor seguridad personal mayor responsabilidad. Esto es algo que debemos ir trabajando en el día a día.

Nuevas oportunidades en el día a día

niña responsable lavando un plato

Crecer, cumplir años, implica no solo comprar ropa nueva. Hacerse mayor tiene como valor añadido ser cada día más responsables, y esto es algo de lo que vamos a tener ser conscientes desde que llegan al mundo. Es necesario que vayas viendo cómo madura tu hijo y qué necesidades van asociadas a su maduración. No todos los niños son iguales ni les van a servir los mismos consejos para llegar a ser responsables.


  • Habrá niños muy inquietos, olvidadizos y muy dependientes de nosotras. A medida que vayan creciendo será necesario que dependan un poco menos de las mamás y vayan cogiendo autonomía: ser capaces de mantener un orden en la habitación, de vestirse solos, de acordarse de poner todas las cosas en la mochila del cole…
  • Otros niños en cambio, siempre han sido muy centrados y responsables desde bien pequeños. En este caso lo que van a necesitar son estímulos y nuevas oportunidades de crecer interiormente. Les puede ir muy bien apuntarlos a algún curso de música, de pintura, a algún deporte. Se trata de ir abriéndolos al mundo para que adquieran nuevas competencias.

Así pues, debemos tener en cuenta las necesidades de cada niño. No todos crecen de igual modo, no todos tienen la misma personalidad ni ven las cosas igual que sus hermanos. Debemos saber intuir, conocerlos bien y darles aquello que demandan.

Respeta su personalidad, los niños no son iguales a los padres

chico responsable en bicicleta al amanecer

Nuestros hijos no son nuestros clones ni tienen por qué compartir nuestras mismos valores o preferencias. El tema de la personalidad de los niños es un tema que siempre genera mucha preocupación en los padres.

¿Por qué será tan contestón e impulsivo si su padre y yo somos muy tranquilos y centrados? Esta es una de las frases más comunes que suelen hacerse los padres, sorprendidos ante la variabilidad comportamental de sus hijos.

Algo que como padres y madres deberíamos saber sobre nuestros hijos es lo siguiente:

  • Nuestros hijos son personas únicas y maravillosas. Nuestra tarea es facilitarles su camino en el día a día para que se conviertan en adultos responsables capaces ser felices en cada una de las elecciones que hagan.
  • Nuestra tarea no es delimitar su camino ni cortarles las alas. Si tu hijo es un soñador y algo despistado, no te empeñes en quitarle sus sueños o en sancionar o despreciar sus despistes. Ayúdalo a que sea maduro, a que se convierta en lo que desee respetando sus características.

Si nos empeñamos en cambiar la personalidad de un niño generaremos estrés, un bajo autoconcepto y escasa voluntad por ser responsable. Son niños que no se sienten reconocidos, y ello puede hacer que o bien trasforme esta insatisfacción en rabia o rebeldía, o bien, que se encierre en sí mismo.

Para educar niños responsables es necesario a su vez que hagamos «un viaje interior» de autoreflexión para tener en cuenta estos aspectos:

  • Tú debes ser siempre el mejor ejemplo para ellos.
  • Si tus padres cometieron errores contigo, no te empeñes en hacer lo contrario. Deja a un lado los miedos, y confía en ti misma, en tu instinto y sobre todo en el amor por tus hijos. En ocasiones los «fantasmas del pasado» nos hacen desarrollar temores injustificados.
  • A la hora de marcar normas, de ceder responsabilidades, de premiar, reforzar o incluso castigar, es necesario que tanto tu pareja y tú estéis de acuerdo en cada aspecto.

Para educar niños responsables se requiere paciencia, mucha inteligencia emocional y ganas por aprender cada día con tu hijo. Nadie viene a este mundo sabiendo cómo ser madre, es algo que se va viviendo cada día y que supone una gran aventura que merece vivirse.


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